El disquete de hoy me sirve para tres cosas. La primera, volver una semana más a este espacio de (se supone) intercambio de música y tiempo; para mí es un placer pertenecer a esta comunidad de amantes del formato y, en realidad, de la música en cualquiera de sus matices diversos y con ese placer intento acudir cada viernes a estos lares cibernéticos. La segunda, para arrimar a nuestra ascua a un tipo al que le debemos un cacho enorme de nuestra música (al menos de la mía) por sus inicios míticos, principalmente. Y en tercer y último lugar, para compartir esta extraña edición que me compré ni recuerdo la razón por unos ínfimos euros.
Vayamos por el final. La edición que traigo es de 1990, nacional, y se debió a algún tipo de aventura sonora de Planeta-Agostini editando discos de rock. Si alguien conoce la colección, información bien venida. El álbum (no el mío) tenía la etiqueta que en la foto adjunta acompaña a la portada original. Un precio muy justo para el producto. Cambio en la portada, con una foto (supongo) de época de Bruce y nada de encartes ni carpetas molonas, lo mínimo. Hay que reconocerle a los editores el valor de sacar una obra como esta en aquellos años, eso también; el álbum (según Discogs) llevaba sin reeditarse diez años.
El álbum contiene la canción más conocida del artista en solitario. Theme for an imaginary western se muestra casi perfecta, tanto en la línea melódica como en la interpretación de Jack y sus secuaces John Hiseman a la batería (Colosseum) y Chris Spedding a la guitarra. El tema cayó en manos de los Mountain de Leslie West para hacer una tremenda versión en su álbum Climbing!. Hiseman y Spedding interpretan ocho de los diez temas compuestos por el propio Bruce y el poeta Pete Brown (a las letras). Con el toque de Felix Pappalardi el álbum navega entre sonidos pop, blues y jazz, dando especial protagonismo en la mezcla al bajo del jefe, como debe ser.
El álbum incluye la colaboración de George Harrison en Never tell your mother she's out of tune, con Bruce también al piano y la primera sección de viento (trompetas muy bien metidas). Ministry of bag suena a rock big band. Rope ladder to the moon es una deliciosa canción arropada por cello y acústicas, delicada y bien arreglada. He the Richmond contiene otra genial línea de bajo entreverada con buenas acústicas y una de las mejores interpretaciones vocales del álbum. Weird of Hermiston y The clearout se compusieron para el Disraely Gears de Cream, pero se desecharon por "poco comerciales". Pues aquí encajan a la perfección, con un toque más jazzy y menos blues. No puede decirse que, efectivamente, sean "comerciales". La inclusión de otro de mis temas favoritos del bajista entre los cortes de Songs for a tailor da un punto extra, para mi gusto, al trabajo. Y es que To Isengard (sí, la fortaleza de El Señor de los Anillos) incluye guitarras de Pappalardi, Bruce y Spedding, fantástica, maneja la inspiración rítmica y la exactitud melódica que tantas veces explotó en la voz de Jack sobre una cama instrumental enorme, primero suave, después acelerada. Y para gustos, Boston ball game 1967.
Un par de curiosidades ya conocidas. Todas las canciones (excepto To Isengard) han sido revisadas y regrabadas en algún momento de su carrera por Bruce, en discos de estudio o directos. El título del álbum ("canciones para un sastre") es un homenaje a un verdadero sastre: el que confeccionaba el fondo de armario de Cream (ni idea de su nombre).
Un disco que conviene recordar de vez en cuando para recordar de vez en cuando, hoy más que nunca. Larga vida al rocanrol, larga vida al legado de Jack Bruce.
Pues no es el género que más llame mi atención ni me ha proporcionado melodías que se hayan marcado en mis neuronas. No obstante, me habías asustado hace días, cuando me anunciaste que tenías preparadas dos propuestas que no iban a ser de mi gusto. Lo cierto es que ambas me han gustado. Musicalmente sin mácula e interpretada magistralmente, con esa mezcla de estilos que lleva, el álbum en cuestión me ha resultado agradable y de fácil digestión –excepto To Isengard, que me ha hecho bola– aunque no sea de los que me compraría. A ver con qué me sorprendes la próxima vez. Saludos.
ResponderEliminarSí, ese Isengard es el más complicado, pero, no sé porqué, a mí me mola. No en vano el propio autor ha pasado de él desde entonces. La próxima, si no la cambio, será... ¿desconocida? Igual te sorprendo. Total, solo estamos tú y yo en casa. Saludazo.
ResponderEliminarSi el autor pasa, por algo será jejeje. En fin, como dices, ya no es que estemos keepin' the fire burning, es que we are the fucking flame jajaja
ResponderEliminarHoy es #FFPiltralogía o #FFRockolilla, tanto monta ;)
Me gusta Cream, me gusta BBM y tal. Pero me ha aburrido este disco. Lo único bueno es que al leer tu entrada y ver el nombre de Lesley West, me he acordado lo mucho que me gustó su disco del 2011, Unusual Suspects (con Lukather, Slash, Gibbons, Bonamassa), y voy a terminar la tarde del domingo con su escucha. Un saludo.
ResponderEliminar#FFvinilo es un servicio público, qué menos. No es divertido, no.
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