La portada del álbum ya anticipa qué hay dentro. Porque Buenas Noches Rose es, ante todo, un disco directo, revuelto y sudoroso, dominado por las guitarras expresivas de Alfredo Fernández «Alfa» (Le Punk) y Rubén Pozo (Pereza): buenos riffs, cambios de ritmo y algunos solos brillantes, sucias cuando la canción lo pide, limpias y emocionadas en otras ocasiones, sin virtuosismos innecesarios. Suma lo que cualquier disco de rock necesita: una pareja rítmica que meta fuerza y relleno, con Juan Pablo Otero «Juanpa» al bajo percutor y Roberto Aracil «Robe» manejando el tempo de la batería como si llevara cincuenta años en ello. Pero un álbum bueno necesita también mezclar esta inspiración instrumental con unas letras que cuajen y una interpretación vocal entregada. Y de ambas anda sobrado Jordi Skywalker. Parece nada del otro mundo, pero difícil de conseguir. Aquí encuentras mezcladas influencias nacionales, como Extremoduro, Rosendo y sus Leño o Burning, con otras sajonas, por ejemplo T