Robin Trower se fajó a finales de los sesenta y en los primeros setenta en Procol Harum . Tras abandonar a sus colegas de grupo comenzó una carrera en solitario con cierto éxito de ventas en los Estados Unidos durante los setenta (cuatro álbumes fueron certificados oro). Este que hoy traigo, Bridge of Sighs (en referencia al Puente de los Suspiros veneciano), segundo largo, apareció en abril de 1974. Sin duda, el mejor disco del británico. Contiene cuatro de sus clásicos , que no fallan nunca en sus directos. El riff tremendo de Day of the eagle tras una breve intro se repite como un mantra a lo largo de todo el tema, con la voz rasposa de James Dewar (quien también toca el bajo) y un trabajo solista increíble del británico. Bridge of sighs , con su áurea onírica, su toque psico , nos envuelve y nos mete en una especie de soul barrido por la tornillería metálica de la Fender, esa excelente progresión de acordes. Metiendo los pies en el funk, Trower nos regala una deli