Amigos, si el viernes pasado os hablaba de Yngwie Malmsteen , uno de los descubrimientos que hice gracias a él fue la banda de Graham Bonnet , Alcatrazz , que me llevó a adquirir el fantástico No parole from rock’n roll así como el no menos imprescindible Disturbing the peace . Y fue con este segundo con el que se reveló ante mi un nuevo virtuoso de las seis cuerdas, el italoamericano Steve Vai , un joven guitarrista que había conseguido encandilar al gran Frank Zappa , quien se lo llevó de gira con tan solo 20 años. En 1984 Steve había editado Flex-Able , un álbum en solitario que, a la vista -¿o debería decir al oído?- de lo que había hecho en Alcatrazz , prometía magia a raudales por lo que no dudé en adquirirlo tan pronto como me fue posible. Con portada diseñada por Steve Vai y realizada por el artista Raúl G. Gonzalez , fue editado por Urantia Records y distribuido en Europa por Food for thought , un sello que en aquellos años –al igual que Music for nations - nos pe