Ir al contenido principal

The Glitter Band – Hey! (Bell records, 1974)


De regreso al blog, dedico la entrada de hoy a otro de esos vinilos que he adquirido lanzándome a la aventura, tirándome de cabeza a una piscina en la que no sabía si encontraría agua. Así, guiado por una portada de lo más ridícula, aunque –tanto por el nombre del grupo como por la estética de sus outfits– con una cierta idea del sonido que podía encontrarme, me llevé a casa este Hey! de The Glitter Band que este viernes os quiero comentar. Pero antes, toca turra cultureta para ponernos en situación. 
 
A mediados de los años 40 nació en el condado de Oxfordshire el oscuro Paul Francis Gadd, hijo de una madre soltera que trabajaba como limpiadora y de un padre al que nunca conoció. Criado inicialmente por su madre y su abuela, a los diez años fue puesto al cuidado de los servicios sociales y educado en una escuela católica de la que acostumbraba a escaparse a Londres. Siendo todavía un adolescente, se hizo un asiduo de los locales nocturnos de la capital donde actuaba con el nombre artístico de Paul Raven y cantaba baladas y clásicos del rock mientras grababa anuncios para la radio, asistía a castings para cine y televisión y se hacía un nombre editando singles con Decca o Parlophone, en este último sello con producción de George Martin antes de que se convirtiese en el quinto Beatle
 

A mediados de los 60, Paul conoce al productor Mike Leander y comienza una colaboración entre ambos, primero como cantante en varios grupos fundados por Leander y más tarde, con la explosión del movimiento glam, como artista en solitario ya con el nombre artístico de Gary Glitter. En 1972 graban el single que pondría a Gary en el mapa a nivel internacional y haría despegar su carrera, un tema titulado Rock and Roll dividido en dos partes, una para la cara A del single y la otra para la cara B. A partir de ahí, Mike Leander ve el potencial de Gary y le busca una banda de apoyo con la que presentar sus temas en los escenarios. Así es como recluta a Gerry Shephard (guitarra), Pete Phipps (batería y teclados), Tony Leonard (batería), John Springate (bajo), Harvey Ellison (saxofón) y John Rossall (trombón) para las actuaciones en directo de Glitter, adoptando el oficioso nombre de Glittermen. No obstante, en el estudio Leander toca todos los instrumentos excepto los de metal. Quizás por eso, Rossall convence a Leander para que les deje grabar un single al margen de su jefe de filas. El tema se titulará Angel face y llegará al número cuatro de la lista de singles en 1974 propiciando el nacimiento de The Glitter Band y su carrera paralela con John Springate ocupándose de las voces. 
 
Y de esta manera aparece en las tiendas este Hey! con un título claramente inspirado en los coros del éxito –en muchos países, fue más conocido que la cara A– Rock and Roll Part 2, siendo esa exclamación la única parte vocal de un tema eminentemente instrumental. Así es como The Glitter Band –aprovechando fechas de descanso en la gira con Gary– graban en diversos estudios de París y Londres con Mike Leander a los controles su álbum de debut del que poseo la edición española. 
 

Con portada diseñada por Cream y fotografiada por Gered Mankowitz –el de la del Innocence is no excuse, de Saxon–, el track list fue: 
 
A 
Tell him 
Angel face 
Shout it out 
Sea cruise 
All I have to do is dream 
Rock on 
 
B 
Just for you 
Twisting the night away 
Baby I don’t care 
Sealed with a kiss 
I’m celebrating 
Gimme some loving 
Angel face (Reprise) 
 




La verdad es que el disco es un batiburrillo de temas propios de nivel más o menos tolerable junto a composiciones ajenas de éxito probado que dan como resultado un álbum que, sin ser malo por las versiones que contiene, resulta poco personal o sincero. Así, el disco comienza con Tell him del compositor y productor del Bronx Bert Berns, al que con sus arreglos de trombón y saxo llevan al terreno del glam. Le sigue el mencionado single Angel face de Shephard y Rossall, más eléctrico y pop que la anterior canción, resultona dentro de su simpleza –a veces los hit singles consisten en eso– y donde utilizan en los coros ese hey! marca de la casa. Tras ella va otro tema compuesto por un miembro del grupo, esta vez una Shout it out a cargo de Springate que tiene más ritmo que el single y es un glam rock bailable que me parece superior al mencionado tema estrella. De la mano del compositor y pianista de Nueva Orleans Huey Pierce Smith llega Sea cruise, más movida aún pero más cercana a lo que sería un rock and roll clásico que un glam rock setentero. Entonces nos regalan una versión de la empalagosa All I have to do is dream de Boudleaux Bryant, una balada archiconocida y uno más de los temas de relleno para dar empaque a un disco que en el fondo fue editado por una cuestión de ego a rebufo del éxito de Gary Glitter, lo que se pone aún más de manifiesto con la adición del tema que cierra la cara A, un movidito y alegre Rock on sacado del exitoso disco debut de Glitter con Leander
 




La cara B se inicia con Just for you, otra canción del dúo Shephard y Rossall, con Gerry cantando un pop rock que también considero superior a Angel face al que añaden ese ritmo sincopado de batería y los arreglos de metales para darle la pátina glam que estaba de moda. Prosiguen las versiones, ahora con Twisting the night away, temazo de Sam Cooke que evidentemente tiene más de soul que de glam. De la mano de los prolíficos Jerome Leiber y Mike Stoller llega Baby I don’t care, otro rock and roll clásico pasado por el tamiz glam. Y qué decir de Sealed with a kiss de Gary Geld y Peter Udell, que tiene muy poco de glam rock pero que es otro clásico en la historia de la música norteamericana de principios del siglo XX. El siguiente tema es I’m celebrating, de Phipps esta vez, con un nivel más que aceptable. Y por último, Gimme some loving de Spencer Davies y Steve Winwood, un temazo tan grande que para mi gusto, destrozan con esos arreglos glamizadores y al que pone fin Angel face (Reprise), acaso para dar más entidad todavía al tema en torno al que se se dio forma a esta especie de 'disco pretexto'. 
 




Y eso es todo lo que os puedo contar de este álbum. Tras unos años encadenando cierto éxito, a finales de los 70 el grupo cambió varias veces de discográfica e incluso de nombre o miembros, pero su estrella parecía haberse apagado, aunque a finales de los 80 y primera mitad de los 90 una versión del grupo con Shephard, Phipps y Springate tuvieron un renacimiento que les llevó incluso a girar con Gary Glitter a las voces. En la actualidad sólo Pete Phipps sigue activo y posee los derechos del nombre The Glitter Band, tras ganar un juicio contra Rossall en 1997. 
 
EPÍLOGO. 
 
Pero ¿qué fue de Gary Glitter y por qué le he calificado de oscuro al inicio de la entrada?, pues porque, pese a haber sido absuelto en los años 70 por mantener relaciones con una menor, en 1999 fue encarcelado por poseer miles de imágenes de pornografía infantil. Cuando salió de prisión pasó un tiempo en Camboya, de donde fue deportado por sospechar que había cometido abusos infantiles. Más tarde, afincado en Vietnam, en 2006 también lo deportaron tras condenarlo por actos obscenos contra menores. Y establecido en la Gran Bretaña, finalmente fue sentenciado en 2015 a 16 años de prisión por abusos, intento de violación y una relación sexual con una menor de 12 años. En la actualidad, tras ser unos de los artistas británicos más queridos e influyentes de los 70, Glitter o Paul Gadd es una de las figuras más odiadas de su país. De hecho este 2024 su abogado solicitó la libertad provisional, pero la junta responsable se la denegó tras considerar las circunstancias de sus delitos y la falta de progreso logrado durante los años que ha estado en custodia. Una personalidad que sin duda otorga otra lectura a temas de la época dorada del artista como Do you wanna touch me (Oh yeah)
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Puff, agüita... menudo prenda el Glitter este, se te quitan las ganas de escuchar nada que lleve su apellido. Por lo demás, gran entrada espectacularmente documentada, con la que conozco otra banda a la que jamás hubiera llegado (me hubiera costado tirarme a la piscina). Escuchada la propuesta, ni fu ni fa, con lo que por los problemas de almacenamiento que tengo seria carne de Wallapop. En cualquier caso, muchas gracias, interesante y con un gran trabajo de redacción! Feliz finde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues gracias por tus palabras, por comentar y por escuchar. Y sí, ni fu ni fa salvo un par o tres temas. Pero lo mío es diógenes puro y ya sólo por la portada, vale la pena. Feliz finde para ti también. KING

      Eliminar
  2. No sé ni por dónde empezar... ¿Esa contraportada no te hizo sospechar que esto no iba a sonar bien? 😅 Ha sido más agradable leerte que escuchar el disco. Parecen unos Slade de saldo. De todo tenemos que traer por aquí, también te digo. Eso sí, buena producción. En cierto modo, un artefacto curioso, sin duda, para tener en "la colección". Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Pero lo has escuchado y todo? jajaja Para encontrar tesoros ocultos uno tiene que meterse en el barro. A veces encuentras diamantes y otras simple pirita o sucia arcilla. Tú lo has dicho, un artefacto curioso para la colección. Un abrazo, chavalote KING

      Eliminar
  3. Salvaría de la quema Angel face y Shout it out, quizás también Just for you. Bueno, como poco, este disco entra dentro de mis estándares de blandenguería jeje. En fin, cosas peores hemos escuchado pero está claro que no me ha emocionado. Esto sí, la entrada, de mucho nivel, como casi siempre. Un abrazo, Majestad.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...