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Como muchos sabréis, Black Sabbath debe su nombre a la película homónima de Mario Bava (aunque ésta se titule originalmente Las tres caras del miedo) y esta denominación fue un acierto de la banda de Iommi y compañía: primeramente, porque tiene una sonoridad cojonuda (mucho mejor que las anteriores denominaciones, Polka Tulk o Earth ) y segundo, porque representa perfectamente lo que es el grupo. Black Sabbath quisieron hacer música de miedo , es quizá la banda más relacionada con el satanismo y el terror del rock de los 70, pero tal y como reconocen ellos mismos (y aunque no lo quisieran ver así los sectores más conservadores) detrás de esa iconografía diabólica y esas letras no había nada más que diversión y ganas de provocar. Al igual ocurre en la película de Bava, donde, tras tres historias terroríficas (una más que las otras dos) llega un maravilloso y divertido final donde Boris Karloff nos enseña que todo es simplemente ficción con un plano que se abre viendo as

Como podréis observar, este vinilo carece de una esquina, en concreto la superior izquierda (según miras la foto). Lo llamo "el disco del mordisco". El genial dealer vinilero ViniloRockodium me lo regaló por mi generosa aportación a su cuenta bancaria hace ya un par de años. Según él, lo mordió un perro. Aunque yo creo que tiró de cartón para hacerse una boquilla. Quién sabe, en cualquier caso cayó entre mis manos este primer disco en solitario del por entonces (semi)marginado músico de Pink Floyd de los cuatro que lleva editados hasta hoy. Gilmour reclutó a sus antiguos compañeros de banda (Jokers Wild), el bajista Rick Wills y el batería Willie Wilson, para grabar una colección de canciones introspectivas basadas en sus habilidades con la guitarra y algunas buenas interpretaciones vocales. No es una colección de tomas descartadas de Pink Floyd (habían publicado el denso Animals unos meses antes) pero tampoco es un bombazo. Si te gusta Gilmour como a mí disfruta