Ir al contenido principal

Cliff Richard – Congratulations (La voz de su amo-1968)


Amigos, se viene una brasa importante, aviso, provocada por el carácter especial de esta entrada. El origen del vinilo que hoy os traigo se encuentra en Lucknow, capital del estado indio de Uttar Pradesh, cuando en otoño de 1940 llega al mundo Harold Rodger Webb, el hijo de un empleado de la Indian Railways. Sin embargo, el futuro de Harold está llamado a definirse a muchos kilómetros de distancia cuando con ocho años viaja a Inglaterra con su familia, que establece allí su residencia definitiva. Siendo un adolescente, Harold se interesa por la música y tras dejar la Cheshunt Secondary Modern pasa por varios grupos hasta que con 18 años y en en seno de The Drifters graba su primer single con Columbia, el tema Move it! que llegaría al segundo lugar de las listas de la Gran Bretaña. En ese momento, Harold ya se ha convertido en Cliff Richard, de Cliff –acantilado en inglés– como un remedo de rock –roca– y Richard, por Little Richard. Sin embargo, en los Estados Unidos ya existe un grupo llamado The Drifters por lo que la banda no tarda en cambiar su nombre a The Shadows. A partir de entonces, se produce el despegue de Cliff & The Shadows
 
Con un panorama dominado por músicos pop mayoritariamente norteamericanos, tanto la industria como la juventud británica encumbran a un joven Cliff Richard que, sin haber alcanzado la veintena, adquiere una fama inusitada, apareciendo en televisión, protagonizando tours en los que las chicas gritan histéricas mucho antes del fenómeno Beatles y participa en varias películas. New Musical Express le premia con el galardón a mejor nuevo cantante y él se compra una scooter negra y rosa con los royalties de Move it! ¿no es entrañable? Cliff se convierte en una estrella que emana sencillez y proximidad con una carrera que no deja de acumular éxitos. En 1961 rueda The young ones con Sidney J. Furie –realizador canadiense con una variopinta filmografía que incluye la estupenda Ipcress, Superman IV o Iron eagle– y coloca el single del tema título en el número 1 de las listas, con ventas de más de un millón de copias. A raíz del estreno de la película en todo el mundo con enorme éxito, tanto Cliff como The Shadows adquieren fama más allá de las fronteras de la Gran Bretaña –donde el Variety Club nombra al cantante Personalidad del show business del año– y eso les ofrece la oportunidad de embarcarse en giras internacionales. 
 

A partir de entonces, Cliff –que declara adorar a Rick Nelson, Ray Charles o al mismísimo Elvis Presley, cuando la prensa le acostumbra a presentar a él como el Elvis británico– es imparable, encadenando éxitos musicales, récords de ventas y giras que le llevan desde España hasta Kenia. En medio del inicio de la Beatlemanía, Cliff sigue apareciendo en películas y en programas de televisión y encadenando hit singles, llegando a tener en el Top 10 británico cinco a la vez, mientras los Fab Four tenían “sólo” tres. Hay que decir que la prensa explotó una pretendida rivalidad y animadversión entre The Shadows y The Beatles, cuando en realidad sentían respeto mutuo. Es más, John Lennon llegaría a afirmar que Cliff era lo mejor que le había ocurrido a la música británica y que sin él nada hubiese sido igual. Con todo, los lectores de New Musical Express ignoraron a los de Liverpool y en 1965 otorgaron a Cliff el premio al mejor cantante masculino. 
 
Pero hay un momento en que la carrera de Cliff Richard está a punto de tener fin cuando el 16 de junio de 1966 aparece en un acto organizado por Billy Graham –un influyente predicador evangélico y ministro bautista de Carolina del Norte que se convirtió en celebridad al emitirse sus sermones por radio y televisión y llevar a millones de personas su discurso, además de amasar una gran fortuna– en el que se expresa abiertamente sobre su fe. Bautizado como anglicano, dos años antes había abrazado con fuerza el cristianismo y eso había hecho mella en su determinación como artista. Al parecer, Cliff llegó a plantearse dejar la música y convertirse en sacerdote o profesor de religión y a lo largo de 1967 el tema era habitual en revistas y programas de televisión musicales. Sin embargo, Cliff Richard continuó cantando, apareciendo en películas –una de ellas, Two of a penny, financiada por la Billy Graham Evangelistic Association– e incluso apareciendo junto a The Shadows como marionetas en la mítica serie de televisión Thunderbirds
 
Y así es como, al igual que Mary Hopkin –protagonista de mi anterior entrada de esta serie– haría dos años después, Cliff Richard, artista mimado por el público y la industria británica, estrella estratosférica e icono internacional de la música fue el intérprete seleccionado para participar en el Festival de Eurovision de 1968 que tendría lugar, además, en el Royal Albert Hall londinense. Todos los astros parecían estar alineados para que Cliff se llevase a casa un nuevo galardón. Pero la tanqueta de Leganitos –la española Massiel, de quien ya os hablé en otra entrada de esta serie– le aguó la fiesta. Cosas que pasan. Sin embargo, Congratulations era un temazo y consiguió ser un superventas en medio mundo, lo que incluyó nuestro país. Y mi madre, toda una joven moderna y amante de la música, evidentemente se hizo con el single... aunque sospecho, por algunas historias que contaba, que su colección eran regalos de algún cliente de la oficina de Banco Español de Crédito en la que ella trabajaba como secretaría del director. Eso explicaría que sus últimos vinilos sean del 68, año en el que nació mi hermana y mi madre dejó el banco para convertirse en ama de casa a tiempo completo. 
 

Total, que producido por el arreglista, productor y director de orquesta Norman “Norrie” Paramor y editado por La voz de su amo, sello subsidiario de la barcelonesa Compañía del gramófono-Odeon, dependiente a su vez de EMI Ltd. el single llegó a las manos de mi madre con el siguiente track list
 
A 
Congratulations 
 
B 
High‘n’dry 
 
Primero encontramos Congratulations, uno de esos temas simplones de estribillo facilón y repetitivo –lo que no significa que sea sencillo de componer, ahí está el mérito– creado por los multipremiados compositores Bill Martin –su nombre real era William Wylie Macpherson, un editor musical escocés– y Philip Michael Coulter, un productor, arreglista y director de orquesta norirlandés. ¿Quién no la ha cantado o tarareado alguna vez? 
 
El single se completa con High‘n’dry, escrita por la prolífica pareja de compositores de Bristol Frederick Roger Cook y Roger Reginald Greenaway. Se trata de un tema con arreglos orquestales, coros femeninos y muy alegre que, sin embargo, no tiene ese “aquel” que lo convierta en temazo más allá de ser resultón y disfrutable. 
 
Tras el bache de Eurovision y gracias a que el tema fue todo un éxito al margen del resultado en el concurso, Cliff continuó con su carrera, sus actuaciones –incluyendo conciertos de góspel como uno memorable en la catedral de Coventry–, sus discos y sus sermones evangelistas en los que no se ahorraba el criticar a otros músicos y declarar que el sexo fuera del matrimonio, el consumo de drogas y alcohol o la relación con gurús budistas e hinduistas –muy en boga en la época– eran comportamientos pecaminosos. Y tras diez años en el mundo del espectáculo, The Shadows y su frontman iniciaron caminos separados, pero –como acostumbra a decirse–, eso ya es otra historia. 
 


Y si al principio de la entrada os decía que esta era especial es porque con este single –uno de los pocos que la hacía realmente feliz, recuerdo que se le iluminaba la cara cuando tarareaba o repetía el estribillo con su inglés de oídas al escuchar el tema por la radio– finalizo la serie de entradas dedicadas a mi madre, fallecida en verano de 2022, que he titulado “Los singles de mami” y en la que he reseñado los EPs y singles de su colección que he heredado. Espero que os haya permitido descubrir historias y músicas interesantes. A mi me ha servido –además de para eso– como excusa para ocupar con su recuerdo mi memoria cada vez que manoseaba uno de estos miniálbumes y ponía en orden información y sentimientos para dar contenido a este blog. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. ¡Ha quedado un #FFvinilo muy despejadito esta semana! Por una parte me alegro, pues así acapara todo el protagonismo esta última entrada tuya de la serie vinílica dedicada al recuerdo de tu madre. Como bien compartes en el párrafo final, la música, en general, siempre es fuente de recuerdos y, en esta ocasión, ha construido un puente a esos recuerdos que generó la relación con tu madre y su música. Para mí, ya lo he dicho de otro modo anteriormente, uno de los momentos más emotivos y memorables del blog. Al fin y al cabo, los que venimos por aquí con frecuencia es lo que buscamos, al menos yo: más allá de las canciones, revelar, conocer, compartir, descubrir emociones, vida, recuerdos. Vaya por aquí un fuerte abrazo para ti y para la memoria que has compartido con nosotros. Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo3/2/24 16:12

      Pues muchas gracias, hombre. Evidentemente, no voy a dejar de pensar en ella de tanto en tanto, pero me ha parecido bonito hacerlo en este blog uniendo su recuerdo con ese nexo de unión de 7" con mi pasión musical y vinilófila. Así también me alejaba un poco de mi jebimetal habitual. Y sí, ha quedado despejadito. Si no se remedia, tú y yo acabaremos siendo los Esteso y Pajares del blog. Un abrazo y nos leemos por ahí. KING

      Eliminar
  2. Fantástica entrada. Primero, pues contar la historia de uno de los padres del poprock británico. Segundo por el aditivo emocional y el engarce de joyero al relacionar el recuerdo de tu madre con la música y este blog. Un abrazo.
    PD: algunos por aquí del vez en Cusco hacemos de Ozores para acompañaros

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo4/2/24 10:58

      No puedo añadir nada más. Gracias por tus palabras y abrazo de vuelta. La semana que viene te toca a ti, no escurras el bulto. ;)
      PD: Tu autocorrector va como el culo, es decir, como todos. KING

      Eliminar
    2. Es que, mis problemas con el blogger son desde el móvil: muchas veces no veo lo que escribo y la mitad de ellas, aún dar a publicar, da un error y tengo que empezar de nuevo, por lo que la desesperación hace que ni repase lo escrito

      Eliminar
  3. Espectacular broche de oro para acabar esta magnífica serie, que nos ha permitido descubrir muchas historias interesantes detrás de las canciones y los artistas. Doble mérito, porque me parece un manera espectacular de rendir homenaje a un ser querido. Bravo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...

Hangman’s Chair – Saddiction (2025)

Hoy toca bajar revoluciones y dejarse llevar. El último disco de los franceses Hangman’s Chair es una obra que no intenta rescatarte de la tristeza, sino hacerte compañía en ella. Y lo hace sin dramatismos, sin buscar comprensión, sin querer llamar la atención. Simplemente, se queda a tu lado, y con eso es suficiente.                                   Desde el primer tema,“To Know the Night”, queda claro que este disco no se mueve en la urgencia. Aquí todo ocurre despacio, con la calma que requiere la ocasión. Las guitarras arrastran un peso denso, la voz se mantiene serena, contenida, casi resignada. Pero esa calma es solo la forma que toma el dolor cuando ya no grita. Cuando se vuelve parte del paisaje. El título, Saddiction , lo dice todo. La mezcla de sadness y addiction no es casual. Es una confesión, un espejo, una manera de nombrar eso que muchos sentimos pero no siempre sabemos...