Ir al contenido principal

Alice Cooper – Billion dollar babies (1973)


Amigos del vinilo, parafraseando a Dante os diré que abandonéis toda esperanza, oh vosotros que entráis en este blog, la esperanza de leer una entrada breve y concisa... porque pienso extenderme. Resulta que la semana pasada llegaron a mis manos procedentes de Nashville –cortesía de Popmarket- los álbumes Killer, School’s out, Muscle of love y Welcome to my nightmare. El precio del paquete –74 eur por el producto y envío- lo hacía muy atractivo. Lo malo es que –sorpresas de principiante en esto de adquirir cosas de ultramar por internet- cuando lo recibí descubrí un concepto que me era del todo desconocido: el IVA de importación. 


Total, que entre precio, transporte, impuestos y la comisión de UPS, los cuatro vinilos me costaron 95 eurazos. Pero no me arrepiento, amigos. Se trataba de un capricho que hacía tiempo que quería darme y opino que poseer en vinilo estas joyas valía el desembolso. Aún me falta el Love it to death para hacerme con toda la época gloriosa de Alice Cooper –el grupo, no el alter ego de Vincent-, pero estoy en ello, no os preocupéis. El que no me falta, y al que dedico hoy esta entrada de los viernes, es el fantástico Billion dollar babies, edición original –segunda mano, of course- que conseguí por 8 míseros euros en la última feria del disco de coleccionista de Barcelona a la que asistí, hace ya bastantes meses. 


Billion dollar babies es el sexto álbum de los norteamericanos Alice Cooper –el cuarto si no contamos los dos primeros lanzados en el sello de Frank Zappa- y fue editado por Warner Bros. en febrero de 1973, alcanzando el número 1 en la lista Billboard después de poco más de un mes de su salida a las tiendas. Grabado entre los Morgan studios de Londres, una mansión de Connecticut –Galecie Estate- en la que el productor Bob Ezrin puso micrófonos repartidos por varias habitaciones y los neoyorquinos The Record Plant, el disco contó con el trabajo de Vincent Furnier a las voces y la harmónica, Michael Bruce a las guitarras, teclados y coros, Neal Smith a la batería y Dennis Dunaway al bajo y coros. 


Entre otros músicos de sesión, cabe destacar el trabajo de Dick Wagner, Steve Hunter –autor de varios solos y overdubs- y un tal Reggie Smith, realizando todos las partes de un cada vez más ausente Glen Buxton que casi no grabó nada en este Billion dollar babies y ni se pasó por el estudio en la época de Muscle of love. Como anécdota os diré que después de las sesiones de grabación en Londres, la banda se fue a pasar unos días de vacaciones a las Canarias –en donde compusieron todos juntos Generation landslide-, a la vuelta de los cuales Glen fue hospitalizado. Dick Wagner –que acabaría convirtiéndose en miembro oficial de la banda- compuso temas como I love the dead, pero firmó un acuerdo en el que –a cambio de dinero- dejaba el mérito a Vincent y Bob. Sin embargo, todos los seguidores de Alice sabréis la importancia que Wagner tendría a partir de ese momento en la carrera en solitario de Vincent Furnier, alias Alice Cooper


Billion dollar babies se presentó en una carpeta doble con forma de billetera de piel de serpiente verde con el logo en dorado y un interior en el que destacaban varias fotos de la banda a cargo de Neal Preston y Lynn Goldsmith y un signo de dólar ilustrado con brillantes, todo diseñado por Pacific design y E.A.R., con dirección artística de Greg Allen y Hugh Brown. En la funda del vinilo, se veía al grupo vestido de blanco, rodeados de dólares por todas partes y con un bebé –una tal Lola Pfeiffer, hija de la jefa de la oficina de publicidad de Europa- maquillado como Alice. En resumen, una cuidada e impactante presentación para una obra que pretendía manifestar el lado oscuro y perverso del género humano y en particular la decadencia de las estrellas del rock –extrapolación del estatus de la banda en esos momentos- rodeadas de dinero, drogas, alcohol y mujeres. 


Para ello, Vincent y los suyos crearon las siguientes canciones: 

A 
Hello hooray 
Raped and freezin’ 
Elected 
Billion dollar babies 
Unfinished sweet 

B 
No more Mr. Nice guy 
Generation landslide 
Sick things 
Mary Ann 
I love the dead 

Hello hooray es una de las canciones de Alice que más me gustan, tanto del álbum como de toda su carrera ya que –pese a no ser original suya- tanto su interpretación vocal como los arreglos de la banda y Ezrin la convierten en un genuino tema cooperiano. Raped and freezin’ es un rock más directo, con menos florituras –aunque con unos arreglos de percusión finales sorprendentes- que da paso a Elected, otro de los icónicos temas de Alice Cooper, que en realidad es una nueva versión del que con el título de Reflected grabaron para su debut Pretties for you y que –una vez más y para quien aún no se haya dado cuenta- es una nueva muestra de la gran importancia que el talento e imaginación de Bob Ezrin tuvo en el éxito de Alice. Sigue la inolvidable e imprescindible Billion dollar babies, uno de esos temas que nadie catalogó de heavy rock porque en aquella época no se había acuñado el término, pero que tiene unas guitarras, un bajo y una batería que se comen con patatas a cualquier otro grupo de rock “duro” de la época. La cara A finaliza con Unfinished sweet, un inclasificable tema dedicado a una visita al dentista, con un preeminente bajo durante toda la canción -que hacia la mitad me ha recordado al Pulling teeth de Cliff Burton-, y un montón de efectos de sonido. 


La cara B comienza con No more Mr. Nice guy, otra pieza mítica de la historia del hard rock de los 70 cuyo principal mérito radica en la sencillez del tema. Generation landslide es otra de las joyas de este álbum y Sick things uno de esos temas surreales y extraños que tiene continuidad en la no menos rara Mary Ann, con un piano cabaretero que nos deja noqueados antes de que el álbum llegue a su final con I love the dead, esa oda a la necrofilia, exponente del provocador shock rock teatralizado que Alice Cooper ejecutaban a la perfección, siempre comandados por –no me cansaré de decirlo- Bob Ezrin a la dirección musical. 
Y entonces llega el momento de dar la vuelta al vinilo y volver a escuchar entera esta fantástica obra de arte. 


No quiero despedir mi colaboración de hoy sin recomendar a todos los amantes de la primera época de Alice Cooper que aún no hayáis tenido la oportunidad de leer Alice Cooper, por un billón de dólares de Sergio Martos que os hagáis con ese libro lo antes posible. De ahí –por ejemplo- he sacado un montón de datos para escribir esta entrada. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Buen disco y no es por ser "tocapelotas", que también, pero en el disco te falta precisamente el billete del billón de dolares que iba plegado debajo de la cinta en la que está el símbolo del dolar de diamantes, pero bueno los ejemplares completos no valen 8 euros... es como el "School's out" y su fetichista braga envolviendo el disco.
    Las compras en USA a veces vienen con el regalo del IVA de imporación y el caso es que parece aleatorio, a veces cobran, a veces non.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso iba a decirle. Si por 8 euros, además viniese con el facsímil del billete sería la rehostia jajaja

      Eliminar
  2. Yo con Alice Cooper confieso que soy de temas sueltos, pero esta reseña es tan interesante que lo voy a intentar con este LP.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Empieza con los que te he seleccionado. No te arrepentirás.

      Eliminar
  3. Brutal Alice. No sabría con cuál de todos los de esa época quedarme, quizá con este o el Love it to death. Buena compra (a pesar del sobreprecio). Yo los tengo en cedé (incluida la edición aniversario de este Billion), pero en vinilo... ¡todo parece mejor! Up Alice!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En vinilo todo es más grande. Y ya sabes que, pese a lo que digan algunos... el tamaño SÍ importa jajajaja

      Eliminar
  4. Pues no tenía vd el equipo jodido? Bueno, en todo caso un ragalazo. Por eso andabas toda la santa semana con vídeos del menda.... Gran entrada King

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y sigo con el equipo jodido, pero a ver si esto me sirve para espabilar y poner remedio al tema.

      Y por supuesto, por eso últimamente estaba tan enganchado a Alice.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...