Genio o loco, Tom Scholz grabó dos bestiales discos bajo el nombre de Boston en la segunda mitad de los setenta, el debut de nombre homónico y este Don't look back. Genio o loco porque se dedicaba obsesivamente a pulir una y otra vez sus composiciones, a tocar una y otra vez cada instrumento, a mezclar cada sonido, a regrabar infinidad de tomas. Tom compone las canciones, toca las guitarras, los bajos, los teclados, los efectos, lo que haga falta. Para este álbum, además, se había fabricado un pequeño estudio en su casa, llamado Hideaway, donde se metió con Brad Delp, cantante, y Sib Hashian, batería. Entre los tres conformaron la mayoría de canciones y tomas, contando en una fase más avanzada con los otros dos miembros, Barry Goudreau, guitarra solista y slide, y Fran Sheehan, bajo y percusión. El resultado fue estupendo. En la cara A encontramos dos bestiales canciones, una al inicio y otra al final. A man I'll never be contiene todo el arte de estos tipos: armonía