Ir al contenido principal

Styx - Paradise Theater (1981, A&M Records)

 



El día 19 de enero se cumplieron 40 años de la publicación de este LP. Es el décimo de la banda y el cuarto consecutivo que logró ser triple platino. Estos chicos se hartaron de vender discos en su Estados Unidos natal. Para situarlos musicalmente, podríamos decir que entrarían dentro de la calificación AOR. Bueno, quizás un AOR blandengue, el arena rock.

Nunca había sido seguidor de ellos (ni lo soy hoy) pero este disco fue una de mis adquisiciones de este verano en una tienda de Santander a precio de derribo, como ya os he explicado en alguna otra entrada. Me lo llevé porque alguna vez leí que era su mejor disco y porque me terminó de convencer el vinilo grabado a láser…si no me había ya convencido lo barato que estaba, aunque la carpeta mostrase los desperfectos que causa un clima tan húmedo como el cántabro si no dedicas un mínimo de mimos a tus cosas.

Este LP es uno de los que inauguraron la década de los 80 pero, como es lógico, seguía teniendo reminiscencias de la gran década de los 70. Styx ya estaban consagrados y podían hacer lo que quisieran y decidieron currarse un álbum conceptual que iba a tratar del nacimiento, auge, opulencia, decadencia y muerte de un teatro de Chicago, el Teatro Paradise. Quién sabe si no intuían que eso mismo iba a pasar en su país en los siguientes años con Reagan y Bush padre y su ultraconservadurismo que llevó al país a cotas ínfimas de creatividad en los 80, si lo comparamos a la década anterior…que también tuvo lo suyo políticamente pero, artísticamente, muy superior. El caso es que les salió un disco bastante redondo en el que sólo sobra la última pieza y en el que, hasta metieron pinceladas del sonido disco que lo petaba en aquellos años. Reconozco que el disco se escucha bien y es bueno, sin fisuras. Pero me pasa como con mucho AOR de estos años: me termina cansando y, al final, me quedo con tres o cuatro temas.

Pasemos a la portada doble. Un lado presenta la infografía del teatro Paradise en su apertura, con todo el glamour y, a la vuelta, su cierre y decadencia. En el cartón central, las fotos de los componentes y las letras de las canciones. Muy bonito a pesar de que la copia que tengo yo está muy mal cuidada. El plástico en si, está muy logrado pues una de sus caras está grabada con láser y según le da la luz, obtienes unos reflejos muy guapos. Fueron pioneros en usar esta tecnología. Por cierto, mi versión es la europea hecha en Holanda.

Apoyados en la base rítmica de los hermanos Panuzzo (John a la batería y Chuck al bajo) tenemos a los teclados a Dennis DeYoung, Tommy Shaw y James Young a las guitarras (preciosa la Gibson Explorer de Shaw que es la que le da el puntillo rockero a las interpretaciones). Las voces principales se las reparten entre los tres, ya sean alternándose en la voz solista o combinándose en los coros. Los integrantes del grupo también se encargaron de la producción y arreglos. Y no vamos a negar que eran excelentes músicos y que dieron con la tecla para vender discos como churros gracias a canciones pegadizas y con gancho. ¿A quiénes les podríamos equiparar? Pues, salvando las distancias, porque para mí estos grupos son la hostia, a Boston, Foreigner, Journey y a los grandiosos Toto. En mi humilde opinión, Styx están uno o dos escalones por debajo.


 

Comienza el disco con una pequeña introducción, “A.D. 1928”. Ojo, que este primer minuto lo repiten casi clavado en un par de temas más del disco. Sin pausa da paso a “Rockin’ The Paradise”, uno de los más rockeros del disco. Energía para comenzar la aventura del teatro Paraiso. Las dos canciones enlazadas, cantadas por DeYoung, fueron el cuarto single del LP.

 


 


Too much time on my hands” lleva el sello de Tommy Shaw, tanto en la voz principal como en el solo de guitarra. Cuando quisieron aprovechar el tirón de este disco y sacaron 15 años después un “Return to Paradise”, este tema suena muy heavy. Fue el segundo single del disco y entró en el top 10 en USA.

 


El tercer single fue el siguiente corte, “Nothing ever goes as planned”. Tiene cierta reminiscencia disco, un ritmo un poco reggae y una buena sección de metales. Gana con las escuchas pero es el más flojo de la cara A.


 

Y acabamos este lado del vinilo con la canción más famosa del disco: “The best of times”. Fue el primer single y, aunque no llegó al número 1, si tiró del álbum para que ocupase ese puesto y volviese a ser multiplatino. El comienzo es exactamente el mismo que el de “A.D. 1928”. Y como el gran éxito de su anterior trabajo, reseñado por don Manu en el blog (aquí), “Babe”, es una power ballad muy de la época. Los coros le aportan enjundia y el punteo muy limpio me recuerda a alguno que hoy en día hacen los castellonenses Dry River.


 

La cara B comienza con “Lonely people” y su introducción de ruido de lluvia y saxo de jazz de fondo mientras llaman a los artistas en sus camerinos. Muy teatral todo. De nuevo arreglos de metales y muy AOR.


 

She cares”, es una melodía muy fácil de escuchar, también en la estela del AOR americano, quizás tamizado por influencias del Boss y con un gran solo de saxo, al más puro estilo E Street Band.


 

El siguiente tema tuvo polémica en su día: los Styx fueron acusados por la PMRC, Parents Music Resource Center (o sea, Grupo de Padres Preocupados Por Lo Que Sus Hijos Pueden Escuchar En La Radio), fundado por la parienta de Al Gore, de incluir mensajes satánicos al revés. En realidad, “Snowblind” es un tema muy blusero que trata sobre la droga, la letra más comprometida de todo el álbum, alternando en las voces a Young y Shaw y un gran solo de Young. De lo mejor del vinilo, sin lugar a dudas.


 

Half-penny, two-penny” quizás sea el tema más rockero al mismo tiempo que progresivo. Mi preferida del disco. Un solo de guitarra bestial y una estructura final que desemboca en el epílogo “A.D. 1956”, que repite la misma melodía ya escuchada al inicio y en “The best of times”.

Y cuando debía haber terminado el disco nos encontramos con otro corte más, “State Street Sadie", que es un organillo o pianola tocando unos 20 segundos, totalmente prescindible.

 

Pues eso, un disco muy escuchable y disfrutable a pesar de todos sus defectos y que marcó el punto más alto de la carrera de estos señores que aún siguen en la carretera. Personalmente, no me ha impactado tanto como otro de esos vinilos que compré de saldo este verano, el totalemente setentero Time Passages, de Al Stewart que ya os reseñé en esta otra entrada. Pero aguanta el tipo decentemente.

Aaaaadiós..

 

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. Estupenda banda y estupendo disco. Aunque es cierto que no son muy guitarreros que digamos, sabem crear buenos ambientes y melodías. Mucha calidad ahí, amigo. Y si además es a buen precio, el disco suena bien y tiene ese diseño a láser... estupendo a más no poder. En una cosa no estoy de acuerdo contigo, el último tema creo que enriquece y redondea el álbum otorgando ese cierre melancólico que pone fin perfectamente al concepto de la obra. En fin, un fantástico aporte para este viernes. Buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues el caso es que prácticamente no les conocía y la compra fue impulsiva y de "creo que estos son..." No me arripiento de ello. Ya digo que pienso que no llegan al nivel de Boston y compañía pero son muy escuchables.Un abrazo.

      Eliminar
  2. Todos tenemos nuestros grupos preferidos pero es mencionas a Toto, Boston o Journey y no incluyes a Van Halen ... Eso es un pecao !! ;-P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He nombrado esos grupos como ejemplos de AOR super famosos. Los van Halen son más jebis jeje. Pero mira, ya que sacas el tema, no soy demasiado fan de Van Halen, la verdad.

      Eliminar
  3. Precioso disco. Una compra estupenda. Los álbumes con esas portadas y un workart tan cuidado siempre merecen la pena, a poco que conserven parte de su pátina original. Todos tenemos discos más o menos machacados por nuestra culpa o por la de otros. Pero no podemos evitar comprarlos. Ninguno marcado a fuego tengo, por cierto, y me parece una chulada. En cuanto al contenido musical, no soy muy fan de la banda, aunque también traje por aquí uno de sus discos. Las producciones de finales de los setenta, además de exitosas, son muy recomendables y, en cierto modo, ayudaron a que otras bandas consiguieran "imitarles" y lograr éxito, como las que nombras. Un buen aporte. Como siempre. Abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y, sinceramente, todas estas bandas le deben la vida económica al debut de Boston. Así de claro.

      Eliminar
    2. Pues sí, no me arrepiento para nada de la compra. Es un disco muy escuchable. No van a formar parte de mis grupos de referencia, pero hubiese sido una pena habérselos perdido para siempre. Un saludo.

      Eliminar
  4. Otro grupo que nunca había escuchado nunca, toma ya, pleno hoy. Me encanta sentirme ignorante por este glorioso sitio, lo añado a la cola para después del que ha subido el King de Sammy Hagar.
    Hay que joderse con las asociaciones esas de padres tan terribles, en qué hora se permitieron. Menudo infierno. Y qué bueno eso de conseguir de vez en cuando discos a precios de risa, sí señor. Hala, ya me están entrando ganas de irme a comprar discos, asco de virus... un abrazo Dani!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues dales la oportunidad. Yo tampoco los conocía demasiado y no están mal.
      La verdad es que conseguir siete vinilos que te gustan por 20 euros, es toda una ganga.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Medina Azahara - En directo (Avispa, 1990)

  Ya lo he escrito en este blog: a veces no escucho música, escucho recuerdos. Las canciones se pegan a los momentos en los que vivimos y al volver a ellas es inevitable revisar las imágenes y las emociones que las acompañaron. En otras ocasiones, uno se siente hasta protagonista, como si el músico las hubiera compuesto para nosotros, pensando en "eso" que nos sucede. Y en otras, literalmente, sin tocar ningún instrumento, somos esa canción. Esto último sucede con este Medina Azahara en directo : yo estuve en ese concierto, por lo que, de algún modo, cuando escucho el disco, ahí al fondo, está mi voz. Fan de "los Medina" ni fui ni me considero, pero un concierto de ruido al lado de casa había que disfrutarlo. El álbum se grabó un 30 de junio de 1990 en el anfiteatro Egáleo de Leganés, Madrid, escenario al aire libre mítico aquellos años; allí vi también a Panzer, Burning, Sangre Azul y alguno más. Por cierto, a la banda la presentó aquella noche José Carlos Molina (...

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero ...

Los Relámpagos – Nit de llampecs (Novola-1965)

Y tras el hiato estival y la visita de Hetfield & co . de hace quince días, hoy toca reseña de la serie “ Los singles de mami ” en la que, como ya sabéis los habituales, aúno mi amor a la música en formato vinílico con el recuerdo a mi madre –fallecida hace poco más de un año– y a su gusto por la música pop de su juventud. Los protagonistas de hoy son Los Relámpagos , un grupo de rock instrumental que –como muchas bandas e intérpretes en aquella época– surgieron a raíz de un concurso musical en el que coincidieron José Luis Armenteros (guitarra), Pablo Herrero (órgano), Ricardo López Fuster (batería) y los hermanos Ignacio y Juan José Sánchez-Campins (guitarra y bajo, respectivamente). Los cinco darían forma a Dick y los relámpagos , que no tardaron en perder de su nombre a Dick , fuese quien fuese el tipo.    En 1962 comienzan a tocar en un club a cambio de vales de consumición y propinas y dedican los domin...