Una de las bandas más importantes en universo rock-en-español de los años 90 (quizá de cualquier década) faltaba aún en nuestra particular vinilopedia. Los Rodríguez se formaron en algún lugar entre Argentina y España y se afincaron en Madrid con la ferviente intención de conquistar el mundo. Iniciaron esta andadura como quinteto. Ariel Rot y Julián Infante, compañeros en los famosos Tequila, andaban dando tumbos y buscando un proyecto firme desde que se disolviera la banda. En Buenos Aires consiguieron engañar a Andrés Calamaro, por entonces girando con Los Abuelos de la Nada y probando suerte en solitario. Estos tres calaveras reclutaron a Guille Martín para ocuparse del bajo, amiguete de Infante, y a Germán Vilella para darle a la batería. Martín había formado parte de Desperados (junto a Rafa Hernández, fundador de La Frontera) y Vilella tenía un sonado currículum al lado de gente como Luz Casal o Antonio Flores, entre otros.
Decidieron tomárselo como una hoja en blanco y poner en el local de ensayo todas las ideas que fueran surgiendo, trabajarlas juntos, explorar. Aunque siempre hay un nexo común en aquellas primeras canciones, cada uno va aportando su propia personalidad, en especial los tres compositores: Andrés, Ariel y Julián, tres treintañeros que habían saboreado ya el éxito. Lo mismo se escapa un blues, que una rumba, que un rock stoniano, que una melodía decididamente pop.
Con más ganas que medios, entraron en los estudios Track y Cinearte. Producido por el propio grupo, apenas dedicaron unas semanas de febrero del año 1991 para registrar las canciones que acabaron conformando este Buena suerte que hoy comparto por aquí: trece en la versión vinilo y dieciséis en la versión cedé. Cosas de la época: un vinilo doble era un lujo y había que colocar cedeses.
El sonido general resulta crudo, casi sucio por momentos, a veces no está bien mezclado, aunque mantiene un pulso tabernario en muchos de sus surcos. La mezcla de voces y estilos siempre gira alrededor de la fiesta, el amor y la diversión callejera, con su punto de pandilla golfa. De hecho, el nombre del grupo se debe, precisamente, a la expresión "estar de rodríguez": a Calamaro, que estaba "de rodríguez", le encantó la idea; a su novia de entonces igual no tanto.
Arranca la cara A con A los ojos, el primero de sus clásicos, una perfecta mezcla de Andrés y Ariel, con un buen guitarreo y una letra de desamor "yo me pregunto porqué me tuvo que pasar a mí". El tufillo Tequila se cuela en Dispara, tanto por estructura como por la presencia principal a la voz de Rot (quien la compone con Infante), un tema de letra algo simplona y repetitiva. Engánchate conmigo es una rumba rocanrol muy Calamaro, otro de sus imprescindibles, con una interesante percusión y una letra de desamor y abandono "mis amigos me dijeron "Andrés,/no te enamores la primera vez"/y no les hice caso". La otra faceta más rock-pop de Andrés se muestra lúcida, diáfana, en Mi enfermedad, de mis favoritas, con esa pegajosa melodía, con esos sencillos arreglos "esta vez el esclavo se escapó". La parte de atrás vira hacia el blues rock con descaro. Una pequeña intro se vuelca en una veloz canción de guitarras rugientes "ahora soy uno más de la parte de atrás de la ciudad" con un solazo muy The Faces. Cierra esta cara 100 pájaros volando, que mantiene el pulso blusero, ahora en formato balada dolorida.
Giramos el plástico para pinchar otro clasicazo de título Canal 69 ¡que se mueve en nuestro televisor! ¿De qué hablará la canción? "Estoy con la sangre en la arena y es por ti". Rocanrol inspirado en "los rolin" más salvajes y hedonistas. Rollo popero modernete en Señorita a cargo de Rot, con unas buenas voces y arreglos "fui a pedirle ayuda al Señor/y sentí que se reía al terminar mi oración". Vuelta al rocanrol tequilero en La mujer de un amigo, de curiosa letra: "la mujer de un amigo me dijo algo al oído/y no sé qué cara pondré cuando vuelva a encontrame con él". Las infidelidades las carga el diablo. Por cierto, Los Zigarros antes tocaban así. En La mirada del adiós, donde se narra un furtivo abandono, suena un acordeón y un órgano muy bien metido por Calamaro dando una canción popera con un rollo "hoguera de campamento" previsible con voces bien trabajadas. Dejan buenas vibraciones en la recta final. Peor es nada suena más contundente y seria en una especie de loop que nos lleva al estribillo desesperado. Ariel y Julián demuestran lo inspirados que estaban a las seis cuerdas. Sol y sombra vuelve a la chanza, dejando entrever su pasión por el copeo de media mañana con el famoso cóctel de anís y coñac y alguna experiencia borrachil que les tocó sufrir "qué bueno era, qué gran carrera/iba para delineante/cuánto talento tenía el tuerto" y el alcohol le fundió la estela. Cierra la canción homónima al álbum, Buena suerte, una declaración de intenciones desenamoradas "la ciudad es tan ciega que no nos vemos tú y yo".
Un par de curiosidades. La canción Sol y sombra sirvió de título a la biografía que escribieron Kike Babas y Kike Turrón. La compañía (Pasión) quebró antes incluso de editar el disco, dejando buena parte de la edición a medias. ¿Contribuyó esto a su poco éxito? Seguramente influyó la falta de patrocinio (la pela es la pela y más en aquellos años de nuevas radiofórmulas hispanas), aunque en Argentina lograron cierta notoriedad. La experiencia les dio para girar, seguir acumulando aventuras para componer sus siguientes obras. El éxito no llegó, realmente, hasta que una compañía mayor (Dro/Warner) les fichó dos años más tarde. Y eso que este disco es simplemente brutal.
El vinilo que traigo es una reedición del 2022 a cargo de Polydor/Universal. Suena bastante bien, aunque sigo pensando que le hace falta una buena remasterización. Las fotos de la portada y contraportada las realizó el fotógrafo Jesús Umbría, en un estudio alquilado en el Barrio del Pilar de Madrid. Contiene las letras y los créditos.
Enchufad el canal 69 este fin de semana.
Lo lógico es que este tipo de disco lo subiese yo, no tú. Pero, la verdad es que de este disco sólo había escuchado las canciones que metieron en su directo. A mi chica le gustan mucho por lo que ese Hasta luego o el Para no olvidar, sí que los he escuchado bastante. Es un grupo que me trae buen rollo, quizás por eso mismo. Sin lugar a dudas, mi favorito es el Hace calor, con Malla.
ResponderEliminarMe ha jodido tu referencia a los Zigarros, qué doloso estoy con su deriva leivanística. Un abrazo.
El comentario referente a Los Zigarros te lo he dejado ahí adrede para hacer sangre. No lo tengas en cuenta, que ha sido cariñoso. Los Rodríguez tienen canciones míticas de las noches noventeras, qué carajo, pero, además, eran un buen grupo de rock al que pude ver en algunas ocasiones en concierto. Siempre divertidos. Abrazo de vuelta.
EliminarUf, cuantos anos sin escuchar a Los Rodríguez. Aunque nunca he sido un super fan del grupo (el único disco suyo que tengo es el recopilatorio "Para no olvidar"), me ha gustado volver a escuchar estas canciones. Hay que reconocer que marcaron una época. De hecho, unas cuantas de las canciones del disco son ya clásicos. Reconozco que nunca había escuchado entero este disco, así que tu entrada ha sido una buena excusa. Si me tengo que quedar con una canción: "La mirada del adiós". Merecido homenaje a un grupo histórico. Saludos.
ResponderEliminarPara mí, una banda imprescindible. También te digo que este seguramente sea mi disco favorito. No sé bien porqué, quizá es el más sincero, con ese rollo de garaje y do-it-yourself. Luego, eso sí, aparecieron los productores de renombre, las cosa mejoró en ventas y dinero y la fama ocultó las bondades de esta primera edición. De hecho, en los recopilatorios aparecen versiones regrabadas posteriormente. Y sí, como bien dices, se merecían aparecer por aquí. Saludos.
EliminarBueno, pues lo que viene a ser rock con amplitud de miras donde cabe esa mezcla de Tequila y Stones que comentas con muchos más matices entre el pop y el blues. Y es que no puedo aportar nada más a lo que ya dices tú. Pero, pese a su calidad y sinceridad, no me engancha. Hoy ha tenido lugar una brecha en el espacio tiempo, una grieta en Matrix y Dani Blandengue me ha encandilado con sus propuestas melancólicas y tristonas. No podías ganar siempre jajajaja Un abrazo. KING
ResponderEliminarYa le he comentado algo parecido a Dani en su entrada: hoy nos hemos cambiado los papeles, él con el rollo metalero y yo con el rocopop. En fin, ya sabes, como en tu caso la semana pasada, que de vez en cuando hay que salirse del estándar en el que vivimos y compartir algunas de nuestras rarezas particulares. De eso vive también el blog, qué carajo. Abrazo de vuelta, majestad.
EliminarSoy Jesús Umbría, autor de la portada y contraportada de disco Buena Suerte. 1991.Madrid. Solo decir que este disco ha marcado una época y será irrepetible. Fue un honor haber participado en tamaño proyecto. Me dieron total libertad para llevar a cabo mi idea. Sería largo de contar todo el proceso. Pero ahí queda.
Eliminar¡Jesús! Gracias por tomarte la molestia de contestar. Corregida la falsa "autoría" en el texto. Me encantaría escuchar esa historia. ¿Te animas?
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