Amigos del vinilo, la calidad de Graham Bonnet como vocalista y su importancia en la historia de la música de la segunda mitad del siglo pasado está fuera de toda duda me parece a mi. Por ello, no entiendo cómo –tras mi entrada dedicada al primer álbum de Alcatrazz– a nadie se le ha ocurrido reseñar su segundo trabajo. Y es que, si el primero tenía en sus filas a Yngwie Malmsteen, este contaba nada más y nada menos que con Steve Vai. Así pues, dejadme que hoy os hable del estupendo Disturbing the peace. Producido por Eddie Kramer –como el de Frehley que os comenté aquí hace quince días– entre los Cherokee y los Skyline studios, la formación que grabó el disco fue la misma que en su predecesor –Graham Bonnet a las voces, Jimmy Waldo a los teclados, Jan Uvena a la batería y Gary Shea al bajo– con la mencionada substitución del sueco Malmsteen por el norteamericano Steven Siro Vai, quien en esa época era un jovencísmo virtuoso de la guitarra que había tocado con Frank Zappa y acababa de editar su primera obra en solitario, un experimental Flex-Able del que también os hablé aquí. Sorprendentemente, un Bonnet acostumbrado a trabajar con genios de las seis cuerdas con fuerte carácter –o precisamente por ello– no estuvo demasiado contento de emplear a Vai como reemplazo de Malmsteen, pero con gran acierto hizo caso de la recomendación de su teclista.
Con una sobria portada totalmente en negro aunque con unas franjas satinadas sobre fondo mate que recuerdan los barrotes de una prisión, el disco tenía el siguiente track list:
A
God blessed video
Mercy
Will you be home tonight
Wire and wood
Desert diamond
B
Stripper
Painted lover
Lighter shade of green
Sons and lovers
Breaking the heart of the city
God blessed video es de lo más cañero para comenzar por todo lo alto, un tema en el que destacan la voz de Bonnet, los teclados de Waldo y las florituras a la guitarra de Vai. Mercy baja un poco el ritmo y nos muestra a un Bonnet cómodo entre melodías arábigas en plenitud de facultades vocales y a un Vai tocado por la mano de Dios –o del diablo, los que hayáis visto Crossroads me entenderéis– capaz de sacar de su Ibanez sonidos excelsos. Will you be home tonight es un precioso tema que transmite emoción de principio a fin y en el que la banda suena mejor que nunca, de lo mejorcito del álbum. La caña vuelve con Wire and wood, con un inicio a cargo de Vai utilizando un fraseo del que se volvería a servir años después en su Answers del Passion and warfare –de hecho, a lo largo del disco, Steve utiliza varias ideas que se pueden escuchar en sus diferentes álbumes en solitario– y un Bonnet hardrockero al servicio de un temazo en el que quien se luce de verdad es el guitarrista en un tema claramente compuesto por él. Desert diamond es el baladón Vai style en el que volvemos a escuchar a Bonnet entregado a un tema envuelto en melodías arábigas. El solo central es de los que hacen historia.
Cambiamos de cara y salimos del estado de ensoñación al que nos ha transportado la anterior canción con Stripper, otro trallazo, un tema sexy con rápidas guitarras y batería galopante en el que encontramos al Bonnet más hardrockero y a un Vai inspiradísimo como siempre. Painted lover es en mi opinión un tema menor, sin perder de vista que eso –con intérpretes como Vai, Bonnet, Waldo y compañía– no significa necesariamente una pérdida de calidad. Le sigue Lighter shade of green, un pequeño interludio instrumental, y Sons and lovers que es otro temazo aunque esa mezcla de melodía poppy con los desvaríos de Vai a lo Zappa no ayuda a que destaque entre otros temas como el inicial God blessed video –que tuvo una notable difusión por MTV– o Stripper. Se podría decir que es la pequeña joyita escondida del disco. Skyfire es otro hard rock estupendo en el que la banda suena conjuntada y en el que pese a la innegable posición adelantada de la voz de Bonnet y la guitarra de Vai, Uvena, Waldo y Shea conforman un background inmmejorable para sus compañeros. La peculiar Breaking the heart of the city –peculiar por ese coverdeliano título, la entonación de Bonnet, el inicio con una batería programada y esa melodía y coros claramente stevevaianos– pone el punto final exótico a un disco que hizo olvidar rápidamente a Malmsteen y puso un peldaño más en la escalera al olimpo de Steve Vai, quien tras la gira de presentación del álbum fue tentado por los cantos de sirena –y sus dólares frescos, claro– de David Lee Roth. Pero esa es otra historia.
En definitiva, un disco verdaderamente imprescindible como –casi– todos los de la carrera de un Graham Bonnet que a sus 70 años, en gran parte gracias a Michael Schenker, atraviesa una segunda juventud y ha sacado nuevo disco este 2018.
Brutal, la producción es brutal. Pero entre Kramer y los desvaríos de Vai, no se podía esperar ora cosa. Realmente, es la misma banda pero el estilo respecto a su anterior álbum es totalmente distinto. Y no te digo ya el siguiente, para mi totalmente prescindible.
La mezcla de Steve Vai con casi cualquier vocalista es brutal. Este disco me gusta más que el anterior, quizá por la producción, quizá porque tiene un rollo más hard en la mayoría de los cortes, no lo sé. A Bonnet le dediqué una entrada en mi blog (https://rockologia.wordpress.com/2013/01/26/lo-mejor-de-graham-bonnet/); no sé cuánta importancia tiene realmente en la música del siglo XX pero me da igual, a mí me encanta y siempre que puedo rescato alguno de sus trabajos. Este no lo tengo en vinilo, por cierto. Un abrazo.
Saludos de vuelta. Me alegro de acertar en tus gustos con algo que se aleja del hard'n heavy patrio. También tengo que decirte que con los dos que he posteado se acaba mi pasión por la banda, porque el tercero fue infumable.
Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco. ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia. Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas. En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo. Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de
Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero
Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por
A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue. Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono. Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda
Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular. Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura
Joder menuda producción mas bruta lleva detrás
ResponderEliminarBrutal, la producción es brutal. Pero entre Kramer y los desvaríos de Vai, no se podía esperar ora cosa. Realmente, es la misma banda pero el estilo respecto a su anterior álbum es totalmente distinto. Y no te digo ya el siguiente, para mi totalmente prescindible.
EliminarLa mezcla de Steve Vai con casi cualquier vocalista es brutal. Este disco me gusta más que el anterior, quizá por la producción, quizá porque tiene un rollo más hard en la mayoría de los cortes, no lo sé. A Bonnet le dediqué una entrada en mi blog (https://rockologia.wordpress.com/2013/01/26/lo-mejor-de-graham-bonnet/); no sé cuánta importancia tiene realmente en la música del siglo XX pero me da igual, a mí me encanta y siempre que puedo rescato alguno de sus trabajos. Este no lo tengo en vinilo, por cierto. Un abrazo.
ResponderEliminarEstupenda entrada dedicada a Graham. ¡No conocía ese álbum como Line-Up con Lord y Powell! Voy a buscar. Un abrazo Manu.
EliminarCreo que ya lo dije en alguna otra entrada, Alcatrazz es una de mis bandas de cabecera. Buena entrada King. Saludos
ResponderEliminarSaludos de vuelta. Me alegro de acertar en tus gustos con algo que se aleja del hard'n heavy patrio. También tengo que decirte que con los dos que he posteado se acaba mi pasión por la banda, porque el tercero fue infumable.
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