Cuando Bob Pfeifer se empeñó en fichar a Alice Cooper para "su" compañía Epic, hacía una apuesta ciertamente arriesgada: un tipo que acababa de cumplir 40 años, que venía de un largo proceso de rehabilitación por abuso de sustancias diversas, que hacía más de una década de su época gloriosa y cuyos dos álbumes anteriores, tan bien comentados por el colega King, Constrictor (1986) y Raise your fist and yell (1987), no habían alcanzado el disco de oro en los mejores años del hard rock comercial. Pero no se equivocó. Con Trash (1989), que comentaremos por aquí otra semana, alcanzó la gloria mediática y comercial. Esa exposición seguramente le permitió recuperar su estatus de estrella (aunque ha renegado en alguna ocasión del disco, ojo) y tener un presupuesto holgado para su continuación. Hey Stoopid (1991) cuenta con una briosa constelación de estrellas musicales en lo más alto de su carrera por entonces: Steve Vai, Joe Satriani, Vinnie Moore, Mick Mars, Nikki Sixx, Slash,