El inglés es mi asignatura pendiente. Poco más que hello, bye, please, thank you, good morning, two beers, chapurrear los estribillos de un puñado de temas y que no me atropelle un autobús cuando paro por Londres. Pues al rock español de los ochenta creo que le pasó lo mismo. Mientras que bandas europeas, latinoamericanas o japonesas, de por lo menos idéntica calidad que las nuestras, abrazan masivamente el inglés como idioma para expresarse, las de aquí seguían cantando en castellano apoyadas por los fans y los medios. No digo que sea ni malo, ni bueno, ni todo lo contrario. Es más yo prefiero el rock en castellano, pero para entrar en el mercado internacional y actuar más allá de los escenarios nacionales y latinoamericanos, que ojo no es poco y hay que currárselo mucho, hay que darle al idioma de Shakespeare. En los albaceteños Angelus Apatrida se tiene actualmente un buen ejemplo a seguir. Hiroshima , banda formada en la localidad madrileña de Pinto en 1986, n