Qué difícil empezar a escribir esta reseña. Qué difícil me es ser objetiva con ella... Podría empezar contando que es la única mujer que ha sido inducida dos veces en el Rock ‘N’ Roll Hall of Fame, por formar parte de Fleetwood Mac y por su carrera en solitario (con permiso de Carole King , que también ostentará ese honor, cuando sea inducida este año por segunda vez). Podría hablar de su trayectoria como compositora de algunas de las canciones más hermosas de la historia de la música (“ Dreams ”, “ Landslide ”, “ Rhiannon ”, “ Gypsy ”...). Podría hablar sobre su carisma, su voz especial, y su presencia, o su influencia sobre muchos artistas que se confiesan seguidores incondicionales de esta hada, o bruja, o como queramos llamarla. Y aún así, me quedaría muy corta, porque Stevie es especial. Es magia, pura magia sobre el escenario. Cuando ella llega, con sus escasos 1,55 metros lo llena todo y ya no hace falta nada ni nadie más en él. A pesar de que siempre ha estado muy bien rod