El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller, es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia.
La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos.
El
cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan
Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un
timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al
conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal
clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación
respire.
El
álbum destaca por no tener ni un segundo de relleno, ni solos interminables, pero sí momentos
melódicos bien resueltos. La banda no apuesta por la progresión ni por por inventar nada nuevo, pero eso parece intencional: hay una preferencia por lo
directo, por la canción efectiva que se sostiene por su gancho rítmico y vocal.
Temas
como “Dreamkiller” y “Edge of the Knife” son buenos ejemplos del
enfoque general: riffs efectivos, estructuras claras y coros bien armados. “Force
of a Storm” destaca por su ritmo más sostenido y un estribillo
muy eficaz, mientras que “Death to Mercy”, que cierra el
álbum, ofrece el momento más extenso y dramático, con una progresión que da un
cierre adecuado sin romper el tono general.
Dreamkiller no busca reinventar el heavy metal ni tampoco insertarse en una escena moderna con pretensiones de hibridación. Es un disco hecho con claridad de propósito: respetar ciertos códigos sonoros y compositivos, pero actualizarlos mediante una producción sobria y una ejecución precisa. Para oyentes que valoran la solidez por encima del virtuosismo, y la coherencia antes que la innovación forzada, este es un trabajo que cumple de principio a fin. Heavy Metal directo, melódico y sin pretensiones innecesarias.
La edición en físico presenta una cartulina a doble cara con las letras y los créditos, y en este caso el vinilo es edición violeta. Nunca está de más darle un toque de color a la colección.
Tracklist
- Twilight
Points the Way –
4:34
- Heavens
Above – 3:24
- Dreamkiller – 3:28
- Night
Ride – 3:32
- Edge
of the Knife – 3:49
- Force
of a Storm – 3:54
- The
Savior’s Lie – 3:31
- Death
to Mercy – 4:44
Duración total: 30:56
Heavy de dobles guitarras sin más artificio que una apisonadora a 200 kilómetros por hora 😂 Me encanta ese sonido. Como bien dices, y parafraseando a "los platero", no han inventado nada y seguro tampoco fue su intención. Escucha entretenida y otro precioso vinilo. Me fascina el color. Un saludo.
ResponderEliminarBandas así nunca vienen mal. Lo que hacen lo hacen muy bien. Hay veces que tampoco pedimos muchos más.
EliminarOtros que no conocía de nada, pero me han gustado. Como tú has dicho, ni copian, ni innovan ni se pierden en artificios, son metal clásico puesto al día y ya está. La pregunta es, entonces ¿qué les hace especiales entre todas las propuestas de ese tipo? Sea como sea, disfrutables, recomendables y como es habitual en tus propuestas, un vinilo guapo. Saludos. KING
ResponderEliminarHay veces que, quizás sin querer, consiguen tener un algo que los hace especiales.
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