La brevísima historia de Warp Drive comienza mucho antes de la publicación en 1989 de este álbum debut. Comenzaremos en 1984 cuando Blackfoot publica Vertical smiles (aquí reseñado) y la aventura musical del combo de Florida se acaba. Rick Medlocke, cantante y guitarrista, sin banda y sin compañía de discos, decide tirar para adelante. En aquellos confusos años (Rick estaba rozando la cuarentena en un mundo de chavales peludos) pasaron por la banda numerosos músicos (Mark Mendoza, Neal Casals) entre los que aparece nuestro principal protagonista: Mark Woerpel. Nacido en Milwaukee, su familia se movió a Detroit en los años setenta. Comenzó, cual niño prodigio, a tocar en bandas locales. A través de un colega músico conoció a Medlocke en 1984. Poco después colaboró con él en estudio, haciendo maquetas y participando como músico de sesión en sus aventuras ochenteras. Esto hizo que Rick sirviera de puente y sostén para el debut musical de Woerpel, facilitando, a través de su manager y su casa de discos, Nalli Records, la grabación y edición de Gimme, gimme. El álbum no tuvo ningún éxito más allá del estado de Michigan. Los siguientes dos años fueron algo confusos en la vida musical de Mark, intentando sacar adelante su proyecto. Participó en el retorno oficial de Blackfoot (Medicine man, 1991) y fue "admitido" como miembro oficial en 1992. Grabó el último álbum (After the reign, 1994), tras el cual la banda se disolvió. Rick Medlocke pasó a formar parte permanente de Lynnyrd Skynnyrd y hasta hoy.
¿Y qué ha hecho Woerpel todo este tiempo? Ganarse la vida como profesor de guitarra, músico de sesión y productor en la compañía de su padre (Noc Bay), montar diversas bandas (Them Pesky Kids) y rescatar del ostracismo a Warp Drive en la última década (editaron Something to believe in, 2011). Podéis seguirle en su Facebook. Actualmente vive en una granja en Minnesota.
Como músico, el Mark Woerpel cantante mezcla a Claus Lessman (Bonfire) con Joe Elliot (Def Leppard), y el Mark Woerpel guitarrista gravita entre el rollo hard rock germano y los sonidos pirotécnicos de Steve Vai o Paul Gilbert de la época (los "encerrados" en bandas) con ramalazos guitarreros más shred. Si has entendido esto, puedes continuar leyendo. En Gimme, gimme además de cantar y tocar la guitarra se encarga del bajo y de los teclados. Forman el resto de "su" banda Cary Kaylan como bajista, Stevie Ray Draeger como segundo guitarra y Mark McConnel como baterista. Cuenta con varios músicos de sesión en la programación, los teclados y la percusión. Medlocke produce dos canciones y del resto se encargan Ben Grosse y el propio Woerpel.
Bang the drum abre el álbum con un juego de voces que continúa en una meliflua melodía de acústicas y teclados, para arrancarse, poco después, en un estribillo de guitarrazos y (cierta) rabia, todo muy bien producido al estilo Hysteria (Def Leppard). Y, sí, la batería está currada (y programada). Solo de guitarra y sintetizador totalmente eighties. Moments away gira hacia David Lee Roth, con un ritmo característico del gigoló y sus historias en solitario. Buenas voces respondiendo en las estrofas para dejarnos un sencillo estribillo "no more pacing/no more waiting/no more chasing a dream/moments away". Excelente trabajo de guitarras. I 4 U es "la balada" que no podía faltar en una banda de peludos. Sencilla, de melodía agradable, con un tempo in crescendo, bien arreglada, estribillo popero. Todo muy aseadito. Woerpel baja su registro para adaptarse con buen resultado. Se acerca a los parámetros de los primeros Mr. Big en Crying girl, con un buen riff de guitarra y una batería potente, sobre las que se luce Woerpel. Aquí sí que escuchamos buena pirotecnia a las seis cuerdas en sendos solos. Words la produce Medlocke en sus estudios. Tiene un rollo más AOR, con acústicas y teclados de base y una batería electrónica. Mezcla una línea vocal suave y arreglos poperos. El resultado: una canción floja e inconsistente. Intenta ser profunda y al final gana algo con una parte instrumental llena de ambiente, pero los más de seis minutos se hacen innecesarios.
La cara B, con Eyes on you, vuelve a la senda hard rock "you move they tell ya you better stay/you stay then you're in the way" con buenos cambios y un estribillo, de nuevo, Leppard, pero con un guitarreo algo más aguerrido, sin duda lo mejor del corte. Take, take me now, un corte germánico con una progresión y un sonido final que lo mismo te recuerda a Bonfire. Algo más de consistencia le hubiera dado el puntito extra que le falta para ser "la" canción del álbum. El juego de voces también está bien conseguido, con un buen final. Pone en valor las guitarras de nuevo Rock'n the boat tanto en el puente como en sendos solos. Las armonías a dos guitarras por fin se dejan notar y el estribillo redondea un buen tema. Stay on, stay on comienza a capella, tiene un rollazo Leppard de nuevo en la composición, las armonías vocales y el estribillo, aunque el sonido general es algo más duro. Otra pequeña exhibición a las seis cuerdas (breve). La producción de Medlocke en este segundo corte sí funciona bien. Y cerramos con Making time stand still. Voz dolorosa sobre acústicas para evolucionar a una canción de rock-pop romántico. La batería tiene un protagonismo innecesario. El puente-estribillo merece la pena, pero, en general, otro tema prescindible.
¿Cómo tengo yo un disco editado por una compañía pequeña de un estado norteño de Yanquilandia? Porque lo editó en Europa la impagable Music for Nations en una chulísima edición impresa en Francia. El propio Woerpel (vale para todo) se encargó del (horrible) diseño de la portada y de elegir las fotografías. Del estilismo no dice nada, pero seguro que también peinó él a los músicos y les puso los pantalones. Nuestro muchacho es el guaperas de primer plano. Como curiosidad, "warp drive" hace mención a una tecnología que permite viajar a velocidades hiperlumínicas deformando el continuo espacio-tiempo.
Disfrutad del frío fin de semana.
Recuerdo la portada, aunque como no era un primor ni conocía para nada a estos tipos, ni me planteé comprar el disco. Qué bien nos hubiese ido internet entonces a los que amábamos la música que no se escuchaba mayoritariamente en las emisoras de radio o en televisión. Total, que no matan, pero me han resultado muy interesantes y agradables. Estupendo aporte. Eso sí, para serte sincero, el álbum del nuevo colaborador está a años luz. Un abrazo, muchachote.
ResponderEliminar¡Claro que el álbum del novato es más mejor! Ha empezado con un buen puñetazo en la mesa. Pero de todo tiene que haber en este blog, un poco de caviar, un poco de chope, unos chopitos, en fin, que cada estilo o disco tiene su momento. De estos tipos poco más puedo decir. Un disco bien acabado, de escucha agradable, con algunos buenos momentos. Y si disfrutas del estilo, pues perfecto. Además, me costó apenas 6 euros en perfecto estado. No podía dejarlo escapar. Y aquí se queda como rareza del género. Un abrazo.
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