Por aquí solemos traer nuestros discos favoritos; los ensalzamos, reivindicamos, defendemos. Adoramos compartir la música que nos gusta. Hoy traigo yo uno de mis discos menores. Tal cual. Recuerdo perfectamente cuándo compré este Bestial : en uno de los saldos por cierre de una tienda musical de las que surtieron mi despensa durante muchos años. Te llevabas tres y te regalaba otro, te llevabas seis y te regalaba tres (o algo así). Me gustó la portada. Conocía (de lejos) al grupo, alguno de sus éxitos y debí pensar ¿por qué no? A casa. Lo pagué aún en pesetas y quizá sea, con la de hoy, la tercera o cuarta vez que lo he pinchado. Bestial es una mezcla de Carlos Santana aburrido un domingo a mediodía y un pastiche Bee Gees el sábado por la tarde, un ratito antes de que les entrara la fiebre. Ritmos repetitivos, letras estúpidas, percusiones insulsas y una producción muy plana. ¿Tan malo? pensarás, no puede ser. Bueno, quizá Dolores y su rollo spanglish o Leather queen y sus