Aún recuerdo los días en los que para un “jovenzuelo” que soñaba en convertirse en guitarrista, el estar informado sobre los últimos modelos de guitarras, pedales, amplis e incluso encontrar alguna que otra partitura, era misión “casi” imposible (a no ser que tuvieras buen oído, que no es mi caso, o el profe de turno te las enseñase...me refiero a las partituras). La única opción era las revistas, para los de la ESO es esa cosa de papel con fotos y letras. Para encontrar la buena, la auténtica, las que en el mundillo guitarril se conocían como “la Guitar Player” y “la Guitar World” (americanas, por supuesto) tenías que ir a Madrid, ya que, al menos en mi pueblo, no se encontraban. En 1991 cayó en mis manos el vinilo del cual vengo a hablaros, disco que corrió como la pólvora entre mis amigos y conocidos guitarristas, no importaba el nivel técnico, todos querían escucharlo, y pasé a ser “el tipo que tenía el disco”. Pero basta ya de viejos recuerdos y centrémonos en el álbum.