Dicen que lo prometido es deuda, y no seré yo quien diga lo contrario. Por suerte en el dicho no se menciona en ningún momento cuando hay que cumplirla; menos mal, porque llego bastante tarde... En este sentido no podría comenzar esta entrada sin agradecer la paciencia y sobre todo los mensajes vía Twitter de ánimo de varios miembros de esta magnífica comunidad; no hace falta que os nombre, you all know who you are! La entrada de hoy va sobre un magnífico álbum de un excelso guitarrista, pero en lo personal va sobre todo de amistad. Y no, no me refiero a la "entrañable amistad" que surgió entre Malmsteen y Turner durante la composición y grabación del mismo, sino a una más profunda y duradera, de las de toda la vida, vaya. Y es que este disco fue una de las innumerables razones por las que quiero tanto a El Guerra, mi vecino y sin " en cambio " gran amigo . Huelga decir que a Él va dedicada esta reseña. Es lo que tiene conocerse tan bien, nada más caer Odyssey