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Mostrando las entradas etiquetadas como thrash metal

Onslaught - In search of sanity (London Records, 1988)

  En las Islas Británicas correteaban de escenario en escenario, con más o menos suerte, bandas como Cerebral Fix, Sabbat, Deathwish, Slammer, Xentrix, Hydra Vein, Acid Reign, Anihilated, Virus o estos que hoy traigo, Onslaught. Todas, más o menos, podían catalogarse dentro del underground metalero, unas más thrashers, otras más punk, otras más heavies. Hacerse un hueco ahí era difícil, con el poderío cada vez más notorio de la escena yanqui (Slayer, Anthrax, Metallica, Testament, Megadeth) y las bandas del continente empujando (Kreator, Sodom).  Tras dos discos y muchos cambios (un cantante en cada uno de ellos y también de bajista o guitarristas) los muchachos de Onslaught firmaron un contrato con London Records y se sentían esperanzados: sus nuevos jefes tenían un acuerdo con Universal para la distribución. Pero siempre hay un “pero”. Tanto poder tienes, tanto decides. Y la nueva compañía puso sus condiciones. La primera, cambiar de cantante; adiós Sy Keeler, bienvenido Steve Grimme

Metallica – Master of puppets (Music for Nations-1986)

Pues sí, amigos, pasado el mes de agosto, regreso a este blog con un nuevo vinilo, ni más ni menos que el imprescindible Master of puppets de Metallica , el álbum con el que comenzó la leyenda acompañada de tragedia. Y sí, Carlos Tizón ya habló de él hace un tiempo pero fue como de pasada, sin profundizar demasiado. Así que me he tomado la libertad de complementar aquella entrada.    La primera vez que escuché hablar de Metallica por la radio acababan de sacar su Ride the lightning en los Estados Unidos y el locutor se refería a ellos como the next big thing en el mundo del heavy metal. Pero el tema que sonó no era de su segundo disco, sino del primero, una inolvidable Phantom lord que me dejó totalmente alucinado (por cierto, aquí os lo conté). Luego escucharía The call of Ktulu y ahí ya me atraparon. Tenía que hacerme con los discos de esa banda que con su sp

The Natal Pride – Intense (1993-Libélula)

                             Hace varios fines de semana fue  intenso : viernes, Rammstein, 51.000 asistentes, sábado, The Sex, Mötley Crue y Def Leppard, 30.000 asistentes.  Bastante cansado, la verdad, volviendo el sábado en metro de Rivas a casa, pensaba medio dormitando ¿a diario hay tanto rockero duro, hard rockero, heavys o miembros del resto de tribus rockeras, o solo en momentos puntuales, algo así como un rito colectivo?, ¿tiene el rock influencia y efecto en la vida de las personas, sobre todo en la peña más joven?, ¿vamos de concierto por ganas de contacto físico, por la música en directo, por el show?, ¿por hacer mil fotos y vídeos y decir en las redes sociales:  yo estuve allí y mira que bien lo he pasado?  Sería el calor del carajo que hacía, que te cobren 12 pavos por un mini de cerveza, 45 por una camiseta oficial, que se hagan en recintos a una hora y pico en metro de tu casa o que, de tanta peña que en lugar de puños y cuernos en alto están grabando con los móviles qu

Megadeth – So far, so good... so what! (Capitol records –1988)

Amiguitos, os traigo hoy un disco que está un poco como en tierra de nadie –el eslabón (no) perdido entre el icónico Peace sells... but who’s buying? y el megapelotazo Rust in peace –, una obra de transición que poca gente acostumbra a mencionar en su lista de preferidos de esta banda y un álbum del que al parecer ni el propio Mustaine quedó contento. Nunca he entendido la razón porque (atención, spoiler ) a mi me encanta. Por esa época, Megadeth era cualquier cosa menos un ejemplo de sobriedad. El alcohol y la heroína campaban por sus anchas en el seno de la banda, pero por lo menos el núcleo duro de la misma –los dos Dave , Mustaine y el bajista Ellefson – tenía algo más claras sus prioridades, lo contrario que el batería Gar Samuelson y el guitarrista Chris Poland . Se cuenta que este último incluso empeñaba material e instrumentos del grupo para pagarse la droga.    Así las

Últimos de Cuba – Un millón de ratas (1988 – Justine Records)

El otro día el @KingPiltrafilla se lamentaba, sin mucha convicción por su parte, de haber dejado pasar la oportunidad de pillar, en la última edición celebrada en Barcelona de una de las ferias internacionales del disco que pululan por todo el territorio patrio, un vinilo de una banda local de los años ochenta por 20 euros. Error, en buen estado y con el inserto, yo lo hubiera pillado. Esa misma sensación, con más o menos remordimiento, la hemos tenido tod@s al llegar a casa y comernos el coco por haber dejado allí una buena pieza o por haber comprado otra que lo mismo no teníamos planeado y aún teniéndolo por la pasta que nos ha costado, c'est la vie. Ese vinilo que el King dejó en la cubeta fue Un millón de ratas de los Últimos de Cuba, que hoy os sugiero escuchar. Algún/a colega lo pillará en otra feria. Este grupo de ¿hardcore? o ¿crossover? o ¿punk? o ¿speed? o ¿rock urbano? o ¿thrash?, yo qué sé, no sabría definir su sonido, ni me importa, elígelo tú, eso sí con unas letras,

Thrashfusion – Experiencia Suicida (1994 – Producciones AR) / 10 años del #FFVinilo Felicidades

En primer lugar,  felicidades  a tod@s los que hemos contribuido a que este lugar lleve funcionando  diez años,  una década, se dice pronto. Casi llego a publicar, es lo que tiene el buen tiempo, terracitas, musiquita, vinitos, y todo lo que acabe en it@..., pero aquí estoy. Como memoria histórica del blog tenía que llegar a tiempo en fecha tan señalada. Somos diez años menos jóvenes pero con las mismas ganas y fuerzas para comentar las bandas, músicos y discos que nos han marcado, y los que no también, a través de los vinilos de nuestras colecciones. Por otra parte, como no podía ser de otra forma, millones de gracias a quienes pierden cada semana unos minutos de su tiempo en leernos y hacer comentarios a nuestras neuras.   Lo bueno de llevar en el nombre de la banda parte del género musical que quieres ejecutar da muchas pistas de lo que te puedes encontrar dentro de la capeta. El vinilo que hoy os traigo no hace mucho que lo tengo, fue un regalo de cumpleaños y os tengo que decir qu

Anthrax - Among the living (Island records-1987)

Ya he contado alguna vez que mi historia como seguidor de los Anthrax comenzó con su videoclip de Madhouse y que Spreading the disease me parece imprescindible. Sin embargo, cuando la banda lo petó internacionalmente fue después de editar este Among the living que hoy os traigo. Y es que no se puede negar que se lo curraron. Con la misma formación que en su anterior elepé, esto es Joey Belladonna a las voces, Dan Spitz y Scott Ian a las guitarras y coros, Frank Bello al bajo y coros y Charlie Benante a la batería, la banda contrató a Eddie Kramer –supongo que por ser declarados kissmaníacos , porque de otra manera no se entiende– en el que iba a ser el primer trabajo del productor con una banda de thrash metal . Sorprendentemente –para mi al menos, a lo mejor el tipo lo estaba deseando– Kramer aceptó el puesto y se metió con la banda en los Quadradial studios de Miami, donde hizo grabar los temas en grupo y en

President - Have a nice trip (1993 - Barrabás)

Si alguien me hubiera preguntado, oye Paco ¿dime tres ciudades de España en la que no haya bandas de heavy/thrash metal? Una de ellas, no por nada en especial, por desconocimiento total de la escena metálica salmantina, o por ser una ciudad universitaria, de pequeño tamaño y poco industrial, seguramente hubiera sido Salamanca. Pues, me hubiera equivocado.

Damageplan - New found power (Elektra, 2004)

  Pasó un año hasta que, de verdad, pude contar esta historia.  Mi cabeza repetía trozos, imágenes inconexas, gritos, los disparos, repetía pedazos que no acababa de conectar más que en sueños. Tardé un año en explicar qué vi, qué sentí cuando mataron a mi hermano.  La escena comienza con Dimebag atacando el riff de Wake up,  Patrick se acerca a él, espera unos segundos, se separa y arranca "our lives are entwined..." y sigue andando hasta el borde del escenario. El patrón de esta canción es complejo y me concentro al máximo, golpeo con fuerza mi batería, me siento enorme, hasta cierro los ojos y cuando los abro veo una pistola, una Baretta, saliendo del lado izquierdo del escenario, un tipo camina rápido, Dimebag está de espaldas, va a comenzar el estribillo y tengo que estar atento al cambio, cierro inconsciente los ojos.  Escucho los disparos entre el ritmo de los tambores.  Abro los ojos, la gente grita al fondo, mi hermano está en el suelo, la pistola vuelve a disparar.