Escena 1 y única. En el estudio, de espaldas a la mesa principal, Martin Birch, productor, sostiene un vaso con dos dedos de güisqui; en frente, en un sofá rojo, Tony Iommi, guitarrista, y Geezer Butler, bajista; junto a ellos, de pie y apoyado en la pared, Ronnie James Dio, cantante. En el suelo una botella mediada de vodka y una bolsa pequeña. Ronnie: Hay que decidir el título del disco, mañana tenemos la reunión con la compañía. Martin: Es un buen disco, veréis cómo se vuelven locos con él. Hemos hecho buenas canciones, joder. Geezer: Tú no has hecho una mierda, mamón. Ya te puedes esmerar con la mezcla, no nos hagas esa porquería de la new heavy wave o como se llame. Somos los putos Black Sabbath. Ronnie: No jodas otra vez con eso. Se lo curró de puta madre en el anterior. Geezer : Ya, pero el cabrón no estaba tan colgado la otra vez. Y no me gusta un pelo el rollo ese de gurú de los chavales esos nuevos, los Iron Maiden. Martin: No pasa nada, colega. Os haré sonar como diablos.