Ir al contenido principal

The Natal Pride – Intense (1993-Libélula)

                            

Hace varios fines de semana fue intenso: viernes, Rammstein, 51.000 asistentes, sábado, The Sex, Mötley Crue y Def Leppard, 30.000 asistentes. 

Bastante cansado, la verdad, volviendo el sábado en metro de Rivas a casa, pensaba medio dormitando ¿a diario hay tanto rockero duro, hard rockero, heavys o miembros del resto de tribus rockeras, o solo en momentos puntuales, algo así como un rito colectivo?, ¿tiene el rock influencia y efecto en la vida de las personas, sobre todo en la peña más joven?, ¿vamos de concierto por ganas de contacto físico, por la música en directo, por el show?, ¿por hacer mil fotos y vídeos y decir en las redes sociales: yo estuve allí y mira que bien lo he pasado? 

Sería el calor del carajo que hacía, que te cobren 12 pavos por un mini de cerveza, 45 por una camiseta oficial, que se hagan en recintos a una hora y pico en metro de tu casa o que, de tanta peña que en lugar de puños y cuernos en alto están grabando con los móviles que no puedas ver el escenario y te pasas medio concierto mirando al las puñeteras pantallas gigantes... y, no sé por qué, ni venía a cuento, me acordé de un debate musical que vi hace bastantes años en el que el cantante de una banda defendía y reclamaba un hueco para el heavy, en este caso el nacional.

The Natal Pride, llegan a la grabación del mini LP Intense, siendo una banda curtida y en constante evolución musical buscando su propio espacio dentro de metal. Prueba de ello son los cambios en la formación, la grabación de varias maquetas y video clips, apariciones en tv, o tocando en solitario o teloneando a grandes bandas como Napalm Death o Kreator, si, de estos sonidos más extremos va el asunto.

Total que llegan el 2 y el 3 de octubre de 1993, y los orgullosos de ser madrileños, o de dónde hayan nacido cada uno, Jorge Castro, alma mater del grupo, compositor de todos los temas más guitarra y cantante; Jose A. Ruiz, guitarra; Nacho (Ignacio J. Grueso), percusión; y Carlos Yara, bajo, se adentran en los estudios Oasis de Madrid, para grabar los cuatro temas cañeros, cantados en inglés, que componen el vinilo y que a corto plazo tuvieron cierto eco tanto a nivel nacional como internacional: "A.I.D.S." "Pride & Feeling", en la cara A, y "The Fable" y "Confession", en la B.



Ya en formato digital, en 1994 graban y editan el directo Made in Spain, un par de años más tarde Let me Cry... Natal Pride aún siguen dando guerra.

No os entretengo más que estaréis/estoy deseando ir a los solitarios chiringuitos a clavaros unos mojitos, a las vacías playas a refrescaros y tostaros al sol o a una tranquilísima casa rural perdida en el monte en la que os quedaríais toda la vida, ja... Tropa, sed felices y escuchad música, que si es buena mucho mejor.







Comentarios

  1. Antes de nada, y aunque no venga a cuento –total, el tema lo has sacado tú–, te doy la razón en lo de los teléfonos móviles en los conciertos. Hombre, sacar una foto o grabar un vídeo, vale. Pero en el concierto de KISS del pasado Rockfest, tenía que hacer verdaderos ejercicios de contorsión con el cuello para ver el escenario a través del mar de pantallas que había ante mi. Y eso que estaba en primeras filas y hago 1'85 m. En fin, una locura y una mierda, hablando claro. Respecto al vinilo que hoy traes, pues decirte que no los conocía de nada y que no me había enterado de ese “cierto eco tanto a nivel nacional como internacional” que comentas. Vamos, creo que ni yo ni buena parte de la poblacón jajajaja. Me parece un heavy metal crudo y de producción sucia pero sin llegar a ser thrash. La verdad, no me han emocionado mucho que digamos. Pero es otra pieza que va dando forma y entidad a este entretenido blog en el que esta semana hemos coincidido tú y yo. Así que, un abrazo Paco y feliz verano (si es que esta ola de calor puede ser feliz para alguien). KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues imagínate como se puede ver un conci con 1,75.... Igual amigo, buen verano. P

      Eliminar
  2. Redundo brevemente en tu apunte sobre los conciertos modernos. Y lo suscribo. De hecho, hace ya unos años decidí abandonar los festivales y los macroconciertos y, salvo alguna excepción puntual, lo he mantenido. Caros, muchas veces mal organizados, en fin, un coñazo. Respecto al grupo, no suenan mal. Y me resulta atractiva la portada, aunque le pega poco. El detalle de combinar el color de la aguja del tocata con la galleta del vinilo no lo vi venir 😜

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa combinación de verde, pura casualidad... La verdad es que se disfruta más la música en salas pequeñas, pero los grandes conciertos también tiene su aquel... como un ritual que cantaban los Ángeles o Panzer, ahora no me acuerdo. Un abrazo jefe

      Eliminar
  3. Ni los conocía ni los volveré a escuchar, al menos conscientemente: me resultan demasiado sucios.
    Yo, como Manu, llevo un montón sin ir a macro conciertos. El último fui a ver a Robe en el Tierno Galván, y eso no cuenta como gran recinto porque es super cómodo. Me gusta más la experiencia en salas más pequeñas. Y últimamente tiro bastante de conciertos en fiestas de pueblos donde te puedes pedir un mini de cerveza sin que tengas que dejar una parte del hígado como pago, mientras que escuchas/ves música normalmente sin empujones y sin malos rollos.

    ResponderEliminar
  4. Jorge Castro Sanchez7/1/24 09:04

    Mil gracias por tu referencia del album de NATAL PRIDE, es curioso que se cumplieron 30 años de la grabacion de esas canciones y son dos de ellas parte del repertorio de la banda hoy en dia en vivo. Es un disco que hoy es para coleccionistas porque esta descatalogado y la verdad es que la gente paga una pasta por el en internet. Repito , mil gracias por acordarte de un disco que puso a los Natal Pride en el mercado internacional y del que ya no salieron en todos estos años, ya que ese es su mercdo actual, ya que en España nunca tubieron el reconocimiento merecido. Un saluo y comparto tu publicacion con los fans de la banda yeahh

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...