Me toca entrada de artista
femenina. Y este mes de junio de 2024, concretamente el día 13, este trabajo
que os traigo cumple 29 años. Podría haberme esperado hasta el próximo año para
que saliese la cifra redonda de 30 (sí, a partir de esa edad la redondez suele
apoderarse de alguna parte de nuestro cuerpo y ya casi ni nos da para luchar
contra ella, total, son treinta años). Pero mira, ya lo he dejado demasiado
teniendo en cuenta que fue un regalo de mi cumpleaños del año pasado y espero
que este año me regalen algún otro vinilo para traerlo por aquí y se me van a acumular.
El regalo estuvo genial, aunque, por una vez en la vida, casi que me lo
imaginaba ya que poco tiempo antes, en alguna conversación con mi mujer, salió
que siempre me fastidió no haberme comprado en su día este vinilo. Con los años
sí me hice con la versión Cd pero aún no estaba la fiebre del plástico de
segunda mano a tope. Y por eso he dicho que casi que me lo imaginaba, porque el
regalo que recibí corresponde a una reedición y no a uno usado. Ah, vino
acompañado otro detalle que me hizo mucha ilusión y me arrancó unas risas: un
“juego” llamado VERMUNOVA, al estilo de aquellos de MINERANOVA o similar de
nuestra infancia, pero actualizado a una temática más adulta y lúdico-festiva
relaciona con el Vermú. En fin, intentamos pasar a lo de que hemos venido a
hablar, del Jagged Little Pill de la canadiense Alanis
Morissette.
Si estamos hablando que se editó
en el 95, yo andaba en las veintidós primaveras. En aquella época íbamos mucho
a un garito mostoleño que se llamaba Park Life (como la canción
de Blur) con la cuádruple intención de pasarlo bien echándonos unas
risas, ponernos bien tomando unos licores espirituosos, disfrutar escuchando la
mejor música que se pinchaba en los garitos del pueblo (todo rock ya fuese
antiguo, moderno, heavy, hard, nu metal, progresivo…) y ligar con chavalas que
tuviesen nuestro mismo rollo. No os extrañará si reconozco que sólo cumplíamos
tres de esas cuatro expectativas…Pues precisamente, una noche de viernes o
sábado, no sé, descubrí el cañero “You Oughtta Know” gracias al DJ de
aquel día. Es más, la siguiente vez que lo pincharon, además pusieron el
videoclip en las pantallas, sincronizado con el sonido. Ahí ya pude leer quien
era esa tía que me flipó con sus alaridos y gritos. Recuerdo vívidamente que
mis colegas se estaban ya saliendo del local y yo volví para dentro y me quedé
allí solo paladeando la canción, el video y el último trago de Dyc-Cola, que
tampoco había para importación, qué demonios. Tras aquel descubrimiento, lo
siguiente que hice fue acercarme a la tienda de préstamo de CDs que había en mi
pueblo, lo alquilé y me lo grabé en una TDK. Y con ella tiré mucho tiempo hasta
que me hice con el disco compacto. Pero eso ya es otra historia.
Antes de pasar a hacer un
análisis de esos cutres míos basados en mis nulos conocimientos musicales, voy
a quitarme la banda de cera del entrecejo de un solo tirón, antes de nada; y
que es contar la historia detrás del “You Oughtta know”. Resulta que Alanis
fue pareja durante un tiempo de uno de los actores de la famosa teleserie (al
menos para los talluditos como yo) Padres forzosos: el alto no,
ni el guapo, el otro actor, el que hacía de humorista y era “gracioso”, Dave
Coulier La relación terminó durante la grabación de este LP y parece que
Alanis dedicó algún que otro verso a su ex. De hecho, la canción trata
sobre una ruptura dramática y la letra es bastante brutal, dejando la que
dedicó Shakira a Piqué en chistecitos malos. El propio actor así lo ha afirmado en
diversas entrevistas, pero reconociendo también que su relación posterior con Alanis
fue muy buena, y que ella es una maravillosa persona que cantó a los pies de la
cama de su hermana, terminal de cáncer, años después. Sin embargo, aunque Morissette
ha dicho en muchas ocasiones que cuando grabó la canción la tinta aún estaba
fresca y no era del todo consciente de lo que salía de ella, sí que apostilló en
el polémico documental “Jagged” que la canción no está inspirada en su
expareja. También en ese docu confesó que había sido víctima de violaciones
grupales a los 15 años. Pero una vez estrenado, la canadiense retiró su apoyo a
ese documental porque incluía insinuaciones y hechos que, según ella, no eran
verdad, que habían sido manipuladas sus entrevistas aprovechando que pasaba un
momento de depresión.
Venga, bajamos la aguja y lo
primero que escuchamos es una armónica y rasgueo de guitarras. Empieza bien
tirando más a grunge que a hard. “All I really want” es un grungepop que
habla de relaciones tortuosas donde Alanis se compara con Estela
la protagonista de Grandes esperanzas de Dickens mientras
tiene un enfrentamiento con su pareja por su infructuosa e incómoda relación,
reconociendo que no son almas gemelas: no todos estamos en el mismo momento al
mismo tiempo. Aclaro que mi nivel de inglés es malo, no penséis que entiendo las
canciones. Pero es que, hace tiempo, sí me interesaba lo bastante traducir las
letras de los discos que me gustaban. Pasamos al megapelotazo de “You
oughtta know”. Ya os he contado de qué va y que representa la ira cruda y
un retrato desde la visión femenina de las mentiras y engaños en las relaciones
en el plano sexual (“te la chuparía ella en un cine?” “piensas en mí cuando
te la follas?”) y en el emocional (“tendría ella a tu bebé?” “me
querrías y abrazarías hasta la muerte…pero todavía estás vivo”). Y claro
que está en su derecho de hacer saber lo mal que se encuentra porque desde ese
punto, despegará (“y cada vez que arañe la espalda de alguien más espero que
lo sientas”). Todo muy visceral, joder. Empoderamiento que se dice ahora.
Me parece genial que un artista haga esto, pueda expresar su enfado y malestar
(sea o no la absoluta verdad). Volviendo al tema de Shakira, fijaos el
revuelo que se montó…pues está canción salió 25 años antes. En lo musical, Alanis
tuvo la ayuda de dos integrantes de Red Hot Chili Peppers:
Flea en el bajo, inconfundible y estratosférico y Dave Navarro,
el sustituto de Frusciante, en la guitarra. Y parece que reescribieron
gran parte de la música adecuándola a la grabación de la voz de Alanis
aunque esto no está acreditado en ningún lado del disco. Bajamos de
revoluciones con “Perfect” que, curiosamente, fue la primera canción que
presentaron Morissette y su socio Glen Ballard a la
compañía de discos y con la que firmaron el contrato porque a los directivos
les cautivó la manera de expresar las emociones que tenía esta chica. Comienza
en plan acústico con guitarra y voz y hacia la mitad sube un poco la intensidad
para terminar como empezó. “Hand in my pocket” es
otra de las superfamosas del vinilo. La batería me suena a caja de ritmos como
en el primer corte, una guitarra muy fuzzy a la mitad, y armónica estilo Dylan
en las manos de Alanis. Y las letras son bastante más amables y
optimistas. Fue el tercer single. “Right through you” es mucho más
reivindicativa y vuelve al tufo grungepop, sobre todo en el sonido de la
guitarra, para abordar la problemáticas
de los malos directivos discográficos y cómo en aquellos tiempos (me imagino
que poco ha cambiado actualmente, algún caso de abusos hemos conocido incluso
en nuestro país de algún productor) lo único que querían era aprovecharse de
las artistas (“you took me for a joke, you took me for a child,you took a
long hard look at my ass, you took me out to wine dine and 69”). Pues
señores, en los 90 todavía no estaba bien visto exponer a esta clase de tipos.
El Metoo fue mucho después. Mi sombrero en la mano para esta mujer. En “Forgiven”
sigue poniendo temas delicados sobre la mesa, en este caso sobre la educación católica
recibida desde pequeña, con sus incongruencias, sus mentiras sobre la educación
sexual ("My brothers, they never went blind for what they did / But I
may as well have." , "You know how us Catholic girls can be /
We make up for so much time a little too late." ) cómo las chicas
debían esperar o serían unas putas, pero más allá, de cómo el catolicismo
controlaba a la gente (“no fun with no guilt feelings"). Coño, que
disco tan feminista le salió a Alanis. En este corte la guitarra corre a
cargo de Michael Landau (terminamos antes si decimos con quién no
ha tocado).
Hala, toca levantarse del sofá
para dar la vuelta al plástico negro. Mira, una desventaja a medidas que te
haces mayor y haces ruiditos al levantarte, aunque la ventaja de no tener que
forzar la presbicia en los créditos con letras minúsculas de un compacto y
hacerlo en 32x32, lo compensa. “You Learn” otra vez con ese sonido de
batería enlatada que es lo que menos me convence de todo el trabajo. La
escogieron como segundo single, quizás porque es facilona, más cercana al
poprock que el resto de las composiciones incluso en la temática de que
aprendes si vives. “Head over feet” donde vuelve la
armónica de Alanis y nos habla de lo feliz que le hace un tipo y
reconoce que ha caído a sus pies, que es su mejor amigo (mejor amigo con
beneficios) y también juega con el doble sentido (“your love is thick and it
swallowed me whole”). Atención, se lanzó como quinto single un año después
de la publicación del LP y con un video en primer plano de Alanis, sólo
ella, perfecto. Por cierto, este es uno
de los únicos cinco álbumes que se han mantenido más de un año en el top 10 de
ventas (los otros son el Thriller de Jacko, Falling into
you de Celine Dion y dos de Taylor Swift, Fearless
y 1989). Para ponernos en contexto, en 1995 vendio 4 millones en USA, en
el 96 fue el disco más vendido allí con más de 10 millones. En 2009 se estimaba
que había vendido más de 33 millones en todo el mundo. “Mary Jane” es un
medio tiempo que no me hace demasiado tilín porque me parece un poco más de lo
mismo, sólo lo salvaría porque aparecen de nuevo baterías de verdad. Justo
después viene el otro pelotazo del plástico, “Ironic” del que todos
recordamos el icónico video de Alanis haciendo cuatro papeles de chicas
que viajan en el mismo buga. Una maravillosa canción de poprock sobre que la
vida nunca es lo que te esperas, sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas,
y que también ha entrado en el imaginario colectivo de la música de los
noventa. Terminamos con “Not the doctor” que juega con el “i don´t
wanna” como hacía Lennon con el “i don’t believe” y “Wake
up”, mucho mejor esta última en la que grita para que despertemos de esta
vida y de este mundo apático que parece nos ha tocado vivir. Ah detalle para
los heviorros del blog. Cuando hay baterías y no programación, por ejemplo este
último tema, como el “You oughtta know”, el “Forgiven”…corren a
cargo del amigo Matt Laug, al que unos pocos afortunados habrán
podido ver en mayo en Sevilla llevando el ritmo de los AC/DC. Aunque
para la gira que hizo Alanis para presentar este álbum, las baquetas
corrieron a cargo de otro grande, el tristemente fallecido Taylor Hawkings,
de los Foo Fighters.
Ahora toca “poner en contexto”,
“poner en valor” o “poner el foco” en lo que significó este disco. Pero como me
parecen expresiones tan desagradables y poco naturales, lo que voy a hacer es
intentar explicar la importancia de porqué creo que este disco cambio algo en
la industria musical.
Empezamos con la comparación que
habría que hacer entre los que significó el Tapestry de Carol King que os traje por
aquí y este Jagged Little pill: dos mujeres que usaron su
voz y su rock interno para examinar los restos emocionales de su juventud (y
por extensión, de su generación) con el innegable talento, coraje y corazón
como para que fuesen oídos y vibrase la tierra debajo de nuestros pies. Sobre
todo, bajo el de las mujeres que vieron que sí se podía. A partir de aquí
surgieron innumerables artistazas haciendo lo mismo y que nos podríamos haber
perdido: surgen Fiona Apple, Shakira, Meredith Brooks,
Pink…aunque lo peor fue la etiqueta machista, corriente imperante en
aquellos años, que se le puso a aquellas artistas, por esa necesidad de darle
nombre a todo: “angry women in music”. Es cierto
que ya antes habían aparecido Tori
Amos, Björk, PJ Harvey…pero ella lo rompió
comercialmente hablando. Por ejemplo, antes de la irrupción de Britney Spears,
Morissette fue la más joven en ser certificada platino en USA (tenía 21
años). Se llevó 4 Grammys, la artista canadiense más vendedora hasta que llegó Shania
Twain, disco número uno en más de medio mundo. Incluso apareció como
personaje regular en la serie Friends (qué va, esto es una broma entre
mi amigo Luis y yo que decíamos que Janis “Oh, Dios mio” se parecía mucho a Alanis)
y durante algún tiempo me tuvo enamorado por cómo una chavala más joven que yo
podía tener el talento para hacer este disco y su siguiente Supposed former
infatuation junkie.
Bien, vamos terminando, que ya está bien. La producción corrió a cargo de Glen Ballard (que también puso las guitarras, las programaciones, aparece como co-compositor de la música, aunque las letras son todas de Morissette). Antes de esto Ballard había coescrito el “Man in the mirror” de Michael Jackson. En los agradecimientos de Alanis, además de los obvios hacia Ballard y a sus managers, también aparecen otro hacia Madonna. ¿Y eso? Pues porque el disco está editado por Maverick Records, la compañía que fundó la ambición rubia, que fue la única compañía que creyó en la canadiense en aquel momento. Menos mal que ella sí lo hizo. Como ya he dicho por ahí arriba, mi copia es una reedición que se hizo allá por el año 2012 según discogs, lo que me parece súper curioso porque no se corresponde con ningún aniversario importante del disco y hace 12 años no estaba esa fiebre de reeditar en vinilo todo lo que hubiese tenido éxito.
Disfrutad el fin de semana y viva
la música.
Peor no podía haber env3jecido. Un disco que no vale nada. Como la carrera de Alanis. Muy malo todo
ResponderEliminarBueno, como en todo, las opiniones son personales y respetables. A mi me parece un gran disco y una gran artista. Gracias por leer.
EliminarPues a mí no me molesta. Entiendo que cada uno tiene su opinión sobre la música y creo que ha opinado del disco, no de la entrada. Y si se la ha leído y tampoco le ha gustado, da igual, al menos se lo ha leído.
EliminarExtensa, detallada y muy currada la entrada. Además, acompañada de anécdotas personales relacionadas con el disco en cuestión. Me encanta saber que no soy el único que une las experiencias musicales a las vivencias personales. Y el disco en cuestión, pues sin duda uno de los más importantes de los 90. Arrasó con este disco, y aunque no soy de los que se enganchó a su música en aquel momento, con los años he reconocido su valor musical, su calidad, y sobre todo la personalidad de esta artista. Creo haber leído en algún sitio que el éxito desmesurado de este disco la abrumó, y que incluso la hizo desaparecer del mapa musical una temporada por los problemas mentales que le provocó. En cualquier caso, excelente reseña, y para mi gusto, un disco que ha envejecido bien. De hecho, cuando salió el disco no le presté demasiada atención, y ahora lo valoro más que en el momento en que se publicó. Buen fin de semana.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y dar una opinión tan extensa y con criterio(subjetivo o no). A mi me recuerda a una época muy concreta. Al volverlo a escuchar para esta reseña he visto que me sigue gustando y que, como tú dices, no suena tan mal para estos tiempos. Un saludo
EliminarQuerido Dani, el inicio del disco ha sido bastante desalentador. La voz característica de Alanis, algo chillona en ocasiones, no me atrae demasiado. Y ya no hablemos de esa forma de cantar que recuerda al estilo que cultivaba Dolores O’Riordan, que me resulta de lo más empalagoso. El segundo tema resulta más comedido en ese aspecto y me resulta instrumentalmente más atractivo (guitarra y bajo), aunque la batería se me antoja –demasiados temas con ritmos programados a lo largo del álbum– poco orgánica e irreal en muchos pasajes que incluso me recuerdan a unos Filter o NIN de Ali Express. Extraña mezcla de estilos. Pero, ya sabes, mi TOC, el respeto al resto decolaboradores y mi responsabilidad como viejo del lugar me han obligado a seguir con la escucha. A partir de ahí, momentos agradables, otros más cansinos –odio Ironic–, otros instrumentalmente muy dignos, otros con una producción muy poco orgánica... siempre con el hilo conductor de la voz de Alanis, que o te gusta o detestas. Forgiven, por ejemplo, me parece muy buena, cantada incluso con emoción, pero a la que el timbre de la chica –en mi opinión– no ayuda. Pero, ¿qué sabré yo, que me dedico a opinar de todo sin tener la más mínima idea de nada? jajaja. Lo mejor de todo, esos pasajes de abuelo cebolleta –sí, amigo mío, tú también vas sumando años– que acostumbras a incluir en las reseñas y el análisis que haces sobre lo que significó la irrupción de Alanis y otras en el panorama musical. En fin, otro fin de semana vinílico que iniciamos en comunión musical los habituales de este rincón. Saludos. KING
ResponderEliminarFíjate que reconozco que hay veces que si busco sorprenderte o tu aprobación o similar. Pero esta vez estaba convencido de que no te iba a ir nada de nada. Sobre todo por el tufo grungepop que tiene. Es cierto que, además, Alanis Suele Ser de extremos: o te gusta o las podías, casi.
EliminarCebolleta, un rato y cada vez más.
Casi lo mejor es ver las conexiones con músicos que conectan con otros músicos y así todo
Un abrazo.
Querido Dani. Quizá sea este tu mejor post del blog #FFvinilo. Ahí lo dejo. Coincido contigo en ese descubrimiento de música en garitos (de hecho, hoy miso te he plagiado sin saberlo, ya me leerás en las próximas semanas) y en la pasión por la música que nos sorprende. A mí este disco me encanta, aunque, también te digo, que me cuesta escucharlo hoy en día por esos elementos de los que hablas: demasiada electrónica y demasiado truco de estudio que le anclan en esa mitad de los noventa. Si hubiera una versión "heavy" de estas canciones, me molaría (ojo al palabro) un poco más. Aun así, comparto tu adoración por esta obra que jodió a mucha gente: una mujer quejándose, como si tuviera derecho, de cómo le trata la vida y los hombres, una mujer joven y guapa, además. Su éxito fue su tumba. Incluso la propia Madonna intentó aprovecharse de ella, estrujarla, y Alanis se negó. Ahí acabó todo. Me alegra saber que su legado aún puede reivindicarse hoy en día. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, gracias pero me parece exagerado. Efectivamente, había que reivindicar su importancia en su momento. Ahora quizás no hubiese triunfado..o si.
EliminarHay discos que idolatro que están llenos de cajas de ritmos y programaciones. Y siempre me digo que no me debería gustar eso...y sin embargo no puedo dejar de escucharlos. Y sí,aunque no es un one hit wonder porque luego ha hecho discos vendedores, fue engullida por su éxito,a nivel personal y musical. Un abrazo.
Lo primero, enhorabuena por esta entrada tan brutal. Es imposible describir mejor un disco y el resultado de lo que he leído me ha gustado enormemente. Eso sumado a que el disco me encanta, pues para qué más. Las letras son súper afiladas para la época que es, y muy cierto lo que comentas sobre lo que ayudó este disco a otras muchas que vendrían después. Hand in My pocket siempre será mi favorita de aquí, pero el disco entero me parece alucinante. Lo ví en una feria y no lo pensé dos veces. Y al que venga con intenciones de comentar mierda bajo el nombre de un anónimo, como bien ha dicho el jefe, el menú incluye cojones morenos por un tubo. Me ha encantado eso. En fin Dani, un abrazo y felicidades de nuevo por este entradón
ResponderEliminarBueno, con buena polla bien se folla. Creo que es mucho más loable traer música olvidada, desconocida o nueva y conseguir que la gente la escuche y valore. Y si ya pasa s firmar parte de su lista de reproducir, mucho mejor(y alguno se compra algún disco ya no te digo).
EliminarPero claro, también mola que la gente tenga tus gustos eh???
Un abrazo y gracias por leer
Como acostumbro a hacer, he escuchado el disco entero y me ha parecido entretenido mientras leía tu escrito, pero me ha costado terminar de escucharlo, no voy a mentir. No es "my cup of tea" que dicen los ingleses. Pero aprecio el gran valor que tiene para mucha gente y entiendo que se haya vendido tanto. Alanis transmite verdad en todo momento, incluso deja en la grabación alaridos o notas fuera de tono porque aportan un valor emocional en algún momento, me gustan los artistas que dejan parte de sus vivencias en los surcos de los discos. Algunas canciones me han llegado hasta gustar, pero cuando entra en el terreno del Grungepop... ahí me bajo del tren en marcha. Lo siento, es que no puedo con el Grunge (algún día explicaré por qué).
ResponderEliminarCon todo y ante todo, muy buena reseña.
Un abrazo!!
Sí, se que este tipo de música o Alanís, concretamente, si no te entra desde el principio, es complicado. De todas formas, se agradece el esfuerzo de escuchar y comentar.
EliminarTremendo disco. Nací en 1973, así que entiendo que somos de la misma edad. este disco gustó mucho entre la comunidad rockera también, por algo será. Particularmente lo compré en CD y le dediqué numerosas escuchas. Aún hoy en día, muy de vez en cuando, lo sigo reproduciendo. No sé... tiene algo especial. Un abrazo!
ResponderEliminarEfectivamente, Cosecha del 73. A mi gustó desde el principio. Con el tiempo he apreciado el contenido, las letras, las denuncias y críticas a la sociedad. En su momento me quedé solo en la música y el impacto que me causó. También es cierto que a mí sí me llegó el grunge con Pearl Jam y Soundgarden por lo que era más fácil que me gustase. Un abrazo.
EliminarSin duda uno de mis discos top de todos los tiempos. Su escucha coincidió con mi primera relación medio seria con una chica y eso deja un poso difícil de olvidar. Hay canciones mejores y otras quizá un poco más flojas, aunque el nivel por lo general es bastante alto, la producción es espectacular y los músicos están sobresalientes. Alanis lo da todo. Te puede gustar más o menos pero hay una calidad incuestionable en todos los temas. Y además, compensación, temas lentos y otros más cañeros.
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