Bueno, viendo que si no estoy yo por aquí el heavy metal campa a sus anchas, me he visto obligado a volver a casa por navidad para escribir de un disco que, soy consciente, a muchos de los bichos humanos que leéis este blog os provocará bastante urticaria, como mínimo y por decirlo suave. A mí, qué queréis que os diga, me encanta hasta el punto de considerarlo uno de los discos de mi vida. Abro paraguas, pero el cariño que le tengo a este LP está por encima de todo. Las canciones de la felicidad Vamos al grano, he acudido a este disco porque necesitaba ayuda para digerir la comida de Navidad y, sobre todo, digerir a mis primos y tíos. La necesidad de escribir del disco ha llegado después, de la mano de la dosis exacta de premeditación y alevosía. Ha empezado a sonar El Universo Sobre Mí y yo qué sé, ya lo cantaba Rosendo: es solo una canción, y me siento mejor. Me sigue flipando cómo es posible que, dejando a un lado que nuestro día haya sido una auténtica mierda o uno para no ol