Emperor fue una banda noruega de black metal formada a principios de los 90 por Insahn y Samoth, alias de Vegard Sverre y Tomas Haugen que a principios del presente siglo se disolvió. ¿Y por qué os cuento esto –os preguntaréis– si claramente los protagonistas de la entrada de hoy no llevan corpse paint?, pues para despistar, obviamente, porque aunque hasta ahora ese nombre generaba sin remedio en mi mente la evocación de la mencionada banda noruega, resulta que existió mucho antes para denominar a un grupo de Long Beach. Y si el nombre del grupo hizo que sacase el vinilo de la cubeta para echarle una ojeada, lo que hizo que –sin tener la más ligera idea del sonido que cultivaban– me lo llevase a casa fue ver que la producción del álbum estaba a cargo de Richie Wise y Kenny Kerner. El álbum tenía que valer la pena. Los kissmaníacos me entenderéis.
Los inicios de estos Emperor fueron como los de infinidad de bandas, con
un tal Steve Watts reclutando amigos del instituto para tocar en bares, fiestas
populares y guateques de su ciudad y así ganarse unos dólares. Eran los años
60 y The Emperors –más tarde cambiarían de nombre– se labraron una
reputación primero en Long Beach y luego en el sur de California, a la vez
que ganaban concursos y teloneaban a grupos diversos entre los que llegaron
a estar The Rolling Stones o Steely Dan. Su fama como grupo versátil,
enérgico y con calidad les llevó a firmar con RCA a mediados de los 70 y más
tarde con el sello neoyorquino Private Stock, que ya como Emperor les grabó
en los Cherokee studios este álbum de debut con los mencionados Wise y
Kerner a la producción y que contó con el ingeniero Warren Dewey, que había
estado en el disco de debut de Boston. El grupo consistía en Steve Watts a
las voces y batería, Joe Marques a las voces y bajo, Randy Budihas a la
batería y voces, Joe Alexander a la guitarra y coros y Mike Lobbett a los
teclados y coros y su flamante disco les permitió darse a conocer más allá
de su área de influencia, entrar en las listas de éxitos nacionales y hacer
una gira por los Estados Unidos e incluso Japón.
Con una portada de Ed Caraeff, el álbum tenía el siguiente track
list:
A
Dreamer
Do you feel alright?
Won’t you be my lover
Flicker
Time that it takes
B
I’m alive
Woman
You oughta be ashamed
A milion years ago
Lo primero que escucho en mi vida de estos tipos es Dreamer, un tema alegre con Marques a las voces, con cierto aire a Meat Loaf y unas guitarras muy presentes con regusto a The Eagles. Do you feel alright? es una canción festiva con un inicio que bien podría ser de los KISS setenteros y con un Watts a la voz que en un primer momento me recuerda a Gene Simmons, con coros, palmas y una guitarra incluso más presente que en el tema anterior. Won’t you be my lover es un hard melódico con florituras varias, tanto pop como prog-rock, que trae ecos de Styx –sin duda una de sus influencias–, lo mismo que Flicker, también de Marques, donde las armonías vocales brillan junto a la guitarra y los teclados. Le sigue Time that it takes, un tema que Emperor ya habían grabado en single para RCA, esta vez con Budihas a la voz, que es otro gran ejemplo de hard rock melódico y elegante para estadios. A estas alturas me pregunto por qué esta banda no está entre las míticas de la época y sus músicos no constan en las habituales listas de intérpretes setenteros imprescindibles.
Comienza la cara B con I’m alive, en la misma senda que la anterior, entre
AOR y opera rock –de nuevo Marques a las voces, aunque esta vez menos Meat
Loaf y más una mezcla de Pete Townsend e Ian Anderson–, con gran presencia
de guitarra y sobe todo de teclados. Woman es quizás el tema que –a cargo de
Budihas–, más se aparta del todo general del álbum, iniciándose con una
guitarra acústica y que bien podría haber tenido unos arreglos latinos, con
congas y todo, pero que acaba a lo power ballad, con guitarra eléctrica y
coros. Cambio radical de estilo con You oughta be ashamed, también con
Budihas pero más alegre y hard rockera y que me trae ecos de boogie rock,
con piano y una producción más sucia. Y por último, A million years ago de nuevo con
Joe Marques a la voz principal, muchos coros y unas guitarras cristalinas y
elegantes, la guinda a un disco que no sé como no había conocido hasta
ahora.
En resumen, otra joyita escondida en una cubeta de vinilos que por pura chiripa y gracias a que dos jóvenes noruegos llamaron a su banda con el mismo nombre escogí para llevarme a casa. Pero ¿dónde está el resto de la discografía de estos músicos más que solventes? Pues resulta que Emperor no grabarían ningún álbum más. Pese al moderado éxito de su debut, su álbum homónimo no tuvo continuidad y aunque siguieron actuando, después de diversos cambios de formación se disolvieron en los años 80. Inexplicable. Sin embargo, con la llegada del nuevo siglo y de nuevo como The Emperors, se reformaron y se hicieron con el cetro de la mejor banda de róck clásico del sur de California, o eso dicen ellos. En la actualidad, con Steve Watts –inasequible al desaliento, no en vano la banda es su retoño– y Randy Budihas como únicos miembros originales, el grupo continúa funcionando como banda de versiones con un repertorio que va de Journey a Steely Dan pasando por The Beatles, Deep Purple, Boston, los inevitables Styx, The Eagles, Bon Jovi o The Beach Boys entre un larguísimo etcétera.
Y nada más, espero que os haya parecido interesante y os haya gustado este
disco. Yo estoy muy contento de haberlos conocido y tenerlos conmigo.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Hasta hoy no me había planteado revisar las producciones de Wise & Kerner. Tampoco dan para mucho, juntos o separados. Sale por ahí Steve Marriot, José Feliciano o Badfinger, pero, carajo, entre los dos juntas 18 discos de oro y platino (muchos de KISS, también es verdad). Curiosa compra. Yo también habría picado, ja, ja. Va a las escuchas de la semana. Creo que me gustará, también te digo. La portada es algo extraña. Un abrazo.
ResponderEliminarYo creo que sí te va a gustar. Ya me dirás. La portada es horrible. Abrazo de vuelta y feliz finde.
EliminarCuriosa compra, pero a veces sale bien. Como ésta. Como bien dices, es una de esas joyas escondidas, que, de no ser por el nombre, se habría quedado en la cubeta. Buen descubrimiento. La verdad es que no suenan nada mal. Buena reseña. Saludos.
ResponderEliminarPues sí, suenan muy bien para ser un grupo casi desconocido y con sólo un álbum. Y en efecto, si no hubiese sido por el nombre que picó mi curiosidad, ahí se hubiese quedado. La aventura de la compra en tiendas, no como ahora, con el puto Amazon. Saludos y gracias por comentar.
EliminarA mí me suena a una amalgama Boston/Styx. Las guitarras me suenan mucho a Boston, con los mostachos que muestran los músicos en las fotos a juego de la música, Incluso algún ramalazo Supertramp pero también de The Who. No es mala escucha. Nada superlativo pero, obviamente, merecedores de mayor atención de la que tuvieron.
ResponderEliminarMe llama un montón la atención lo de dos tipos que cantan y tocan la batería en el mismo grupo. Bueno, quizás al alternarse todos en las voces, cuando uno canta el otro toca. Pero. ¿cuando canta alguno de los otros? ¿Tocan los dos la batería?¿Llevarían dos baterías en directo?
Mucho mejor que los noruegos que les copiaron el nombre, al menos para mi gusto.
En efecto, no son superlativos -como dices- pero veo que coincides conmigo en que hubiesen merecido mayor reconocimiento. Gracias por comentar.
Eliminar