Hoy, presidido por la muerte, da comienzo el Triduo Pascual católico: se recuerda la crucifixión del fundador del cristianismo, Jesús de Nazareth. Casualmente, anoche vi la película Infinite (2021), en la que una casta, llamada "los Infinitos", recuerda todas sus resurrecciones. En cierto modo, en ambas situaciones se enfoca la muerte como un tránsito, un paso a otra forma de vida. Y esto me ha hecho buscar para el post un álbum en el que se hablara, precisamente, de morir. Este The Black Parade de My Chemical Romance es perfecto: un joven en estado terminal por un cáncer relata algunos pasajes significativos de su vida, cómo fueron, cómo podían haber sido si hubiera actuado de otro modo, repasa algunas de sus relaciones y, finalmente, la muerte le recoge formando una fantástica fanfarria circense, The Black Parade. Se lo llevan hacia otra vida. De hecho, la banda se lo tomó tan en serio que en la gira posterior desarrollaron un alter ego para actuar como ese "desfile negro" con trajes circenses, teñidos de pelo y parafernalia varia. En este vídeo montaron la mayor en una entrega de premios (Scream Awards, 2006).
Lo digo al principio para que no haya dudas: este disco me parece una joya, una obra maestra de su época, una gloriosa colección de canciones que le emparentan con sus hermanos mayores de décadas anteriores. Primero, por la propuesta: un disco conceptual de lo más tétrico. Y segundo, por la excelencia de composiciones y arreglos, una producción antológica con un pie en el ridículo máximo y otro en la gloria suprema, con mucho de recorta-y-pega y otro tanto de me-importa-todo-una-mierda, un álbum que quiere ser épico, glorioso, máximo, trascendente, que reniega del siglo XXI y mira al espejo del shock rock de Cooper, el ego compositivo de Queen o la gloria conceptual del Sargento Pimienta. Lo amas o lo odias, no admite indiferencia. En el disco, que no es una oda lírica, se habla de autodestrucción, de deseos incumplidos, de segundas oportunidades y de escapismo, entre otras reflexiones del día final.
Pero centremos The Black Parade. Tercer disco de My Chemical Romance, grupo que estuvo activo entre 2001 y 2013. Comenzaron en aquello que se llamó emorock o emocore con I Brought You My Bullets, You Brought Me Your Love (2002) y siguieron algo más endurecidos en Three Cheers for Sweet Revenge (2004) alcanzando cierta gloria mediática y la aceptación de la crítica de la época. Ya en este álbum hacen un trabajo pseudo-conceptual contando las peripecias de dos enamorados separados por un tiroteo y cómo él viaja al infierno para descubrir que ella sigue viva y negocia con el mismísimo Satanás su vuelta a la vida a cambio de las almas de otros. El disco, más bien, trata sobre la pérdida y el sacrificio que sobre otra cosa, pero ahí queda. Así, que para su tercer largo se embarcan en una odisea de rock "de adultos" de la mano de Rob Cavallo, productor que, por entonces, se había hecho famoso con Green Day, Goo Goo Dolls, Fleetwood Mac o Phil Collins, entre otros.
La banda la formaban Bob Bryar (batería), Frank Iero (guitarras), Ray Toro (guitarras y bajo), Gerard Way (cantante) y Mikey Way (bajos). Cuentan con varias colaboraciones: Jamie Muhoberac se encarga de teclados, sintes, Wurlitzer y pianos varios, Liza Minnelli presta su voz en Mama y David Campbell se encarga de los arreglos de cuerdas y vientos.
Publicado en octubre de 2006, alcanzó el segundo puesto las listas de Estados Unidos (tras Hannah Montana) y Reino Unido (tras Robin Williams), extendiendo su éxito a Australia, Canadá, Suecia, Irlanda y Mexico, mercados muy golosos que les dejaron buenas regalías tanto en tienda como en los conciertos de la gira que comenzó en febrero y acabaría en octubre de 2007, precisamente en México DF donde grabaron lo que sería su siguiente lanzamiento: el directo The Black Parade is Dead! (2008).
El vinilo que traigo hoy es una reedición del 2021 a cargo de Reprise Records a todo lujo, con nuevo artwork incluyendo una portada doble, un fotomontaje también a doble página en el interior y una separata con letras y créditos. El vinilo, doble, está ocupado en tres caras por las canciones del álbum dejando la cuarta para una serigrafía.
Comienza la aventura por el final con la breve The End ("mi funeral es una broma, aquí está mi resignación") donde introducen al personaje principal, The Patient, que da paso a Dead!, tema rápido con notas punkarras y buen ritmo "¿has oído las noticias? ¡Estás muerto! ¡el final de tu vida! si vas al cielo, estaré esperándote". Cierra con un solo rápido y un coro haciendo el contrapunto a la frase final: "si la vida no es una broma, ¿qué hacemos riéndonos? ¿por qué estoy muerto?". La música se vuelve más barroca en This is how I disappear, donde cuenta el meollo de la cuestión: "sin ti desaparecí, y viví mi vida solo/¿quién querría caminar con un muerto viviente?". Excelente cambio en la parte central y buen trabajo de todos los músicos. Gerard Way canta de diez aquí, en realidad, en todo el disco. Sigue The sharpest lives, el más Cooper de todos, con cierto rollo ochentero en la construcción, gran puente y fantástico estribillo, nos cuenta cómo The Patient encuentra consuelo en los abusos y excesos (un clásico del rock, ¿no?). La primera cara cierra con el primer single, Welcome to the Black Parade, donde las fanfarrias suenan y el paseíllo de personajes se aproxima a recoger a The Patient en su agonía. Emotiva, comienza con voz y piano y sube en una espiral de ritmo y guitarrazos (ojo a la batería) hasta el épico final. "Nosotros te recogemos, y aunque estés muerto y desparecido créeme, tu memoria perdurará, nosotros la mantendremos".
I don't love you es brutalmente simple, con una melodía pegajosa, muy bien arreglada, donde The Patient lamenta su muerte como un pérdida de las posibilidades de seguir amando. La letra está escrita en ese lenguaje ambiguo que lo mismo sirve para pedir perdón que para dejar a tu pareja o para morirte con un bonito cadáver. Agitamos las cabezas en House of wolves, con su groove bestial, acompañando la reflexión: ¿iré al cielo o al infierno? ¿qué merezco? ¿he aprovechado esta vida? "diles que soy un hombre malo, malo, malo". El piano suena otra vez abriendo Cancer y acompañando la voz rota de Way: lo más duro de esto es no volver a besarte. La emotividad cierra esta segunda cara con Mama, curioso corte donde el protagonista escribe una carta de despedida a su madre, como si estuviera a punto de entrar en batalla, para cerrar con el lamento de la propia madre, interpretada por Lizza Minelli (sí, hay cierto toque cabaretero).
Sleep abre la última cara, medio tiempo contundente donde The Patient reflexiona sobre los sueños incumplidos, sobre lo abrupto de este final tan joven. Cogemos la fiesta en Teenagers, un corte de ritmo y guitarras alegres (la más sesentera en realidad) para reivindicar la rebeldía de la juventud, la lucha por sobrevivir, la dificultad de encajar en el mundo adulto. La reflexión más dolorosa, quizá, llega en Disenchanted: "eres una canción triste sin mucho que decir acerca de una vida esperando esta estancia en el hospital". El desencanto de no haber aprovechado el tiempo, de haber desperdiciado una vida. Rollo The Who en los arreglos y la melodía. Y llega el cierre con Famous last words. The Patient pronuncia sus últimas palabras al oído de sus personas queridas, alrededor de su cama, pues su cuerpo queda aquí, pero su espíritu vivirá en todos los que le recuerden. Esa es la esencia, el mensaje, de la vida eterna: perdurar en los demás. Uno de los mejores cortes del disco, por cierto, poderoso. Tiene una pequeña historia detrás. Mikey Way pasó un periodo de ansiedad y depresión en el que intentó quitarse la vida y esta canción es parte de aquella experiencia, de su reflexión posterior: hay que perseverar, perseguir los sueños hasta conseguirlos.
Y llegamos al final. Una escucha, cuando menos, interesante, con altibajos emocionales, chatarra post-adolescente y homenajes varios, pero, para mi gusto, de excelente factura. Disfrutad del fin de semana.
Tengo que reconocer que no soy muy fan de este grupo. Sus primeros discos no me convencieron, pero al leer este reseña, me han entrado ganas de escuchar este disco que propones. La verdad es que la propuesta es atractiva, al igual que la estetica del vinilo. Le he metido en mi lista, para futuras escuchas. Tiene toda la pinta de no ser un disco que entre a la primera, y de ser de esos discos que requieren paciencia, y varias escuchas. Esos discos en general me motivan, así que, apuntado queda.
No daba yo un duro por este disco, pues no me gustaron sus dos primeros, algo alejados de mis (por entonces) preferencias musicales. Sin embargo a este le cogí el gustillo desde el principio. Y no dudé en comprarlo en vinilo cuando salió. De esos que se te quedan, sin razón sustanciosa, en la cabeza y de vez en cuando vuelves a él. Ya me dirás si lo amas o lo odias, que no creo que haya término medio. Un saludazo.
Claramente, no voy a abalanzarme sobre su discografía tras escuchar este disco. La historia es atractiva, pero supongo que hubiese preferido que la musicase King Diamond. Esa especie de hard punk pop grandilocuente con sonidos y melodías vocales con reminiscencias a Green Day –no me ha extrañado nada enterarme de que compartían productor con estos jovenzuelos y tampoco me gustaron nunca los de Billie Joe Armstrong– no es de lo que llama mi atención. Un Viernes Santo con Thin Lizzy, Led Zeppelin, Victory y... ¡ay!, has tenido que ser la nota discordante jajajaja. Bonita penitencia me has marcado. Feliz fin de semana y a comer torrijas. KING
No esperaba menos de ti. Ya he dicho que lo amas o lo odias, no puede haber término medio. Yo había escuchado sus dos primeros y ni fu ni fa. Lejos de mi espacio. Pero este me encantó desde la primera escucha. Aún hoy, ya ves, que lo compré en vinilo, defiendo su trascendencia. Tampoco habrás sufrido tanto. Un abrazo.
Me encanta este disco, puedo aportar cero unidades de objetividad al caso porque es que desde la primera canción a la última me vuela la cabeza a niveles estratosféricos. Es uno de mis discos favoritos, como ya te comenté. Además, es que le tengo un cariño enorme por todo lo que ha significado y significa para mí. Qué gozada que lo hayas traído por aquí. Abrazos!!
Me alegra haberte alegrado, más aún el día que regresas por aquí. Si puedes, y no lo has hecho aún, pilla la edición en vinilo. Espectacular. Un abrazo.
Ooooooh! Bonita entrada, sin duda, pero no, no son santo de mi devoción, aún teniendo semejanzas con algunas bandas y/o estilos que si lo son, esta banda no me ha entrado nunca, estoy en el lado de los que los odian? No creo que los odie, pero....
Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco. ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia. Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas. En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo. Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de
Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero
Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por
A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue. Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono. Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda
Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular. Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura
Tengo que reconocer que no soy muy fan de este grupo. Sus primeros discos no me convencieron, pero al leer este reseña, me han entrado ganas de escuchar este disco que propones. La verdad es que la propuesta es atractiva, al igual que la estetica del vinilo. Le he metido en mi lista, para futuras escuchas. Tiene toda la pinta de no ser un disco que entre a la primera, y de ser de esos discos que requieren paciencia, y varias escuchas. Esos discos en general me motivan, así que, apuntado queda.
ResponderEliminarNo daba yo un duro por este disco, pues no me gustaron sus dos primeros, algo alejados de mis (por entonces) preferencias musicales. Sin embargo a este le cogí el gustillo desde el principio. Y no dudé en comprarlo en vinilo cuando salió. De esos que se te quedan, sin razón sustanciosa, en la cabeza y de vez en cuando vuelves a él. Ya me dirás si lo amas o lo odias, que no creo que haya término medio. Un saludazo.
EliminarClaramente, no voy a abalanzarme sobre su discografía tras escuchar este disco. La historia es atractiva, pero supongo que hubiese preferido que la musicase King Diamond. Esa especie de hard punk pop grandilocuente con sonidos y melodías vocales con reminiscencias a Green Day –no me ha extrañado nada enterarme de que compartían productor con estos jovenzuelos y tampoco me gustaron nunca los de Billie Joe Armstrong– no es de lo que llama mi atención. Un Viernes Santo con Thin Lizzy, Led Zeppelin, Victory y... ¡ay!, has tenido que ser la nota discordante jajajaja. Bonita penitencia me has marcado. Feliz fin de semana y a comer torrijas. KING
ResponderEliminarNo esperaba menos de ti. Ya he dicho que lo amas o lo odias, no puede haber término medio. Yo había escuchado sus dos primeros y ni fu ni fa. Lejos de mi espacio. Pero este me encantó desde la primera escucha. Aún hoy, ya ves, que lo compré en vinilo, defiendo su trascendencia. Tampoco habrás sufrido tanto. Un abrazo.
EliminarHombre, sufrido lo que se dice sufrido... es que desde lo de C.Tangana el listón está muy alto jajaja
EliminarMe encanta este disco, puedo aportar cero unidades de objetividad al caso porque es que desde la primera canción a la última me vuela la cabeza a niveles estratosféricos. Es uno de mis discos favoritos, como ya te comenté. Además, es que le tengo un cariño enorme por todo lo que ha significado y significa para mí. Qué gozada que lo hayas traído por aquí. Abrazos!!
ResponderEliminarMe alegra haberte alegrado, más aún el día que regresas por aquí. Si puedes, y no lo has hecho aún, pilla la edición en vinilo. Espectacular. Un abrazo.
EliminarOoooooh! Bonita entrada, sin duda, pero no, no son santo de mi devoción, aún teniendo semejanzas con algunas bandas y/o estilos que si lo son, esta banda no me ha entrado nunca, estoy en el lado de los que los odian? No creo que los odie, pero....
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