Una de mis últimas adquisiciones, y una de las que tenía más ganas, porque es una de mis canciones favoritas, tanto de Moore como de mi top ten particular.
Escuché esta canción por primera vez en la radio en torno al año en que salió al mercado el disco en directo “Blues Alive” (1993), porque fue el sencillo que se escogió para promocionarlo. Como tantas otras veces me ha pasado, recuerdo que me quedé enganchada y flipando en colores, pero esta vez no solo ocurrió eso, sino que sentí esa garra que araña y cala hondo, que llega. Algo que, desde luego, no consigue cualquiera tocando la guitarra. Cuando ocurre eso no hay marcha atrás: tu forma de sentir la música cambia, y para siempre.
Y es que Gary Moore no era cualquiera ni tocaba de cualquier manera. Se dejaba el alma en cada nota y hacía llorar a la guitarra de tal manera que para mí, escucharle interpretar esta canción en ese glorioso directo significó un antes y un después en mi forma de sentir y escuchar la música.
Gary Moore y sus comienzos
Robert Gary Moore nació y se crió en Belfast, la capital de Irlanda del Norte. Cuando tenía diez años empezó a tocar la guitarra, como tantos otros grandes talentos del instrumento, echándole muchas horas y ganas, de manera autodidacta y de oído. Gary era zurdo, pero aprendió a tocarla como los diestros.
A los 16 se fue de casa, con permiso de su padre, y se mudó a Dublín. Allí conoció a otro chaval tres años mayor que él llamado Phil Lynott, quien le propuso que se uniera a su grupo, Skid Row. En 1970 fueron teloneros de Fleetwood Mac y conoció a Peter Green, uno de los ídolos del momento, que sería una de sus grandísimas influencias, junto con Jimi Hendrix. Peter, además, le vendió por 300 libras su guitarra “mágica”, la Gibson Les Paul del 59 con un imán invertido que hace que suene de manera única y especial, y con ella Gary Moore despegó y se hizo grande.
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Parisienne Walkways
Después de su paso por Skid Row y Thin Lizzy, bandas lideradas por su amigo Phil Lynott, Gary sacó su primer álbum en 1978, llamado “Back on the Streets”. En él hay dos temas compuestos por Lynott y este, “Parisienne Walkways”, compuesto por ambos. Gary la música y Phil la letra, y también puso la voz.
En un principio la canción iba a ser instrumental, pero para hacerla más “comercial” el productor, Chris Tsangarides, propuso ponerle versos, y entonces Phil escribió la letra, que también se cambió. La idea es que comenzara diciendo “I remember Paris in the fall tonight” (Esta noche recuerdo París en otoño), pero Lynott decidió cambiarlo por “I remember Paris in '49” (Recuerdo París en el 49) haciendo referencia al año de su nacimiento y a su padre, Cecil Parris, a quien había conocido tan solo un par de años antes, en 1976. Cuando la escucho siempre me parece que arrastra un poco la "r" de "Paris" y dice "Parris".
En este vídeo se puede ver perfectamente el entendimiento de ambos en el escenario, a pesar de que tuvieron sus más y sus menos y (dicen) que Phil no solo le marcó en su carrera musical, sino que también lo hizo de manera literal, rompiéndole una botella en la cara y dejándole una cicatriz que llevaría ya para siempre, tras una pelea en un bar.
Sea como fuere, la química entre ellos era enorme, se ve y, lo más importante, se siente.
Esta versión del single es muy buena (más detalles técnicos sobre la grabación aquí) , pero en directo la tocaba de manera diferente y crece hasta hacerse enorme. Gary solía interpretarla como colofón a sus conciertos con su personalísima y característica forma de tocar, esos trills rapidísimos y sentidos con los que recorría una y otra vez el mástil, esos maravillosos bendings (uno de los maestros en esta técnica) y especialmente el sustain, con notas larguísimas y una en concreto que en este tema a veces mantenía por más de veinte segundos, más o menos a la mitad de la canción, y que conseguía marcando con cinta adhesiva el lugar del escenario donde sonaba mejor. Aquí una de las mejores versiones en vivo, la del disco “Blues Alive” de 1993.
La portada
Es una fotografía en blanco y negro, tirando a tonos sepia, de la puerta de un antiguo café parisino, con tres personas sentadas en las mesas del exterior que miran desafiantes a la cámara, una farola en primer plano y, en la primera planta de la construcción donde se ubica el local, entre dos ventanas de lamas blancas, la portada del álbum “Back in the Streets”. El nombre arriba a la izquierda, en letras mayúsculas negras, recuerda a un graffiti y el título de la canción, en blanco, justo encima del arco de una calle empedrada, donde, a lo lejos, se puede ver un caballo.
En la contraportada, un plano medio con el fondo desenfocado de Gary Moore con el aspecto que tenía en 1978: media melena, gafas de sol tipo “aviador” de espejo, cazadora de cuero y cremalleras, camiseta debajo y gesto serio. Por cierto, que aún no había sucedido lo del bar, porque su cara aún parece intacta.
Arriba a la izquierda, en negro, los títulos de las canciones que se incluyen en el single, la cara A, “Parisienne Walkways” y la B, “Fanatical Facist”, también escrita por Phil Lynott y el texto “taken from the álbum Back On the Streets”.
Mi edición es la inglesa, del año 1978. Una maravilla.
Vinilo
Etiquetas. Detalle
Soy un enamorado del Moore más hardrockero y no tanto del bluesero de su última época, pero este single es estupendo. El Back on the streets es uno de los vinilos que algún día caerá de segunda mano en alguna feria o tienda vinílica. Un abrazo.
ResponderEliminarA mí Gary Moore me gusta de cualquier manera, blusero o rockero, todo lo tocaba bien. Me encantan discos como “Corridors of Power” o “Wild Frontier”, y con su blues he llegado a llorar. Este Señor (con mayúscula) hacía hablar a las guitarras.
EliminarNo se nota ni ná que me gusta mucho, ¿no? 😬
Creo que también descubrí este tema en el Blues Alive. Gary ya me había conquistado e introducido en el mundo del blues. Mi hermano mayor era tan de Gary Moore, tenía varios discos y se compró el vinilo del Still got the blues casi sin saber lo que contenía. El disco terminó siendo mío y empezó mi idilio con el blues. We want Moore!!!!
ResponderEliminarMoore and Moore ;) Ese disco es una auténtica maravilla...
EliminarQué gozada esas canciones que consiguen enamorarnos hasta el punto de hacernos llorar, cuando encontramos un artista que hace lo que quiere con nosotros. Hace poco que he escuchado a Gary Moore, gracias a entradas recientes de este sitio, y esta canción me ha gustado mucho. La toca de una manera muy personal, que desde luego indiferente no te deja a no ser que estés muerto. Saludosss
ResponderEliminarHay interpretaciones de esta canción que podrían arrancar las lágrimas solo con verle tocar, porque este hombre, ya dejando de lado su técnica, le ponía tal sentimiento que lo transmitía de manera que, como dices, habría que estar muerto o ser una piedra para no sentirlo.
EliminarQué voy a decir yo de Gary Moore, eterno adorador de su arte. Pocos singles se ven por aquí; me gusta que hayas traído uno, y más de una canción tan significativa en la carrera de Gary. Abrazos.
ResponderEliminarGary es para adorarle, no merece menos. Me gusta mucho el formato single, y tengo unos cuantos, así que alguno saldrá por aquí. ¡Saludos!
EliminarUna versión instrumental increíble de este tema se encuentra en el live at the marquee. Además, contiene una intro que luego será el sunset del live in japan
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