El éxito de la aventura londinense de los barones con la grabación y presentación internacional de “Volumen Brutal” quiso repetirse con el tercer y último disco de estudio de Leño, para mí la mejor banda de rock que ha tenido este país.
¿Valió la pena esta movida? Pues depende. Por un lado la proyección en Inglaterra duró lo que se tardó en publicarse en la revista Karrang una devastadora crítica, pero, por otro, se trajeron debajo del brazo un excelente trabajo de producción realizado por Carlos Nerea, que sustituyó a Teddy Bautista, en los estudios Kinsway Records, propiedad de Ian Gillan, donde Rosendo hizo realidad el sueño de conocer y compartir una tarde con unos de sus ídolos Rory Gallagher, quién quedó gratamente sorprendido por el sonido que salía del set de grabación de la banda.
“Corre, corre” contiene siete temas nuevos y otro más, “Entre las cejas”, que ya había sido presentado en el LP en directo anterior, con los que Rosendo, Ramiro Penas y Tony Urbano querían desmarcarse del sonido artificial de “Más madera” y volver a la senda del rock sencillo, directo y auténtico que les había dado el respeto de roquis, punquis, jevis y sinvergüenzas, como diría áquel, y al que se sumó un gran número de nuevos adeptos.
El disco tiene geniales composiciones como “Sorprendente”, “Qué desilusión” o “La fina”; himnos generacionales como “¡Corre, corre!” o “Que tiren la toalla”, vetada por su crítica al presidente Calvo Sotelo, el que “manda más que los que mandan y es toda una institución”, estribillos que te enganchan y no se te van de la cabeza como “corre, corre, corre, que te van a echar el guante”, “es sólo una canción y me siento mejor”, “frena velocidad, que no lo entiendo”, o ese grandioso final de una de mis canciones favoritas de siempre que marca el punto y final a una esporádica aventura que nunca fue: “… y pon otra cerveza que a la próxima será”. En fin, la música que se puede llegar a hacer con talento, ganas, una guitarra, un bajo y una batería.
En 1983 de la mano de Miguel Ríos en su inolvidable gira “Rock de una noche de verano”, en uno de cuyos conciertos pude comprobar por primera y única vez su impactante y potente directo, Leño llega a la cima de su carrera y sorprendentemente deciden separarse. Sencillamente, parafraseando el estribillo de uno de los temas del álbum, no había más historia, ni nada que decir y no vendieron su rock and roll.
El material audiovisual encontrado en la red es muy interesante y variado, yendo del concierto patrocinado por El Corte Inglés y que con motivo del Mundial de Fútbol del 82 se celebró en el Palacio de los Deportes de Madrid, o sus actuaciones en programa Musical Express del gran Ángel Casas, o en Tocata donde fueron el primer grupo en actuar. Espero que os gusten.
Temas
Cara A:
1. ¡Corre, corre!
2. Sorprendente
3. No se vende el Rock & Roll
4. La fina
Cara B:
5. ¡Que tire la toalla!
6. Entre las cejas
7. No lo entiendo
8. ¡Qué desilusión!
En la actualidad se echan en falta bandas de este tipo. ¡Una joya!
ResponderEliminarHaberlas haylas pero no como Leño. Una joya que la tengo muy gastada de tanto usarla, que por cierto, me costó en su día 800 pelas.
EliminarEn este blog eres la memoria del rock español. Vaya ejemplar de primavera, je, je. Un discazo como pocos. Esos Leño...
ResponderEliminarAcepto ese cargo con mucho gusto amigo y además con sumo placer ya que son las que he mamado en mi juventud y sigo disfrutando aún de ellas. Me gustaría que hubiera más entradas en el blog de bandas españolas pero ... No obstante yo me encargo yo de que no falten jaja Saludos.
EliminarTiene razón el amigo, es usted el valedor del hard y el rock hispano. Yo -lo admito- no estuve nunca muy metido en él, apenas conocía a Barón Rojo y los temas más conocidos de Obus, Panzer... estaba más metido en bandas inglesas, estadounidenses y alemanas. Pero hay que reivindicar lo propio, porque en muchos casos, no tiene nada que envidiar a algunos pretendidos maestros internacionales. Lástima de algunas producciones patéticas y de un mercado sin proyección. Siga adelante con esta sagrada cruzada.
ResponderEliminarLeño, unos mitos del rock en español a los que creo que nunca se les consiguió enlatar su sonido con la fuerza que sonaban en directo, debieron ser los productores de la época pero es una lástima que en disco suenen "distintos", aún así este disco es el que mejor suena. Pese a todo una joya muy valorada actualmente.
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