Ir al contenido principal

Frank Marino & Mahogany Rush - What’s next (CBS, 1980)


Hoy os traigo otro de esos vinilos que en su momento compré por la portada. Las cosas claras y la sinceridad por delante. También es verdad que el nombre de Frank Marino me sonaba a rock setentero, es decir, que ya sabía que no iba a encontrarme con un disco de baladas pop, pero lo cierto es que cuando escogí ese disco de la cubeta no era capaz de recordar si lo había escuchado antes o no. Eso sí, me gustan los coches y el mundo del motor por lo que ese Dodge Omni HEMI de la portada fotografiada por Pierre Gauthier me llamó la atención. Acero, cromo, acetileno, goma... la imagen me transmitía energía y poder, aunque la foto de la contraportada era más cercana a una parodia con más grasa que fuerza. Pero aún así decidí quedarme con este What’s next de los Frank Marino & Mahogany Rush, una banda que, por cierto, todavía no había pasado por este blog. 
 
El origen del grupo lo encontramos en Montreal, cuando nace a mediados de los 50 un tal Francesco Antonio Marino en el seno de un familia italo-siria. Retirado actualmente del mundo de la música, a Marino se le reconoce como un guitarrista que fue habitualmente infravalorado y al que se acostumbra a definir como el Jimi Hendrix canadiense. Y es que este tipo que sólo tiene estudios hasta lo que hoy sería primero de ESO y tocaba la batería desde los cinco años hasta que con 14 se pasó a la guitarra, fue el típico adolescente problemático de la época que hacía del absentismo escolar su principal ocupación y fumaba marihuana escuchando The Beatles, The Doors o Jimi Hendrix cuando no asistía a concentraciones hippies por la paz y contra la guerra, algo que incluso le llevó a pasar una temporada en una escuela militar hasta que le echaron o sus padres tiraron la toalla. En ese ambiente, Frank –ya no le parecía cool llamarse Francesco– comenzó a experimentar a lo bestia con el LSD, acabando en una ocasión en el hospital. De esa vivencia sacó el propósito de dedicarse profesionalmente a la música y el nombre Mahogany Rush, que le sobrevino en su particular viaje lisérgico. 
 
Total, que con una mezcla de blues, free jazz y hard rock psicodélico, los Mahogany Rush alcanzaron cierta popularidad en los años 70, llegando a tocar con Ted Nugent, Aerosmith, Santana o Heart pero sin alcanzar la condición de estrellas. Y a finales de la década cambiaron su nombre a Frank Marino & Mahogany Rush, una señal de la pronta separación de la banda y el inicio de la carrera en solitario de Frank. Este What’s next que os traigo hoy es de esa época en el ocaso de la historia del grupo, el séptimo álbum en estudio, muy bluesero en ocasiones y con mucha improvisación en otras –el sonido típico de la obra de Marino–, donde por otra parte encontramos dureza y un estilo más cercano al hard rock setentero que al free jazz
 

Producido por el mismo Marino en los Tempo studios de Montreal y en el Filtroson, el estudio móvil de Guy Charbonneau construido en la caja de un GMC General, contó con la participación de Frank a las voces y guitarra solista, su hermano Vince a la rítmica en varios temas y los habituales Paul Harwood al bajo y Jim Ayoub a la batería, con la contribución de Jim Zeller a la armónica en Roadhouse blues
 
En cuanto al vinilo, tengo una copia promocional de la edición neerlandesa para el mercado alemán –se puede ver el sello Unverkäufliches Muster prohibiendo su venta en la contraportada– aunque sin el inserto que sí llevaba la versión original de la época. Y el track list es: 
 
A 
You got livin’ 
Finish line 
Rock me baby 
Something’s comin’ our way 
 
B 
Roadhouse blues 
Loved by you 
Rock’n’Roll Hall of Fame 
Mona 
 
El inicio del disco no puede ser mejor, una You got livin’ con rapidez, fuerza, una pegada de batería potente y líneas de bajo enérgicas junto a la omnipresente guitarra de Marino. Finish line es más bluesy, aunque con velocidad y tiene una extensa parte final en la que Marino se deja ir con una de sus improvisaciones, acercando la experiencia a lo que debían ser sus actuaciones en directo. Le sigue Rock me baby, un tema de B.B. King donde los Mahogany se acercan mucho más a un blues arrastrado canónico, propenso a que el guitarrista dé rienda suelta a sus experimentos sónicos, cosa que aprovecha sin duda. Se completa la cara con Something’s comin’ our way, que comienza con unos potentes redobles de batería y unas simples líneas vocales que no son más que el preámbulo de una larga improvisación marca de la casa. 
 

En el otro lado del vinilo encontramos Roadhouse blues, blues psicodélico y lisérgico original de The Doors que aquí aquiere gracias a los dedos de Marino un brillo más hardrockero con tintes pantanosos. Loved by you es un hard blues en la línea de unos ZZ Top pre-Eliminator y Rock’n’Roll Hall of Fame es un hard rock setentero, al menos al inicio porque luego se convierte en el pretexto para que Marino nos ofrezca otra sesión de improvisación guitarrera. Finaliza el disco con una versión del Mona de Bo Diddley atiborrada de esteroides que no engaña y pasa olímpicamente de intentar parecer una canción de esquemas estándar mostrándonos directamente su carácter de desvarío instrumental lleno de fuerza. 
 



En fin, una manera tan buena como otra de conocer música nueva y entrar en la obra llena de calidad de Francesco Antonio Marino y su banda, si es que aún no lo habíais hecho. Ya me contaréis cómo ha ido la experiencia. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Me encanta este guitarrista. De hecho, tenía algún disco suyo en solitario de su época ochentera en la lista de pendientes para este blog. Esperaré un poco para subirlo. Pero me alegra que ya forme parte del selecto club del #FFVinilo. Es verdad que siempre se le compara con Hendrix, pero para mi gusto, merece un sitio entre los grandes guitarristas de hard rock de los 70. Muy completa la entrada, con todos los detalles de su historia y del disco. Al que le guste el rock setentero, este disco no le va a defraudar. Muy buena entrada. Creo que acertaste con este disco, aunque fuera solo por la portada. ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo8/6/24 11:28

      Muchas gracias por tu comentario. La verdad es que me ha sorprendido el tipo. Sin duda, la adquisición a ciegas de este disco me ha dejado satisfecho. Es rockero y setentero, y en alguna de sus largas improvisaciones me ha recordado incluso a Zappa. Espero con ganas tu reseña del que tienes reservado. Saludos. KING

      Eliminar
  2. Anónimo8/6/24 13:24

    Joder, el Frank Marino en el blog, eso son palabras mayores, rascadores profesionales de la música que nos gusta. Más de una vez he estado a punto de comprar este y el World Anthem (los dos que más me gustan), pero siempre me ha dado "pereza". Vuelven a la lista de "coño, lo podías haber subido tú al blog, ahora qué hacemos". Buena reseña y lo apunto para escuchar esta semana. A mí me encanta la forma de tocar la guitarra, totalmente anárquica en ocasiones, y cómo "destroza" las versiones, que, al final, parecen una escusa para que el tipo se luzca. Eso de que sea una copia neerlandesa que no se puede vender tiene su punto también. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo8/6/24 14:17

      Me alegra haber acertado con los gustos de varios de vosotros. Si el tipo hubiese sido de Los Angeles o Detroit a lo mejor hubiese recibido más respeto, nunca lo sabremos. Respecto a lo de la copia "que no se puede vender", bueno, todos tenemos ya varios de esos vinilos promocionales y el que los hayamos adquirido demuestra que alguien se ha pasado por el forro la prohibición de hacer negocio con ellos jejeje. Abrazo de vuelta.

      Eliminar
  3. Pues un grato descubrimiento. Qué manera de tocar esa guitarra, sí señor. Me encanta la versión tan alocada del Roadhouse Blues de los Doors, que es por donde voy en estos momentos. No tenía ni idea de ma existencia de este tipo y me han entrado ganas de investigarle a fondo. Cuando acabe con este disco, cuál sería un buen sucesor para seguir escuchando cosas suyas?
    Un abrazo y mil graciasss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me gusta World anthem, que creo recordar es el anterior a este.

      Eliminar
    2. Anónimo9/6/24 13:51

      Me alegro de haberte descubierto a Frank Marino, Alberto. Esta vez, el descubrimiento es casi mutuo ya que tampoco soy un seguidor de sus obras. Pero esto es lo bueno de este blog, escuchar cosas nuevas o músicos a los que no se ha prestado atención. Casi siempre enriquece musicalmente y se pueden descubrir joyitas. Como dice Manu, con los Mahogany es muy recomendable el World Anthem y en general cualquiera de la segunda mitad de los 70. Sin embargo, no esperes encontrar sólo caña, que el tipo era muy dado al jazz y los desarrollos guitarreros lisérgicos. Gracias por comentar. KING

      Eliminar
  4. Pues me he tenido que poner dos veces el disco porque a la primera, se me ha atascado. Creo que últimamente llevo mal las muestras de virtuosismo que ciertos músicos se empeñan en demostrar. Pero como he notado bastante blues, le he vuelto a dar otra oportunidad. Y la verdad, es que hay una gran diferencia entre otro virtuoso del blues que también lo demostraba, como eres Stevie Ray Vaugham,y este señor. Stevie(o Hendrix) te daba, además, sentimiento. Es complicado explicarlo,
    En fin, una vez superada esa decepción, lo he vuelto a escuchar y me ha gustado más. Lo que menos, lo dicho antes,los excesos innecesarios...y que, para mí, una canción blusetra de mi olimpo como es Roadhouse, la fastidia. Incluso prefiero 10 veces la de Jeff Healy.
    A ver, le daré más oportunidades a pesar de una primera mala impresión. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo9/6/24 17:16

      Todo un esfuerzo el que has hecho. Yo escucho vuestras propuestas una vez. Si me gustan, puede que repita. Pero si no me entran, una y no más Santo Tomás. Así que agradecimiento doble, por el comentario y por ponerle empeño a los desvaríos del drogata de Francesco. Tenía talento el muchacho, aunque seguro que también un carácter raruno. Apura lo que queda de domingo y feliz semana. KING

      Eliminar
  5. Un grato descubrimiento. De Frank Marino había escuchado alguna canción de aquí y otra de allá, pero no me había sumergido en ninguno de sus discos.
    Lo que me he encontrado me ha gustado. Muy buen rock setentero, voz poderosa, sección rítmica con mucho Groove y guitarra virtuosa, of course.
    Lo peor: Lo que comentáis todos, exceso de solos cuando no toca. You Got Livin' es un temazo y no necesitaba que la guitarra soleara durante TODA la canción, incluso sobre la voz, en algún momento llega hasta molestar. Para eso mejor hacer un disco instrumental.
    Lo mejor: ese mismo virtuosismo, pero controlado. Cuando Marino le da a la canción lo que necesita y entra en ese solear continuo pero donde toca, es buenísimo. El final del tema Finish Line con esa improvisación sobre los acordes del tema "Mediterráneo" de Serrat (si, será algo circunstancial, pero son exactamente los mismos acordes de base) es sencillamente MAGISTRAL. Llámale Jazz, Fusión o lo que quieras, pero esto es MUY BUENO.
    Muy buen descubrimiento y muy buena reseña.

    PD: Yo también habría comprado este disco viendo la portada. :)

    Buena semana!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joder, no había caído en esa Serrat Connection jajajaja. Gracias por tu comentario y feliz semana también para ti.

      Eliminar
  6. Frank es una bestia desatada!!! Tiene temas tremendos. Un virtuoso. Si es por la portada "The power of The rock and Roll" se lleva todos los premios...y Ain't dead yet" es alucinante.
    No me canso de escucharlo....lo recomiendo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...