Como ya os conté en mi última entrada, en mi viaje a Oslo y Estocolmo mi intención era adquirir a modo de souvenir algunos vinilos de bandas de black metal de la zona y le tenía el ojo echado a los noruegos Windir. Pese a no ser una de las bandas más conocidas del país –al menos para mi–, había escuchado su álbum 1184 que me había parecido soberbio. Así pues, estando en Oslo era obligado visitar Neseblod Records, una tienda que es el Valhalla del black metal. Y es que su nombre a principios de los 90 era Helvete, sí amigos, la tienda fundada por Euronymous en cuyo sótano se reunían los miembros del infame Inner Circle. El local es pequeño, angosto, oscuro y el calor húmedo era ese día insoportable. Para más inri, los miles de vinilos (y cedés, camisetas, deuvedés... qué sé yo) que atesora están bastante desorganizados, por grupos pero sin orden alfabético, en cubetas unas debajo de otras, en fin, un desastre. Pedí ayuda a la dependienta –muy amable, ciertamente– pero, aunque me dijo que creía que sí tenía algo de los Windir, fue incapaz de encontrar sus discos. Por otro lado, yo ya estaba sudando como un cerdo. Total, que ni bajé al sótano de la tienda, lugar de peregrinaje entre los blackmetaleros de pro, y salí de allí desmayado y decepcionado.
Por suerte, en la misma tienda del Gamla Stan de Estocolmo donde compré el vinilo de Dark Funeral, pude encontrar el álbum que os traigo hoy. Sin embargo no se trata del mencionado 1184 sino de una reedición de 2021 limitada a 800 copias del sello Season of mist de su cuarta y última obra, Likferd. Y al igual que en mi entrada anterior, también toca presentar al grupo al no haber pasado nunca por este blog.
Windir era el proyecto de Terje Bakken, que adoptó el nombre artístico de Valfar. Multiinstrumentista, en 1997 grabó su estupendo debut Soknardair cantado en sognamaol –un dialecto del noruego– ocupándose de las voces, la guitarra, el bajo, el acordeón... todos los instrumentos excepto la batería, lo mismo que en su segunda obra. Sin embargo, en su tercer disco –ese fabuloso 1184 que os he mencionado antes y os recomiendo desde aquí– se acompañó de los miembros de la banda Ulcus y dio forma a un grupo de verdad, alternando además su lengua con el inglés. Y es en 2003 que graban este Likferd que hoy os presento, que no tiene nada que envidiar a su predecesor y cuyo line up estaba compuesto por Valfard a las voces e instrumentos varios, Hvàll (Jarle Kvale) al bajo, Steingrim (Jorn Holen) a la batería, Strom (Stian Bakketeig) y Sture Dingsoyr a las guitarras y Righ (Gaute Refsnes) a los sintetizadores.
Grabado con Valfar, Hvàll y Stengrim a la producción junto a Stig Ese y Thorbjorn Akkerhaugen en el estudio de grabación de este último y con una portada reproduciendo la obra Likferd på Sognefjorden de los pintores románticos noruegos Adolph Tidemand y Hans Fredrik Gude, el track list de esta reedición es:
A
Resurrection of the wild
Maertyrium
Despot
Blodssvik
Fagning
On the mountain of goats
D
Dauden
Aetti morkna
Resurrection of the wild abre el álbum con un inicio sosegado que no tarda en verse interrumpido por la voz desesperada de Valfar que se acompaña de numerosos cambios de ritmo en los que los riffs enérgicos y un bajo con mucha presencia son arropados por los sintetizadores de Righ. Le sigue Maertyrium, que no engaña y ya comienza con una batería desbocada aunque rapidamente se introducen sonidos medievales que otorgan a la composición ese sello distintivo Windir. Despot también se inicia con rapidez aunque a mitad del tema ofrece un descanso con una bajada de velocidad, que no de fuerza. Y después de diversos cambios de ritmo y riffs incluso jebimetaleros, el tema se vuelve a acelerar hasta un final algo súbito antes de que Blodssvik ponga fin al primer disco de este doble vinilo con otro perfecto ejemplo de folk metal oscuro con pasajes de sintetizadores, diferentes velocidades y riffs gruesos.
La cara C se inaugura con Fagning, que con sus 8 minutos y medio es la más extensa del álbum y que se inicia con una batería enloquecida y un alarido desgarrador que de pronto sufre un cambio de ritmo con la llegada de un sintetizador antes de que un riff grueso sirva de preámbulo a las voces de Valfar, arropadas por un punteo de guitarra que se va repitiendo a lo largo de la canción. Coros, más y más cambios de ritmo... en fin, un temazo complejo y variado. On the mountain of goats tiene un comienzo muy extremo que de pronto se interrumpe por un riff de heavy metal que rapidamente se transforma en un nuevo exponente de black metal puro aunque los continuos frenazos y cambios de ritmo enriquecen el tema de manera muy interesante, sobre todo para un oyente como este que os escribe que disfruta con numerosas bandas del género sin ser para nada un gran entendido o conocedor del mismo. Y la última cara se inicia con Dauden, que a estas alturas es más de lo mismo en cuanto a esa mezcla alucinante de sonidos de ultratumba, sintetizadores épicos, riffs impresionantes –en ocasiones con un bajo desnudo apenas cubierto con melodía de sintetizador– y coros tenebrosos. Aetti morkna pone el punto final a esta obra de manera impresionante con una nueva colección de melodías épicas, cambios de ritmo y voces desgarradoras.
En resumen, un pedazo de álbum lleno de matices y más que notable instrumentalmente, un disco para degustar atentamente, concentrados, en posición horizontal y en total oscuridad que muestra el nivel que Windir alcanzaron hace casi veinte años.
Sin embargo, con la banda acariciando el éxito –pese a haberse mantenido siempre alejados de la carismática pero controvertida escena del inner circle– y cuando Valfar contaba con tan solo 25 años de edad, una tormenta de nieve le soprendió en un paseo por la montaña y falleció de hipotermia. De esta forma, aunque sin ser violenta, una defunción prematura era de nuevo la culpable de acabar con el futuro de uno de los músicos de un género fuertemente relacionado con la oscuridad, el frío y la muerte.
Y eso es todo un día más. Aquellos que os sintáis con ganas, disponeos a
disfrutar de un muy buen álbum de black metal que tiene un sonido
diferente al de las puras cabalgadas de blast beats y riffs
infernales de otras bandas del género.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Bueno, yo catalogaría de violenta la muerte por congelación, la verdad, por agónica e imprevista. Excelente presentación de la banda. Están sonando las canciones mientras leo y escribo y me gustan, más la parte instrumental que la vocal, eso debo reconocerlo. Fagning, que justamente está terminando ahora, es fantástica. Al final vas a conseguir que me aficione a estos brutotes sonidos. Qué curioso ir a un sitio "mítico" de nuestro rollo, aunque la experiencia no fuera muy alentadora. Preciosa edición. Un abrazo.
ResponderEliminarPues me alegro de que te atrapen estas melodías como lo han hecho conmigo. La parte vocal es ferragosa pero si al final la tomas como un instrumento más, encaja perfectamente en el ambiente angustioso y oscuro de la obra. Windir me han parecido estupendos y mucho más porque los descubrí poco antes de viajar a Oslo. Un abrazo y feliz semana.
EliminarComo he comentado otras veces, a mí el género me gusta a dosis controladas. Leyendo la entrada y a Manu me he ido directamente a Fagning y me he animado a escuchar el resto. Buena aportación majestad. Saludos.
ResponderEliminarPues me alegro de que alguna de las canciones te guste. A mi tambiñen me encanta ese final con Aetti Morkna. La verdad es que, sin haber oído nunca hablar de ellos, me enamoraron en la primera escucha. Lástima del final de Valfar. Saludos.
EliminarAnte las buenas palabras de mis compañeros, me puedo primero el Fagning. Luego el Despot. Me he venido arriba y me he tatuado un pentáculo y he sacrificado a mi vecino como ofrenda a los dioses nórdicos para que hoy el Madrid ganara la Supercopa al Barça. Luego me he arrancado los oídos para no seguir oyendo esas voces que me invitaban a hacer correr sangre...
ResponderEliminarAhora en serio, el Fagning entero y el Despot a la mitad. Soy un blandengue un no he podido seguir. Algún día ..
Jajajajaja... qué cafre eres, blandengue. Y qué poco aguante. Yo me escucho todos los vuestros hasta el final. Nunca se sabe cuando puede aparecer una tonada que contra todo pronóstico nos haga tilín.
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