La consagración de la máquina Hablar del cuarto disco (llamémosle así, IV, aunque sepamos que no tiene título) de Led Zeppelin es hablar de la consagración definitiva. Es hablar del disco que calla bocas tras la mala recepción del III (1970) y que convierte a una de las mejores promesas del Hard Rock en el gigante no rechistable que sería a partir de ese momento. Da igual los devaneos de siguientes discos, la ampulosidad creciente o la irregularidad de sus últimos trabajos (aunque tuvieran joyas). Este disco es el cénit de la banda. Y ahora es cuando los defensores del II pueden empezar a preparar sus comentarios para rebatirme, pero para mí, las cotas de talento y genialidad del IV harán que nadie pueda toserles nunca más. Porque nadie puede toserle a quienes han compuesto Stairway to heaven . Sí, voy a caer en lo tópico. Stairway to heaven es una joya -si no LA joya- de la música popular del ultimo siglo. Y lo que nos pasa a los amantes de la música es que hemos