Ir al contenido principal

Quiet Riot- Condition Critical (CBS-1984)


Amigos y amigas, vayamos por partes. Los dos primeros álbumes de Quiet Riot me parecen estupendos, pero –aún no había llegado a las tiendas The Randy Rhoads Years ni internet– la mayoría de mortales fuera de Japón no teníamos ni idea de su existencia cuando se produjo uno de los mayores pelotazos de la historia del heavy metal: la publicación de Metal Health
La enorme popularidad de ese álbum convirtió a la banda en uno de los mayores exponentes de one hit wonder group del género, víctimas de su propio éxito que por culpa del carácter volátil de su líder y vocalista propició cambios diversos de formación y de dirección musical que los apartaron del olimpo metalero, aunque siempre conservaron –bajo la alargada y eterna sombra del mencionado Metal Health– el reconocimiento de sus fans más acérrimos. 
 
Así las cosas, regresamos a la resaca de la salida de dicho disco, los conciertos de presentación y los millones de copias vendidos, cuando –se supone que con enorme presión de la discográfica– llega el momento de grabar un nuevo álbum que iguale el éxito del anterior. Y si el objtivo ya es estúpido por inalcanzable, el camino escogido aún lo fue más. Repetir la fórmula. Se coge al mismo productor, se diseña una portada con el mismo protagonista y artista, ¿que se había hecho una versión de Slade?, pues se mete otra. Pero no de otro grupo, no, también de Slade. Y no le llamaron Metal Health Two de milagro. 
 

Total que Kevin DuBrow a las voces y coros, Frankie Banali a la batería, Rudy Sarzo al bajo y Carlos Cavazo a la guitarra y coros –con Pat Regan a los teclados, como en Metal Health, y el bajista Chuck Wright ayudando en varias labores al igual que en el anterior elepé y en el siguiente– se metieron de nuevo en los Pasha music house con Spencer Proffer a los mandos del proyecto una vez más para poner en las tiendas este Condition Critical con portada nuevamente de Stan Watts protagonizada por el mismo desquiciado joven de la máscara de hierro que se convertía así en una especie de mascota de la banda. 
 

El track list fue: 
 
A 
Sign of the times 
Mama weer all craze now 
Party all night 
Stomp your hands, clap your feet 
Winners take all 
 
B 
Condition critical 
Scream and shout 
Red alert 
Bad boy 
(We were) Born to rock 
 

Y comenzamos disco con Sign of the times, una especie de remedo de la propia Metal health, algo que no convierte al tema en malo –todo lo contrario– aunque le hace a uno arrugar la nariz ante un intento tan descarado de autoplagio, algo que se intuía solo con ver el disco y una sensación general que no nos abandonará a lo largo de las nueve canciones que siguen y que lastra toda la obra. En fin, un tema resultón que precede a Mama weer all crazee now, una nueva versión más que aceptable de otro temazo de los Slade, pero –en mi opinión– otro gran error en este intento de clonación desafortunado. Le sigue Party all night, con ese sonido marca de la casa con preeminencia de bajo y batería y esos coros característicos, aunque adolece de momentos en que las voces resultan algo forzadas. Stomp your hands, clap your feet es un hard rock de inspiración clásica, muy de la época y con el mismo estilo que la anterior, aunque el trabajo de Cavazo a la guitarra resulta mucho mejor que en los temas precedentes. Sin embargo, en este punto seguimos pensando que estamos ante los descartes de la grabación del Metal Health remaquillados y con nuevo envoltorio. Entonces llega Winners take all, la típica balada con coros para encender mecheros en un concierto –ya no se hacen esas cosas ¿no?, es que hace tiempo que no voy a ninguno– que no es que sea nada del otro mundo pero resulta perfecta para finalizar una primera cara algo irregular. 
 
La cara B se inicia con la canción que da título al álbum, una Condition critical bastante aceptable que no está nada mal, pese a los gritos forzados de DuBrow y una producción que me resulta extraña. Scream and shout es cañera y de lo mejor del disco, con Cavazo repartiendo guitarrazos, Banali golpeando machaconamente su batería y Kevin DuBrow cantando en un estilo a lo Dee Snider. La siguiente es Red alert, otra de las que me gustan, guitarrera y pegadiza. De hecho, opino que la cara B es mejor que la cara A y quizás le hubiese ido mejor al disco invertir el orden. Pero ¿qué sabre yo? Otro tema con una mezcla extraña es Bad boy. No está mal del todo, pero se me hace raro a los oídos, sobre todo en las líneas de bajo. Y por último, (We were) Born to rock, un hard rock rapidito con coros, sin nada especial que ofrecer pero bien ejecutado y entretenido. 
 

Como os he dicho antes, yo hubiese cambiado el orden de las caras comenzando con la B, muy enérgica, antes de pasar a la A para finalizar el disco con Winners take all. Pero claro, quizás eso hubiese recordado demasiado a una Thunderbird versión 2.0 y aún se hubiese notado más que el Condition Critical era una fotocopia del Metal Health. En fin, un disco que tenía un nivel más que aceptable pero que creo que no fue acertado sacar con ese obvio objetivo de reverdecer laureles. Claramente, estoy convencido de que si este hubiese sido su primer o tercer álbum, aun sin tener el nivel de Metal Health, hubiese tenido mayor éxito del que consiguió. Pese a todo lo dicho, si os gusta el hard’n heavy ochentero os recomiendo que le deis una oportunidad y lo escuchéis. Yo lo hago de tanto en tanto y se lo merece. Otra cosa es que crea que no fuese oportuno. 
 






Bonus: Aquí podéis leer mi reseña del recopilatorio The Randy Rhoads Years
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Bonito homenaje a un disco normalito/mediocre. Como la propia banda, en general. Y eso que tenía musicazos. Pero, en mi opinión, ni su famosísimo Metal Health merece entrar en ningún Olimpo metalero/roquero. Dicho esto, los escucho de vez en cuando, no son malas obras, pero ahí están bien, cogiendo su pátina de polvo. Siempre me gustaron las portadas, por cierto. Creo que eso de intentar tener un personaje era una buena idea. No cuajó. Buena entrada, como de costumbre. Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joder, lo siento pero no puedo estar de acuerdo contigo en eso que dices del Metal Health. Para mi, sin duda debe figurar en el olimpo de los álbumes ochenteros de Hard Rock. Es imprescindible. Y si no lo has hecho ya, cosa improbable, te recomiendo que escuches los primeros discos con Rhoads. Son muy resultones. Sin embargo, es cierto que a partir de este que hoy comento, todo lo hecho tanto con DuBrow como con Shortino u otros ha sido bastante mediocre, salvando pequeños momentos puntuales. En fin, aunque discrepando hoy, un fuerte abrazo de vuelta.

      Eliminar
    2. Por discrepar no me vas a dejar de querer ¿no?

      O sí...

      Igual he sido demasiado duro con el disco. Voy a escucharlo un rato, que hace eones que lo tengo en el cajón del polvo.

      Eliminar
    3. Jajajaja... qué va, amigo mío. Discrepa, discrepa sin miedo. Eso sí, escúchatelo de nuevo y cambia de opinión.

      Eliminar
  2. Tarde y mal, lo intenté una vez hace tiempo ya con el Metal Health y no me gustó (oh, qué sorpresa). Lo mismo me mandáis un sicario a casa, pero prefiero mil veces a Bon Jovi antes que a estos tipos. Sí, soy de los que se motiva a fuego con el Slippery When Wet.
    En cuanto a la entrada, pues honestamente si me gustase el disco la mitad de lo que me mola lo que has escrito seguramente acabaría en la lista de deseos, peeeero... por cierto, me ha hecho gracia lo de los mecheros. Ahora los móviles han tomado el relevo y campan a sus anchas, cosas de la involución

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que conste que a mi también me gusta el Slippery. En cuanto al disco, evidentemente es mejor el Metal Health. Y si aquel no te gustó, este... Gracias por tus amables lisonjas y feliz fin de semana.

      Eliminar
  3. Coño, pues tampoco creo que sea para tanto, como la famosa crítica que Rolling Stones dedicó al disco de sólo dos palabras: Condition Terminal. No es un maravilla de trabajo, pero se deja escuchar y viene bien como fondo mientras haces otras cosas. Le falta un poco de empuje para subir al siguiente escalón pero hay muchos discos más malos. Me han gustado las dos primeras. Quizás tengo la suerte de no recordar para nada el Metal health que, por cierto, será mi siguiente escucha, claro. Quizás después de ella me desdiga...Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ya lo digo en mi entrada. Si este hubiese sido su primer álbum, hubiese tenido mejor acogida porque no es del todo malo. Lo desacertado es que apareció tras el pelotazo del Metal Health con vocación de copia y la jugada salió algo burda y deslucida. Saludos, amigo.

      Eliminar
  4. Quiet Riot le abrió las puertas a todas esas bandas metaleras de los 80s.antes de Quiet Riot el heavy metal no era nada y era censurado por todo el mundo.bon jovi?nunca ha sido metal,es pop rock.yo poseo todos los álbumes de la banda Quiet Riot.tenía 12 años quando qompre el metal health y crecí qon ellos.ahora tengo 48 años y sigo amándo los álbumes de Quiet Riot.mmmmm o me ban ha desir qe motley crue es la gran qosa?por qe después de shout at the devil se dedicaron ha sacar pura basura.saludos ha todos!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura