Ir al contenido principal

38 Special - Wild-eyed southern boys (A&M-1980)


Pues nada, que ya estoy aquí con otro de los vinilos que me traje de Porto. Y es que, ¡cómo me gusta traerme discos de mis viajes en lugar de los habituales imanes para la nevera, camisetas o calcetines estampados! Como veis, hoy os traigo de nuevo a los norteamericanos 38 Special, de quienes ya os hablé aquí hace más de diez años (joder, ¿tanto hace que estoy por estos lares dando la brasa con mis vinilos?) y no entiendo cómo nadie más los ha reseñado. El estilo que cultivan sigue sin ser mi preferido, pero el paso de los años y el conocer más y más música me ha hecho disfrutarlos sin ningún reparo. Total, que como sólo tenía en casa el recopilatorio que ya os comenté, al ver en la cubeta ese cul... este álbum de los de Jacksonville, no me pude estar de añadirlo a la bolsa. Además, se trata de una copia portuguesa con lo que tiene un extra muy atractivo. 
 

Así pues, este Wild-eyed southern boys es el cuarto álbum del grupo formado en los años 70 por el hermano pequeño de Ronnie Van Zant –fundador de Lynyrd Skynyrd– junto a algunos amiguetes y supone la transición de la banda de una formación puramente rockera a introducir elementos más melódicos o AOR, algo para lo que contaron con la ayuda de Jim Peterik, de Survivor. El line up del disco consistió en Donnie Van Zant a las voces, Don Barnes a las voces, guitarras y piano, Jeff Carlisi a las guitarras, Larry Junstrom al bajo y Steve Brookins y Jack Grondin a la batería, con la colaboración de Steve McRay al piano. 
 

Con una estupenda portada de Mick McGinty sobre diseño de Chuck Beeson y producido en los georgianos Studio One por Rodney Mills asistido por Barnes y Carlisi, el elepé tuvo el siguiente track list
 
A 
Hold on loosely 
First time around 
Wild-eyed southern boys 
Back alley Sally 
Fantasy girl 
 
B 
Hittin’ and runnin’ 
Honky tonk dancer 
Throw out the line 
Bring it on 
 

La carta de presentación del disco es la imprescindible Hold on loosely, una de mis favoritas del grupo, con esa voz de Barnes y sonido general tan AOR, una melodía muy pegadiza y un riff hard rockero con un solo resultón. Es uno de los hit singles más conocidos de la banda y uno de los temas del álbum coescritos por el gran Jim Peterik. Le sigue First time around, menos edulcorada y con una producción de guitarra y voces de Donnie Van Zandt más cruda y menos orientada a ser un hit, lo que no le resta atractivo. El solo es mucho más rockero y trabajado y me gustan mucho los coros femeninos de apoyo a cargo de Carol Vete. Wild-eyed southern boys es una mezcla de hard rock melódico con pop rock que tiene un bonito juego de voces y un buen trabajo de guitarras, más que aceptable en lo musical aunque para ser el tema titulo no me parece que disfrute de ese "algo” que convierta a la canción en algo especial. Back alley sally saca a relucir la vertiente más southern de la banda en lo que viene a ser un hard rock alegre con unas acertadas líneas de piano de Steve McRay que le dan a la canción ese ambiente a tugurio cargado de humo, barbudos con camisas de franela y gorras de John Deere moviendo el esqueleto mientras sujetan sus cervezas. En fin, yo me entiendo. 
 

Y Fantasy girl es otra tonada con las voces de Barnes que tiende al hard melódico más que al rock básico, con una guitarra muy lograda que sin ser ningún portento encaja muy bien en ese sonido amable y de poca complicación con el que cierran la cara A. Damos la vuelta al vinilo y encontramos otro exponente de hard rock melodíco, una Hittin’ and runnin’ en la que –como a lo largo de toda esta segunda cara– encontramos fuertes influencias del southern y una guitarra muy presente y enérgica. Le sigue Honky tonk dancer, otro tema cantado por Van Zant con aún más influencia sureña que su predecesora, algo que también se advierte en Throw out the line. Se cierra el álbum con Bring it on, un estupendo boogie rock de tintes sureños con estupendas guitarras donde comparten labores vocales Donnie y Carol, que pone la guinda a una obra muy notable que creo que se conoce poco al contener esa Hold on loosely que eclipsó al resto de canciones. 
 






Pese a todo, un recomendable y ameno disco que este viernes le va que ni pintado al blog. 
 
Feliz fin de semana. 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Como bien dices, este álbum fue el que marcó esa transición hacia el AOR y les aupó a buenos puestos en las listas de ventas. La mano de Peterick se notó sobremanera para bien, tanto por sus propias composiciones como por el poso que dejó en los sucesivos discos. 38 Special me parece una banda fantástica en sus años melódicos. De hecho tengo por aquí algún vinilo y recogeré tu guante trayéndolo en el futuro. No me había dado cuenta de la cantidad de años y vinilos que llevamos por aquí. Espero seguir compartiendo muchos más. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los 38 Special hacían un tipo de música que me resulta muy agradable de escuchar, pero sin ser de lo que más me gusta. Prefiero mil veces a Survivor, por ejemplo. Espero tu reseña calibre 38. Si en Porto hubiese visto el Special Forces, me lo hubiese comprado también. Y sí, el tiempo corre que es un primor. Abrazo de vuelta y también espero compartir música y comentarios más años por aquí. Aunque, no sé si sería mejor que nos abriésemos un chat tú y yo, porque salvo alguna incursión puntual de los dos o tres habituales, esto no remonta. KING

      Eliminar
  2. Antes de que me piten los oídos, dejaré un comentario aunque sea solo de una escucha precipitada (intento hacer un par cuando no conozco de nada el grupo). Bien, como en la mayoría de las ocasiones, no conocía no la existencia de este grupo. Cuando he escuchado la primera canción, hubiese asegurado que era de mediados de los ochenta. Ya veo que no, que es de primeros primerísimos. La escucha es entretenida. Pero solo me han llamado la atención las dos primeras de cada cara y la última del disco. La verdad es Hod on loosely es una maravilla. Buen finde a todos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si con una escucha precipitada te parece entretenido y te han llamado la atención tres temas, ya es una victoria. Al menos te he hecho descubrir algo nuevo. Saludos y a ver si pones de tu parte para que no te piten los oídos, que es molesto jejejeje

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.