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Mostrando las entradas etiquetadas como Rockologia

Bourbon - Bourbon (Born too late, 2024)

  Hay bandas, o discos a veces, que se cuelan entre mis orejas por bellas casualidades. Y Bourbon se coló por la casualidad de leer y fiarme de la opinión y el gusto del compañero de barrio Carlos Tizón , famoso en el mundo entero como Motel Bourbon (qué casualidad, se apellida igual que la banda, ¿serán parientes?). Allá por el cercano 2010 escribía en su blog sobre unos chavales de Sanlúcar de Barrameda a quienes había visto en directo recomendando su primera grabación, un EP titulado Dónde te escondes, hermano . Contenía tres canciones que sonaban de aquella manera, pero donde había algo diferente, ese gancho necesario para darle otra vez al play.  Ahí podría haber quedado la cosa, pero, de nuevo en su blog, me enteré de la edición de su ”primer largo”, Fango (2013) y este no se me escapó. Aún hoy me parece una joya y por entonces escribí “parece mentira que estos cuatro tipos estén paseando su arte por Cádiz. ¿No tendrán algún pariente en Jacksonville o el mismo Delta del Missis

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

John Waite - No brakes (EMI, 1984)

  Por este blog han aparecido ya varios cantauroquers que en solitario o con banda de acompañamiento famosa intentaron con mejor o peor suerte vivir gloriosamente de su arte. Pero John Charles Waite puede pasar por uno de los que con más ahínco y constancia persiguió el éxito en los años setenta y ochenta, cambiando de compañeros, productores, registros, compositores, lo que hiciera falta. Lo importante era triunfar. Y vaya si lo consiguió con este No brakes (1984). Comenzó su andadura al frente de The Babys,  con quienes editó cinco discos en poco más de cuatro años. Dos singles alcanzaron al gran público: Isn’t time en 1977 y Everytime I think of you en 1979 escalaron hasta el puesto 13 de las listas yanquis. Nada mal para un tipo de Lancaster, Inglaterra. En 1981 se acabó esta aventura y John comenzó su carrera en solitario. Un año después, con Ignition , alcanzó cierto éxito al posicionar bien el single Change; la canción la había compuesto y grabado con su banda Spider “una t

Deep Purple - Who do we thing we are (EMI/Purple, 1973)

  (en algún lugar de Frankfurt en algún momento de octubre de 1972) -Vamos, Ritchie, qué mierda es esta. Blackmore resopla. Lleva dieciséis horas metido en el estudio. No recuerda cuándo fue la última vez que durmió una semana seguida en su cama los últimos quince meses, cuándo fue capaz de tocar la guitarra por placer en vez de por obligación. -Si no te gusta, tócalo tú. Jon le sostiene la mirada, sonríe, se levanta las gafas oscuras y le guiña un ojo. -Una más y te invito a una ronda. Blackmore desenchufa la guitarra, la apoya en la pared, abandona la sala de grabación dando un portazo y se sienta en un pequeño sofá justo detrás de Lord y Paice. -De verdad, estoy seco. No puedo ni mover el cuello y parece que tenga hormigas en los dedos. Mañana lo vuelvo a intentar. Lord y Paice se miran. -Mañana le toca a Ian Ritchie gira la cabeza y resopla por segunda vez. Desearía estar en un pub con una pinta en una mano.  -Os juro que no lo soporto más. Si tengo que salir otra vez de gira con e

Los Suaves – Ese día piensa en mí – 1988 (Clave Records, 2021)

  Cuando leas estas líneas, estaré seguramente tomando una cerveza en la Plaza del Hierro o bajando por la calle San Miguel en busca de un hueco para hincharme a pinchos. Y, entre medias, encontraré una placa que recuerda que, en Ourense, nacieron Los Suaves . Porque si existe un Olimpo del rocanrol en español a buen seguro que Yosi está esperando a comenzar el siguiente concierto acodado en la barra más próxima. ¿Que quién es Yosi? Anda, apaga el ordenador y vete al concierto de Taylor Swift. Pues una de las voces más características, reconocibles y dominantes del panorama nacional, un letrista que, en su época brillante, no tuvo igual (al menos para hablar de desgracias, soledad y “puta vida, Tete”), una máquina de diversión en el escenario (cuando está en nuestro planeta, ojo, que esta oveja se ha cardado la lana de su fama a base de bien), la locomotora de un grupo, Los Suaves, que parecía eterno e inacabable. Ya salió por aquí su debut (hace una década, peña), Esta vida me va a

Iron Maiden - No prayer for the dying (EMI, 1990)

  En una discografía tan mítica y mitificada como la de Iron Maiden todos tenemos nuestras filias y nuestras fobias. A pesar de que es una de mis bandas favoritas, no adoro con ceguera sus discos míticos, plagados de enormes canciones y algunos fiascos igual de memorables, ni trago la monotonía que han desarrollado con mejor o peor criterio en obras menos lúcidas. Y como hoy estoy juguetón y sus discos alabados han aparecido ya por el blog, me he permitido rescatar No prayer for the dying , el octavo hijo en estudio de los británicos. A esta obra se le ha acusado de falta de inspiración, de reciclar ideas, de una producción plana o de traicionar, directamente, el propio legado, en fin, que parece no tener defensores ni abuela siquiera. ¿Le damos amor? ¿O le damos caña? La portada refleja claramente la intención de volver a un sonido más simple o directo. Aparece nuestro amado Eddie de nuevo, pero esta vez no es lo mismo. Para empezar, observamos la personalidad de Killer y The number

Gorky Park - Парк Горького (Mercury, 1989)

Este verano he realizado un fantástico viaje a eso que llaman las repúblicas bálticas: Estonia, Letonia y Lituania (con una escapada a Helsinki). Las tres, como ya sabrás, fueron parte de la Unión Soviética. Hoy en día siguen contando con una considerable población que habla ruso y se siente rusa (no sé si soviética) a pesar de los más de treinta años de aquella ruptura. Supongo que, en el fondo, la nostalgia por los malos viejos buenos tiempos no entiende de culturas o latitudes. Hago esta breve introducción por dos razones. La primera, para compartir mi vinilofilia : un viaje a cualquier lado incluye buscar las tiendas de vinilos accesibles en la ruta y visitarlas; no siempre con éxito, pero, al menos, manchar mis dedos con las fundas de esos discos que viven tan lejos de mi casa. De hecho, este viaje ha sido bastante infructuoso, principalmente por los precios, pero también por la falta de oferta buena para mis necesidades. La segunda, como justificación al post de hoy: veréis por