Buenísimos días de viernes, día de por sí maravilloso que en función de la música y la compañía elegidas puede llegar a confirmar la existencia de la perfección. De momento, la música llega de la mano de una de las mejores artesanas de canciones de las últimas décadas. Bastante desconocida en términos generales en España, la música de Lucinda Williams no es compatible con la frialdad del alma. Estas canciones erizan cada rincón de tu cuerpo con una facilidad cuya sensación de sorpresa decrece a medida que profundizas en su obra. Decía que Lucinda Williams no es especialmente conocida en España, y no deja de ser curioso que un año después de su lanzamiento este disco fuese editado en nuestro país, con más pena que gloria. El caso es que, ocho años después de su anterior álbum, este disco demostró con sólidos argumentos en forma de canciones que la espera valió la pena. Nunca ha sido muy amiga, de todas formas, del ritmo de lanzamiento de discos de los 60, pero es de justicia ponerse