Ir al contenido principal

Metallica – Master of puppets (Music for Nations-1986)


Pues sí, amigos, pasado el mes de agosto, regreso a este blog con un nuevo vinilo, ni más ni menos que el imprescindible Master of puppets de Metallica, el álbum con el que comenzó la leyenda acompañada de tragedia. Y sí, Carlos Tizón ya habló de él hace un tiempo pero fue como de pasada, sin profundizar demasiado. Así que me he tomado la libertad de complementar aquella entrada. 
 

La primera vez que escuché hablar de Metallica por la radio acababan de sacar su Ride the lightning en los Estados Unidos y el locutor se refería a ellos como the next big thing en el mundo del heavy metal. Pero el tema que sonó no era de su segundo disco, sino del primero, una inolvidable Phantom lord que me dejó totalmente alucinado (por cierto, aquí os lo conté). Luego escucharía The call of Ktulu y ahí ya me atraparon. Tenía que hacerme con los discos de esa banda que con su speed metal no se parecían a nada de lo que escuchaba habitualmente. Cómo cambiarían las cosas con los años. Total, que tras dos estupendos discos, Elektra puso en la calle –en Europa llegó a través de Music for nations– el inconmensurable Master of puppets, la obra cumbre del primer trío de álbumes de los chicos de la Bay Area. Más trabajado, menos crudo y mejor producido que los dos álbumes anteriores –algunos les acusaron de venderse; ilusos, no tenían ni idea de lo que estaba por venir–, lo cierto es que es una obra maestra en la que speed, thrash e interludios melódicos se mezclan admirablemente sin restar un ápice de energía a un disco de cuando las canciones eran variadas pese a ser del mismo estilo musical y aún no sonaban las unas a las otras. 
 

Y mirad si me obsesionó el disco en su día que es el único caso en el que me he comprado dos copias, la estándar y la DMM (la normal, por eso, que existe una edición limitada con póster), con doble vinilo y carpeta gatefold. Las ventajas del Direct Metal Mastering –que hace las copias de un disco maestro de cobre en lugar de un acetato blando– son una reproducción más fiel al sonido original al conservar la modulación y reducir los ecos. Sin embargo, la supuesta mejora de sonido en lo que viene a ser un reproductor de vinilos de calidad media tampoco es que se traduzca en una mejora tan evidente. Sea como sea, sigo conservando las dos ediciones. 
 

Así pues, con James Hetfield a la voz y guitarras, Kirk Hammett a la guitarra, Lars Ulrich a la batería y Cliff Burton al bajo, Flemming Rasmussen grabó y produjo el disco en los estudios Sweet Silence de Copenhague que salió a la venta (con mezcla del gran Michael Wagener, que entonces trabajaba para Elektra) con una icónica portada de Don Brautigam y el siguiente track list
 
A 
Battery 
Master of puppets 
The thing that should not be 
Welcome home (Sanitarium) 
 
B 
Disposable heroes 
Leper messiah 
Orion 
Damage Inc. 
 

Una guitarra acústica –original manera de iniciar un álbum de thrash– da comienzo a Battery, con una melodía delicada que se torna en un riff eléctrico y grueso antes de que Ulrich inicie una pegada thrashera, lleguen los cambios de ritmo y algunas florituras de Hammett cuando este aún guardaba algo de inspiración en sus dedos. Sigue una parte central que sirve de preludio a un largo solo y de nuevo la agresividad de James y Lars golpeando sus parches con un final matador. Entonces llega el tema título, que comienza con un riff y un estribillo machacones y es otra canción con varios cambios de ritmo, energía y la agresividad conjunta de Ulrich y Hetfield, con Burton llevando el ritmo por debajo. Si el tema anterior comenzaba pausado y se convertía luego en una apisonadora, en esta ocasión el interludio delicado se ha colocado en la parte central y Hammett ofrece un riff que ya forma parte de la historia del heavy metal del siglo XX para luego llevarnos de nuevo a terrenos espídicos y acabar con el riff inicial y esa icónica risotada final. El protagonismo del siguiente The thing that should not be se lo lleva Burton con su instrumento –qué diferente hubiese sonado el estratosférico ...And justice for all con una mezcla de bajo así– en un tema que es algo así como un medio tiempo thrash, arrastrado y machacón. 
 

La cara finaliza con Welcome home (Sanitarium), lo más parecido a una balada que por aquellos tiempos hacían Hetfield & co. donde Hammett se luce y que conforme avanza va cogiendo fuerza hasta desembocar en un final más thrashero. Damos la vuelta al disco y encontramos Disposable heroes, para mi el tema más thrash del álbum y mi preferido sin duda, con numerosos cambios de ritmo, mucha fuerza, bajo y batería machacones y un solo estupendo. Más pesada y lenta resulta Leper messiah, otro temazo como todos los de esta obra, que tiene una segunda mitad más alegre en cuanto a ritmo. Orion es una joya instrumental de más de 8 minutos con cambios de ritmo, un bajo con muchísima presencia, una batería estupenda, un extenso interludio intimista varios solos estupendos... en fin, un tema completísimo que define a una banda de thrash que definitivamente no era como el resto. Y para finalizar, la cañera y espídica Damage Inc. 
 

Luego el destino asestó a Metallica un trágico golpe, un mazazo en su mejor momento, el accidente de tráfico en Suecia por todos conocido en el que perdió la vida Cliff Burton. Nunca sabremos hasta dónde hubiesen llegado como grupo con él en sus filas, si habrían tomado otro rumbo o si se hubiesen peleado entre ellos. Pero money makes the world go ‘round, amigos, y la muerte de un amigo con 24 años no era motivo suficiente para apearlos del tren que habían cogido. 
 

Así que se buscaron a un sustituto (el error fue no darse cuenta de que también era una persona y un buen músico), sacaron un nuevo disco con composiciones aún mejores, más tarde otro que les llevaría al megaestrellato global y a partir de ahí –en mi humilde opinión– algunos errores, repetición de ideas, un Hammett con el pozo de la inspiración seco para siempre, dinero por castigo, hedonismo, un Ulrich desatado, un Hetfield intentando cualquier cosa para recuperar la capacidad de sorprender mientras sus demonios le sepultaban y un Newsted que nunca encajó en esa particular cuadrilla unida por la muerte. 
 

Hoy son unos supervivientes que ya no tienen que demostrar nada a nadie, unos monstruos de la música de finales del siglo pasado a quienes nadie puede negar su valía y que de tanto en tanto graban temas más que correctos aunque en el mundo actual ya no provoquen la emoción de antaño. No son sólo ellos, seguramente también seamos nosotros. En resumen, creo que Master of puppets es el último de los discos sinceros de un grupo que perdió una vida pero ganó la inmortalidad. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Por mucho que se hable de este disco, nunca va a perder su merecido estatus de obra maestra. Una maravilla. Casualidades de la vida, no sé por qué pero habia pensado en volver a escuchar el disco este fin de semana. Así que la ocasión es perfecta. Excelente reseña. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo2/9/23 11:29

      Gracias por leer y comentar. Mira qué cosas. Disfrútalo y luego te pones el ...And justice for all, que es otra genialidad. Saludos. KING

      Eliminar
  2. Siempre me parece un atrevimiento traer un clasicazo a este blog. Porque todos tenemos opinión, todos tenemos algo que decir y, en el fondo, a todos nos gustaría hacerlo. Metallica son (para mí) uno de los imprescindibles del rock (en general) y del heavy (en particular). Esta es su obra indiscutible, la máxima, la que se rescata siempre, en la que alcanzaron la cumbre juvenil, el éxtasis metalero: clavos y plumas reventando tus orejas. Una joya. Cualquier músico mataría por crear un disco así. En fin, ya ves que me flipa. Metallica es una de mis bandas fetiche. Espero tener la oportunidad y el dinero de poderles ver una última vez en directo. Recojo el guante de comentar ...And justice for all. Por cierto, esta vez no voy a pinchar el disco, pues hace pocas semanas me repasé la discografía COMPLETA de la banda (sí, esos también, ya no más). Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo2/9/23 15:32

      Espero que en la discografía no incluyas LULÚ. Me alegro de haber acertado y espero tu reseña del inmenso ...And justice for all. Abrazo de vuelta.

      Eliminar
  3. Por alguna razón nunca he conectado con Metallica, pero la verdad es que la reseña me ha gustado y lo mismo insisto al menos con este disco.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo3/9/23 10:37

      Vaya, pues me alegro. Pero no insistas mucho. Si nunca te han emocionado especialmente, no creo que mis palabras obren el milagro jejeje. Pero nunca se sabe. A mi, tras el infame St. Anger dejaron de interesarme y desde hace años sólo me parecen una buena banda que se escucha con atención (el último y el Hardwired tienen muchos momentos estupendos) pero que no sorprende demasiado. Saludos.

      Eliminar
  4. Opinión impopular, al más puro estilo Rafa Puma con los Motorhead... Hacia 20 años que no escuchaba este disco. Espero volver a pasar otros 20 sin que nadie me obligue.
    A mi gusta Metallica del Black hacia delante. Qué se le va a hacer. Me tenéis que querer asi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Anónimo5/9/23 19:29

      Por una parte, ¿qué quieres que te diga? y por la otra... no sé qué decirte. En este valle de lágrimas tié que haber de tó jajaja

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...