¡No me lo puedo creer! Mira que hay bandas y viernes... y mira por dónde, coincido con Manu en esta ocasión. No sé si es simbiosis o casualidad del copón pero estoy por comprar lotería. Sea como sea, pues sí, ya estoy aquí un viernes más, y esta vez con otro de los vinilos que me he traído a modo de souvenir de alguno de mis viajes. Así, en mi reciente visita a Milán me hice con este elepé de los poco conocidos Fate, grupo danés formado en 1984. Y si Pantera comenzaron como grupo de heavy metal con influencias de Kiss o Van Halen antes de convertirse en referentes del thrash y el groove, en este caso vemos como Hank Shermann –cofundador de los blackmetaleros Mercyful Fate– hizo el camino contrario formando tras disolverse dicho grupo una banda dedicada al hard melódico. Después de debutar con un más hardrockero álbum homónimo, en este segundo A matter of attitude subieron de calidad a costa de depurar y suavizar su sonido hacia un estilo más comercial y mainstream.
Producido por Svein Dag Hauge –que también metió algunas guitarras– en los
mismos estudios Easy sound de Copenhague donde Mercyful Fate grabaron sus
dos últimos discos, la banda estaba formada por el mencionado Hank Shermann a la guitarra,
Jeff Limbo a las voces –autor de todas las letras–, Bob Lance a la batería y
Pete Steiner al bajo y teclados, además de compositor de la práctica
totalidad de la música.
Con portada de Mogens Frederiksen, con una pobre funda interior en blanco sin letras ni fotos en la copia de EMI Italiana SpA de 1987 que poseo, el track list era:
A
I won’t stop
Hard as a rock
(I can’t stand) losing you
Point of no retun
Hunter
B
Summerlove
Farrah
Get up and go
Limbo a go go
Do it
El primer tema del disco es I won’t stop, que se inicia con un bajo
sintetizado, unos teclados y un sonido hard pop-rock pegadizo con coros, lo
que nunca esperaría uno de alguien que compuso los temas de Melissa o Don’t
break the oath. Sin embargo, prejuicios aparte, el álbum mola, es ochentero
a tope –lo que a estas alturas a mi me da por buena la compra– y pese al
cambio de estilo, no le resta valía como guitarrista al bueno de Shermann. Y
así llega Hard as a rock, que sigue la estela del anterior tema y continua la fiesta con estribillos enganchosos y un estupendo trabajo de guitarra, sin
desmerecer la voz de Limbo, que me gusta más que en su primer álbum y que me
recuerda a la de Mike Tramp. (I can’t stand) losing you es un pelotazo de
hard melódico, con más coros, estribillos, una bonita voz, una base rítimica
machacona y un solo de guitarra redondo. Mas rockera es Point of no return,
que sin variar demasiado en estilo –los teclados y los coros siguen ahí–,
tiene una interpretación vocal más enérgica, menos dulce, quizás porque
Shermann colabora en su composición igual que en la siguiente Hunter,
que también tiene un poquito más de punch que los temas iniciales pese a ser
otro exponente de hard pop con estribillos repetitivos, aunque con enorme
calidad.
Y la cara B es exactamente igual, iniciándose con Summerlove –quizás la más flojita del disco– y siguiendo con la alegre Farrah, otra en la que Shermann colabora en la composición musical junto a Steiner. Get up and go es la única en la que el guitarrista es autor de la música en solitario, notándose en el tema una carga hardrockera superior a la tónica general aunque los estribillos pegadizos sigan siendo protagonistas. Es el momento de Limbo a go go, una bonita canción sobre el amor cantada en primera persona que precede a una acústica Do it de estilo jazzy, una broma totalmente prescindible para mi gusto ya que rompe estilísticamente con el resto del álbum. Con todo, me parece un disco estupendo de una banda poco valorada por el gran público al que hacía ya un tiempo que había echado el ojo y que me alegré de encontrar en Milán.
Lo dicho, si os gusta el hard melódico con buenas voces y de gran calidad
instrumental y aún no los conocéis, dad una oportunidad a estos Fate con
este segundo álbum, el mejor de su carrera en mi opinión.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
No voy a dejar sin comentario tu entrada, por mucho que hayamos dialogado en la mía. Más o menos, coincido con tu lectura del disco. Creo que podrían haber sonado más contundentes en algunos momentos (luego ya ves, se dejaron llevar, como Saxon). Bandas como esta nacieron a docenas en Europa y solo algunas sobrevivieron. Y de todas, unas cuantas nos dejaron un puñado de discos buenos, con calidad, escuchables, y, entre todas, algunos favoritos. Me alegra haberte descubierto un grupo que acaba en tu colección. Y que hayamos coincidido, ya es lo más. Afortunadamente, Matute ya no se pasea mucho por aquí para reírse de nosotros. Un abrazo.
ResponderEliminarNo puedo añadir nada más. Gracias por comentar jajaja
ResponderEliminarLa verdad es que no tengo ni idea, ni me suena su nombre de haber oído algo en los ochenta. Los temas que aportas con la reseña suenan bien, muy a lo que cuentas en el texto, mola.
ResponderEliminarSalud.
Cuando Mercyful Fate se separaron y King Diamond comenzó su carrera, me centré en él y ni me enteré de que Shermann había creado este grupo. Tuve conocimiento de él el año pasado, cuando Manu habló de ellos en su blog así que ya ves lo famosos que eran por estos pagos. Unos desconocidos que sacaron unos buenos discos con poca personalidad. Agradables de escuchar pero con poco que aportar. Salud y me alegro de haber contribuido a tu descubrimiento.
ResponderEliminarEstoy con Jorge, ni idea de la banda, suenan bien. Y sí, qué casualidad, si hubiera sido uno de acdc pues buen, pero Fate... lo mismo os habéis llamado a ver qué vaqueros y chupa os poníais hoy, ahí lo dejo. Un abrazo a los dos. P
ResponderEliminar