Ir al contenido principal

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

 El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección.

Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.

                                                 

La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ejecución impecable. Pero el resto del disco no se queda atrás. "Firing Squad", "Waiting Around to Die" y "Nightmare Logic" son auténticas bombas, con letras que escupen crítica social sin caer en sermones.

Las guitarras cumplen de sobra: riffs punzantes, solos breves pero bien colocados. La batería golpea con fuerza y precisión, y el bajo, aunque más discreto, aporta peso y solidez. La voz de Riley Gale es una de las grandes bazas del álbum: suena agresiva, clara y con una intención que atraviesa cada tema. No grita por gritar, grita porque tiene algo que decir.

No hay espacio para relleno ni para florituras innecesarias. Nightmare Logic va al grano, sin distracciones. No pretende reinventar el thrash, pero lo revitaliza con energía, actitud y mensaje.

Es un disco que se escucha de una vez y apetece volver a poner. Directo, sólido y sin postureo. Perfecto para quienes buscan metal sin adornos, con músculo y con rabia de la buena. 

La edición física es simple, letras en una hoja a doble cara desplegable y vinilo negro. La portada eso sí, me encanta.

¡Espero que lo disfrutéis!


 Listado de temas y duración

  1. Soul Sacrifice – 4:10

  2. Executioner's Tax (Swing of the Axe) – 3:45

  3. Firing Squad – 3:17

  4. Nightmare Logic – 4:21

  5. Waiting Around to Die – 4:23

  6. Ruination – 3:10

  7. If Not Us Then Who – 4:10

  8. Crucifixation – 5:20

        Duración total: 32:36




Comentarios

  1. DISCARRALÍSIMO. Primero escuché su Manifest Decimation y me pareció estupendo. Luego llegó este y lo volvieron a hacer, una pasada, puro thrash en modo apisonadora sin mácula. Como dices, no le sobra nada. Un verdadero rompecuellos. Mientras esperaba un nuevo lanzamiento me enteré de la muerte de su cantante, una pena. A saber dónde hubiesen llegado. Más tarde supe que años atrás habían editado el Opening Fire, que también me parece imprescindible. Saludos. KING

    ResponderEliminar
  2. Discazo. Sí señor. Si se hubiera publicado en la edad de oro del thrash pasaría por un clásico. Como dices, de principio a fin bien compuesto, ejecutado y producido. De estos muchos 😂

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya no creo que saliese publicado en la edad de otro del thrash, es que ahora hay tanta variedad, que todo es más efímero.

      Eliminar
  3. Pues antes de leer tu entrada me lo he pinchado pensando que iba a encontrarme un disco de la iglesia del guturalismo, por lo que, al menos, me ha sorprendido que no fuese así del todo aunque hay un par de temas con uso excesivo en la segunda parte del plástico.Luego ya he visto que era puro "trash" como le gusta leer al King (ironic on).
    Ya sabéis que soy más blando que vosotros y dos escuchas seguidas del disco me exceden (una entera puedo hacerla sobre todo porque es muy corto), pero alguna canción suelta entrará en mis playlist o como se diga, porque el chute energético viene bien. Sobre todo de la primera cara del disco

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahí, ahí, provocando

      Eliminar
    2. Al King es difícil provocarlo. Y mira que lo intento con música. Pero con esto del trash seguro que cae jeje

      Eliminar
    3. Lo has puesto entre comillas y has mostrado tus cartas. Si no, me tiro de cabeza como un Miura jajaja KING

      Eliminar
    4. Este es un buen disco para ir haciendo oído, que para más adelante, con lo que tengo preparado, va a hacer falta.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...