Desde que Dio abandonó al grupo de malas maneras en 1982 (tras una serie de desavenencias en la producción del directo Live Evil) Iommi había intentado mantener a flote, como buenamente podía, el nombre de la banda.
Con Tony Martin habían conseguido grabar algunos buenos discos, pero cuando Dio e Iommi cruzaron sus caminos de nuevo, éste lo tuvo claro.
Tras invitar sutilmente al bueno de Tony Martin a dejar libre el puesto de frontman, empezaron los primeros ensayos con Dio y también las primeras fricciones. Cozy Powell y Dio no se podían ni ver y éste no tardó en anunciar que él con Powell no volvía a trabajar. Estaba claro que, desde la época de los Rainbow de Ritchie Blackmore, Dio y Powell no habían limado sus asperezas, sino todo lo contrario. Iommi tenía de nuevo un problema pero el destino quiso que Cozy Powell tuviese un accidente ecuestre que lo dejó fuera de juego por una temporada. Dio aprovechó para traerse a su sumiso batería Vinny Appice a la banda y problema resuelto, por lo menos temporalmente.
Así pues esta era la primera vez que, tras una década, Dio volvía al frente de los Sabbath. Geezer Butler también volvía al grupo, tras más de nueve años de ausencia. La formación que grabó el Mob Rules estaba junta de nuevo e Iommi había conseguido, una vez más, salvar el honor del grupo.
Sin embargo Iommi quiso poner alguna condición sine qua non a Dio: nada de historias fantásticas con dragones y tesoros al final del arco iris. Estábamos en los 90 y todo lo que oliese a Heavy Metal clásicos era vilipendiado sin piedad. Los textos tenían que reflejar problemas acordes a los tiempos actuales. Así nacen temas con letras críticas hacia el inexorable y vertiginoso avance tecnológico en un mundo cada vez más globalizado. Sin duda unas temáticas que nunca había abordado pero Dio consigue plasmar toda su rabia y odio con unos textos realmente afilados.
El disco está repleto de potenciales himnos dignos de formar parte del mejor repertorio de Black Sabbath. Canciones realmente potentes con unos riffs y unos estribillos que se te quedan grabados a fuego en la cabeza: TV Crimes, I, Master Of Insanity, Letters From The Earth o Computer God son algunos buenos ejemplos de ello. El tándem formado por Iommi, Butler y Dio es infalibale a la hora de escribir buenos temas.
El disco se abre con Computer God y lo primero que destaca es la producción: un sonido seco, muy metálico, directo y alejado totalmente de los sonidos opulentos y las reverbs omnipresentes de las producciones ochenteras. Un factor más para que el grupo deje atrás la década pasada e intente encajar en los nuevos sonidos actuales.
After All (The Dead) continene un riff que es puro Black Sabbath, donde Iommi nos sumerge en el climax denso y tenebroso tan característico del grupo. Dio arrastra las palabras como si intentase meterse en la piel del mismísimo Ozzy. El tema suena a los Black Sabbath de la primera época, se podría decir que es el Black Sabbath (el tema) de la era Dio.
Sins Of The Father definitivamente suena a unos Black Sabbath reinventados y puestos al día con unos contratiempos y unas guitarras que debieron ser una verdadera demostración de poder para las bandas más jóvenes de la generación grunge.
Too Late, con una introducción de Iommi a la acústica y un Dio susurrante, tan típica y deliciosamente Sabbath, es la balada del disco. Un tema lento y oscuro, potente y delicado que recuerda en eséncia a la épica "The Sign Of The Southern Cross" de The Mob Rules.
Parece que en I, que contiene un de los mejores riffs del disco, Dio desafíe a sus enemigos con un "all togheter you'll never be stronger than me" (¿se refiere Dio a todos los cantantes que han pasado por Sabbath?). Dio nunca sonó tan amenazante y agresivo como en este tema, tónica que mantiene durante todo el disco.
Y es en TV Crimes, otro de los mejores temas del disco, donde Dio también carga contra otro de sus enemigos: los telepredicadores, tan en boga durante los años 90s ("He guarantees you instant glory, Get your money on the line").
Dehumanizer hubiese merecido mejor suerte y esta formación nos podría haber proporcionado algunos buenos discos más. Desgraciadamente los egos pesan mucho y la gota que colmó el vaso fue la aceptación de Iommi de tocar junto a Ozzy en el Ozzfest de ese año.
Dio lo dejó bien claro "no pienso ser el telonero de ningún payaso" y abandonó de nuevo a Sabbath de malas maneras.
Dio lo dejó bien claro "no pienso ser el telonero de ningún payaso" y abandonó de nuevo a Sabbath de malas maneras.
No fue hasta después de 17 años que esta formación se volvió a juntar para grabar otro gran disco, The Devil You Know, pero esta vez bajo el nombre de Heaven & Hell.
Black Sabbath at Monsters Of Rock 1992
Fabuloso disco que como dices merece mejor suerte, los egos es una constante en el rock y en el mundo, ¿si a la mas guapa del insti no hay quien la aguante???
ResponderEliminarGran reseña tío.
Abrazo.
Pues si...un disco a reivindicar (como he hecho yo hoy). Y lástima que la formación no aguantase más...podrían haber salido muchas cosas buenas de ahí. Un saludo Addison.
EliminarUn álbum perfectamente reivindicable que yo compré en cedé años después de su aparición. Sin embargo, soy un defensor del gran -e infravalorado- Tony Martin.
ResponderEliminarNo tengo en tanta estima este álbum como vosotros, aun reconociendo que es una delicia escucharlo. Me gusta la época de Tony Martin también. En realidad, creo que de Sabbath me gusta hasta lo malo. Y buena reseña, da gusto: apetece volver a escuchar el álbum. Ahora mismo me pongo. Saludos y buen finde.
ResponderEliminarSiempre he opinado lo mismo que Dio sobre ozzy, es un gran payaso ,sino me equivoco a Dickinson tampoco le cae en gracia.
ResponderEliminarSalu2