Amigos del vinilo y el rock, en 1986 escuché por la radio varios temas de Under lock and key y descubrí a Dokken, una banda genial que incluso tuve la suerte de ver en directo. Por si queda alguna duda, Tooth and nail, el mencionado Under lock and key y Back for the attack son en mi opinión otra de esas trilogías IMPRESCINDIBLES del hard rock de los 80. Sin embargo, a finales del 88 sus miembros –en particular el vocalista Don Dokken y el guitarrista George Lynch- se llevaban como el perro y el gato a un nivel tan extremo que las peleas propiciaron la disolución del grupo. Una lucha de egos acrecentada por el abuso de ciertas sustancias dieron al traste con uno de los mejores grupos del panorama norteamericano. Total, que el vocalista disolvió la banda y reclutó a algunos amigos –mercenarios del rock, músicos sin banda, algo así como ronin del metal- para que le ayudasen a poner en pie su particular versión del sucesor de Back for the attack.
A las guitarras estaban John Norum, el co-fundador de Europe –que había abandonado la banda aduciendo las manidas diferencias creativas- y Billy White, que había tocado con los tejanos Watchtower, en el bajo estaba su amigo Peter Baltes, en pleno parón creativo de su banda Accept y a la batería y percusión el sueco Mikkey Dee, tras abandonar a King Diamond y antes de iniciar una segunda vida en las filas de Motörhead. Las colaboraciones se completaron con el mítico Glenn Hughes coescribiendo con Don un tema y haciendo los coros en la grabación del mismo, así como la participación testimonial de Tony Franklin al inicio de otra canción. También aparecen Kelly Hansen –vocalista de Hurricane por aquel entonces- y Ken Mary –batería en múltiples proyectos, entonces en House of Lords- sin acreditar, aunque se les menciona en un rincón de la funda interior. Fuera de Elektra, Don firmó con Geffen Records y en otoño de 1990 editó su Up from the ashes –con clara referencia al mito del ave Fénix- bajo el nombre de Don Dokken, ya que –pese a haber dado nombre al grupo original- George Lynch también era propietario de parte del nombre de su anterior banda y no cedió los derechos de uso.
Producido por Don y Wyn Davis y grabado en los californianos Total Access Recording Studios, Up from the ashes –como era de esperar- era puro sonido Dokken, por la evidente coincidencia de coros y voz pero también por los lynchianos solos de White y Norum. Y no contento con ello, la similitud con la portada del Back for the attack era escandalosa. Además de que ambas eran obra de Dave Williams, la protagonista de la ilustración era la misma especie de ave mirando hacia el lado opuesto. En ese aspecto, el equipo de arte de Geffen no se complicó demasiado la existencia.
En resumen, que Don nos regaló un nuevo álbum de Dokken –o casi- que no alcanzó el éxito de Back for the attack, pero obtuvo un moderado reconocimiento por parte de sus seguidores, entre los que me incluyo. Eso sí, como era de esperar al estar formado de amiguetes en momentos personales y profesionales de impasse, el proyecto no tuvo continuidad y tuvimos que esperar a la reunificación de la banda y a un nuevo disco de estudio... para darnos cuenta de que la magia se había ido para siempre, al menos hasta que bien entrado el siglo XXI la llegada de Jon Levin al grupo aportó un soplo de aire fresco.
El track list de este disco era:
A
Crash ‘n burn
1000 miles away
When some nights
Forever
Living a lie
When love finds a fool
B
Give it up
Mirror mirror
Stay
Down in flames
The hunger
Despido la entrada con varios temas del álbum entre los que se encuentra el single Mirror Mirror, 1000 miles away –con reminiscencias al Cry of the gypsy del Back for the attack- o Stay.
Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Creo que no le sorprendo si digo que Dokken es de mis bandas favoritas. Y, además, no suelen aparecer en el top 10 de nadie. Este álbum me gustó mucho, el trabajo de Norum fue bueno. Una pena que no tiraran para adelante. Buena entrada.
ResponderEliminarOtro de esos grupos que nunca me he parado a escuchar y que suenan de puta madre!
ResponderEliminarSaludos