Jochen "Zeno" Roth fue siempre un personaje especial en el mundo de la música. En realidad, una persona nacida a destiempo, o a kilómetros del lugar en que debía haberlo hecho. Porque Zeno miraba y sentía de manera profunda, mística, muy humana la vida. Y eso en el mundo del rock de los hedonistas años ochenta le convirtió en un marciano. Quizá una década (o dos) antes habría alcanzado a las masas y hasta se habría convertido en un gurú. Quizá en otra cultura menos materialista lo habría logrado también. Se puso su apodo en honor del filósofo griego Zeno de Citio, por cierto. Esa forma de entender el mundo se plasma en algunas de las letras de este disco: habla del amor en sentido amplio, del amor salvador que todo lo puede, habla de trascender, de energías cósmicas, de enfrentarte a tus propios miedos.
Nacido en la ciudad germana de Hanover en 1956, tan solo dos años después que su famoso hermano mayor, Uli Jon, Zeno comenzó de manera profesional en los años setenta cuando formó, junto al bajista Ule W. Ritgen, una banda denominada Black Angel. Sonaban a combos clásicos como Cream o Yes. Poco después de su formación la banda se disuelve y Ule W. Ritgen decide incorporarse al proyecto musical Electric Sun que Uli John Roth había comenzado tras abandonar Scorpions en 1978. Ritgen aparece en los tres álbumes de dicha formación. En el último (Beyond the astral skies, 1985) canta un tal Michael Flexig y, entre otros, nuestro Zeno en los coros. Esta pequeña coincidencia fue el germen del álbum que hoy os comparto.
El pequeño Roth y Ritgen retomaron el proyecto inicial, la vieja amistad, dando forma a las ideas musicales que ambos compartían. Para Roth, "por fin comenzó a sonar como aquello por lo cual nos esforzábamos". Para completar las partes vocales incorporaron a Flexig, vecino de Hanover y con cierta experiencia en bandas locales; incluso había grabado un álbum (Combo Colossale, 1982). Zeno, como trío, consiguió un contrato con Parlophone para grabar su debut. A los mandos de la producción estuvo Jerry Manning, un tipo curtido y con experiencia que en los setenta se dedicó más al blues y al sonido Memphis que a otra cosa; ese mismo año se encargó de George Thorogood y el Waiting for the road de Fastway. La producción no fue del todo bien; lejos de ser un trabajo rápido, se extendió desde enero a agosto de 1985, grabando en varios estudios a lo largo del planeta, y la mezcla y postproducción tampoco fue corta. Al final, se invirtió un año para elaborar este álbum debut que no apareció hasta 1986 en el mercado. Mucho tiempo y mucho dinero. Además, al ser un trío, tuvieron que contratar a músicos externos para diversas sesiones. De las baterías se encargaron Stuart Elliot (Alan Parsons Project), Rudy Kae y Chuck Burgi (Aldo Nova, Rainbow); de los teclados, Carl Marsh y Don Airey (Rainbow, Deep Purple).
Las canciones se enmarcan en un sonido que podríamos acercar a Boston, Rainbow o incluso Journey, pasado por el tamiz de un músico con unas capacidades compositivas excepcionales y muy centrado en que todo sonara a la perfección. Easter sun, que abre el disco, es una muestra perfecta, con unas guitarras muy melódicas armonizadas con el teclado y la voz, todo muy sofisticado; el solo ya resulta espectacular por sí mismo; tras él, un juego vocal siguiendo la melodía principal y el crescendo final. Flexig muestra su falsete en las notas altas, otra de las características de estos Zeno. A little more love podría haber sido "el single perfecto" tanto por estructura (estrofa-puente-estribillo) como por producción: melodioso sin empalagar, un buen estribillo fácil de cantar y una letra sencilla. El solo desentona un poco, pero sigue siendo una maravilla, quizá muy "Malmsteen". En la televisión española de aquel año les vimos cantarla. Por cierto, la única (junto a la instrumental final) que firma Ule en solitario.
El paroxismo sensorial llega con Love will live con una entrada vocal, una guitarra melodiosa armonizando con la línea vocal y un crescendo hasta el estribillo, donde nos animan a creer en el amor de manera genérica: el amor siempre triunfa y vivirá para siempre. Balada de mecheros al aire y manos elevadas al cielo moviéndose de izquierda a derecha. Se grabó un videoclip que nada tiene que ver con el mensaje de la canción. El ramalazo heavy de Signs on the sky rompe esta paz, el tema más agresivo (dentro del conjunto del álbum, ojo) con un tufazo Rainbow tremendo; el juego de guitarras y teclas resulta muy tentador. Far away cierra la cara de manera épica, un medio tiempo preciosista con otro estribillo perfecto, un trabajo acústico de Roth magnífico y un solazo "neoclásico".
A estas alturas ya podemos resumir las características principales de Zeno (el álbum): letras de estructura sencilla, pero de trasfondo profundo; melodías, armonías y arreglos muy elaboradas; un trabajo de guitarras exquisito; coros exagerados, capa sobre capa; una producción limpia, limpísima.
La cara B continúa esa línea y comienza vitalista con Emergency, con ritmo, directo, corto, quizá la composición más pensada para el mercado de todas. Flexig está más comedido y resulta curioso el arreglo tras el solo donde se produce una escalada de intensidad. Vuelven a la delicadeza acústica al comienzo de Don't tell the wind, misteriosa y profunda, con otros coros elaborados sobre la capa de guitarras y teclado. La canción se alarga hasta los seis minutos gracias a un largo desarrollo instrumental en el centro. Una canción para sentir. Cierto rollo arábigo inspira la melodía de Heart on the wing, que con su lamento de pérdida ("a burning heart is on the wing tonight/it's drifting home and may forgive our pride"), otros enormes coros y el (quizá) mejor solo acaba siendo de lo mejor del álbum. Circles of dawn cuenta con un magnífico teclado de Don Airey en un corte más roquero donde el estribillo se eleva en los agudos de Flexig de manera casi imposible. Un medio tiempo como Sent by heaven casi podría decirse que es su tema más progresivo, alternando partes vocales e instrumentales, con cambios de tono y tempo. Cierran con el brevísimo instrumental Sunset este viaje, un "excerpt" de la melodía de A little more love.
Tras la edición del disco, una serie de malas decisiones no acabaron de hacerlo despegar en el mercado como quizá debió. En primer lugar, les mandaron de gira con Black Sabbath, la antítesis musical e ideológica de estos tipos (el amor como salvación, la energía cósmica, etc.). Consiguieron abrir para Queen en Inglaterra. Pero ninguno de los asistentes a esos conciertos era su público potencial. Zeno comentaba que "una noche coincidimos con Greg Lake en un hotel de Londres. Le gustaba nuestro disco y nos ofreció girar con ELP y nosotros (creo que nuestro mánager) decidimos rechazarlo, lo que fue muy idiota, pues nos habría dado la oportunidad con un público de una banda clásica". El disco permaneció casi tres meses en el top 50 del Billboard, no está mal. El propio guitarrista cree que llegaron tarde: "según lo recuerdo, tardamos demasiado en editar el disco y cuando salió el mercado se había movido del elemento melódico del rock. Estaban Europe y gupos así (...) los BonJovis y después todas esas formas "feas" del rock como Guns 'n Roses estaban llamando a la puerta".
Sea como fuera, la banda estuvo de gira hasta el verano de aquel año (justo su último concierto fue abriendo para Queen) y desapareció del mercado. Como curiosidad, en 1993 se reeditó el álbum en Japón y alcanzó el puesto 11 en la lista de "música extranjera". Zeno retomó las grabaciones con Zenology en 1995. Ritgen formó una de las bandas más interesantes de los noventa: Fair Warning.
La edición que os traigo es la española de la época. Incluye el encarte interior con letras y créditos. La portada y el diseño corrieron a cargo de Andrew Ellis y Collin Chamber de ICON, representando esa trascendencia y esa espiritualidad de manera adecuada (aunque la portada con el niño escuchando una caracola luminosa en una carretera en mitad de la nada, no sé bien qué representa: ¿la inocencia? ¿el abandono? ¿la individualidad? ¿estaba llamando por el móvil?).
Disfrutad del fin de semana.
No los conocía. Muy clásicos pero me han gustado.
ResponderEliminarMuy melódicos. Me alegra haberte descubierto algo. Un abrazo.
EliminarEastern sun –sobre todo– y Don’t tell the wind son de esos temas que desde que los escuché tengo grabados en el cerebro. Sin embargo, a lo largo de los años, cuando he ido comprando vinilos nunca me he gastado los dineros en este disco. Lo encuentro algo irregular aunque con temas resultones como los mencionados o Emergency, Far away y Sent by heaven. Un buen ejemplo de hard melódico de calidad pero sin ese aquello –a lo mejor solo era un tema de imagen, no de talento– que lo hiciese destacar entre otras muestras del género. Con todo, otra estupenda entrada para este viernes. Y sí, claramente, el niño está hablando por el móvil con la aplicación linterna encendida. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarLo del niño tiene miga, sí. Creo que es un disco de excelente factura, tanto compositiva como interpretativa, con algunas canciones maravillosas. Fíjate que tú has nombrado ya la mitad del disco. Hay otras menos redondas, quizá por que el estilo no da más o porque entre las otras se quedan un poco por debajo. A mí me encanta obviamente. Un abrazo.
EliminarOtra joyita poco conocida (al menos para mí). Fácil de escuchar. Pero me ha gustado mucho más Cobra
ResponderEliminarSon dos propuestas distintas totalmente. No sabría cuál elegir, supongo que depende del momento del día o del estado de ánimo. Abrazo.
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