Ir al contenido principal

Queen II. “El gran desconocido”. (EMI/ Parlophone; Elektra /Hollywood Records, 1974)

 

El final de la escritura y la publicación de mi libro “La luz interior de George Harrison” en mayo de este año 2021 ha traído de nuevo la curiosidad de explorar en carreras de otros grupos a los que nunca había prestado atención, como es el caso de Queen. Con el propósito de hacer un nuevo viaje musical comencé a escuchar la discografía de la banda, aunque de momento me he quedado enganchada en su segundo trabajo, un disco de esos que no se puede dejar de escuchar una y otra vez. Tanto me ha gustado que he adquirido una copia del mismo y me encuentro escribiendo esta reseña, gracias a la que he regresado a la Comunidad de #FFVinilo después de más de un año de ausencia en el que me he dedicado por completo a la carrera y figura de George Harrison.

El segundo disco de Queen, titulado simplemente Queen II, supuso el despegue en listas de la banda, tras un primer álbum que había pasado algo más desapercibido. Con los años se ha convertido tal vez en un disco no demasiado conocido, tal vez subestimado, pero sin duda es uno de los trabajos preferido por los fans de Queen, que con los años ha ido ganando posiciones como disco de culto. La crítica considera que se trata de un trabajo en el que se asientan las bases de lo que sería la música de Queen hasta la década de 1980, cuando se desviaron hacia estilos como el pop rock, dance, funk o R&B. Para la grabación de Queen II el grupo insistió en que Trident Studios les diera la opción de grabar en horas de trabajo en lugar de durante el tiempo de inactividad del estudio, como había sucedido con el primer álbum, lo que les facilitó la labor y les dio la posibilidad de experimentar con nuevas técnicas y sonidos.

Queen II fue publicado en marzo de 1974 por EMI Records. Grabado entre los Trident Studios y Langham 1 Studios, está considerado como el álbum más heavy de Queen. En él se combina el rock duro con el progresivo y el glam, junto con un ambiente grandioso y dramático muy del gusto del grupo. No fue un álbum conceptual, como explicaba Freddie en el libro Freddie Mercury: Su vida contada por él mismo, de Greg Brooks y Simon Lupton: “En este álbum no había ningún significado profundo ni ningún concepto. Durante la grabación lo pensamos de manera impulsiva. Escribí una canción para el disco, “The March of the Black Queen”, y fue entonces cuando tuvimos la idea de tener una cara blanca y otra negra, reflejando un estado de ánimo luminoso y otro oscuro. Supuso un buen contraste”. Efectivamente, el disco tiene una cierta unidad derivada de la fantasía, que prima como temática de las canciones y del concepto utilizado para nombrar las dos caras del disco, Side White, considerada más emocional, y Side Black, donde prima la fantasía. Cuatro de los cinco temas de la cara Blanca pertenecen a Brian May y el quinto a Roger Taylor. La cara Negra está íntegramente compuesta por Freddie Mercury. Hay que señalar que por entonces John Deacon aún no había empezado a componer. La estructura y concepto del disco representa de alguna forma la encarnizada “batalla” compositiva que se libró entre Brian May y Freddie Mercury.

La inolvidable fotografía de portada es obra de Mick Rock, un reconocido fotógrafo que también trabajó con T. Rex, Syd Barrett, Lou Reed o Iggy Pop y al que se considera el “fotógrafo oficial de la música de los setenta”, en especial por su trabajo junto a David Bowie en la época de Ziggy Stardust. Se cuenta que la pose de los cuatro, en especial la colocación de las manos de Freddie, está inspirada en la famosa imagen de Marlene Dietrich en Shanghai Express, película de 1932, dirigida por Josef von Sternberg, una de las más icónicas de la diva alemana. Siguiendo el juego de la dualidad entre el blanco y el negro, Rock les inmortalizó con vestuario blanco sobre un fondo blanco, imagen también usada en el disco y en algún single. El concepto de la foto de portada fue retomado posteriormente por Queen en el video de “Bohemian Rhapsody” para el disco A night at the Opera.

El grupo reconoció en numerosas ocasiones la influencia que tuvieron en este disco grandes bandas de la época: “Led Zeppelin y The Who probablemente estén en Queen II en algún lugar, porque estaban entre nuestros grupos favoritos, pero lo que estamos tratando de hacer de manera diferente a cualquiera de esos grupos es este tipo de sonido en capas”, reconocía Brian May en el libro de Mark Hodkinson, Queen: The Early Years, editado por Omnibus Press en 2004. Como anécdota, Queen colocó en el disco el aviso: “No Synths” como respuesta al periodista musical Chris Wels que había elogiado en la revista británica Melody Maker el trabajo de la banda con los sintetizadores, cuando en realidad se trataba de incontables sonidos de guitarra superpuestos. Aquello enfureció a la banda, en especial a Brian May, que había trabajado muy duro para conseguir ese efecto. Como una broma, pero picados por la crítica, la banda colocó aquella etiqueta, que aparecería también en los álbumes Sheer Heart Attack y A Night At The Opera. Queen no utilizaría sintetizadores hasta la década de 1980, a partir de su undécimo álbum, The Game. Un caso curioso en el que se llevaron los efectos sobre la guitarra realmente lejos es el de la canción “Get Down, Make Love” del álbum de 1977 News of the World, donde aparece un solo (que recuerda a la música de los juegos de marcianitos) que May ejecutó con la guitarra y un pedal Electroharmonix Frequency Analyzer. Con respecto al puntilloso trabajo instrumental que ofreció el grupo en el disco, el periodista Daniel Ross afirmaba: "Dondequiera que escuchen tus oídos, hay un sonido que no pueden explicar”. Queen siguió experimentando en discos posteriores, pero Queen II “Es mito, es ópera; es un concurso de bravuconería y una constante exhibición de genio deslumbrante”, concluía Ross. En el vinilo de Queen II que tengo en casa aparece la siguiente leyenda: “(…) and nobody played synthesizer… again”.

Estas son las canciones que componen Queen II:

Side White

“Procession”. 1:12. Esta breve pieza instrumental de Brian May supone el comienzo del disco con latidos de corazón y guitarras, además de cuerdas con reminiscencias de la ELO, que dan paso sin interrupción al siguiente tema.

“Father To Son”. 6:14. Composición de May, con una épica que la acerca a momentos de Tommy, la ópera rock de The Who. El estupendo trabajo de Brian May a la guitarra le confirma como uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos. Este largo tema de seis minutos se enlaza a con la siguiente canción.

“White Queen (As It Began)”. 4:34. Una de las preciosas baladas que contiene este álbum, compuesta por Brian May. En la canción destacan unos evocadores coros, el gran trabajo de May con la acústica, en especial en el breve solo con reminiscencias orientales que recuerdan al sitar. Con el tiempo, su autor contó que se inspiró en una compañera de estudios para componerla. La Reina Blanca de May pone el contrapunto a la Reina Negra de Mercury que aparece en la otra cara.

“Some Day One Day”. 4:23. Este tema de reminiscencias folk, compuesto y cantado por Brian May, destaca por la profusión de guitarras, tanto acústicas como eléctricas, todas tocadas por él con su habitual maestría.

“The Loser in the End”. 4:02. Esta potente canción con toques glam es la única compuesta y cantada por Roger Taylor en este disco, con un tono que recuerda por momentos a Robert Plant. Taylor también se encargó de tocar la marimba. Una agradable sorpresa, aunque hay parte de la crítica que critica que fuera incluida, ya que no cuadra con el resto de canciones del álbum.

Side Black

La desbordante fantasía de Freddie Mercury se reveló en todo su esplendor en la siguiente cara, donde todas las canciones están compuestas por él. Batallas de ogros, personajes de cuento, reinas oscuras, hadas y reinos míticos, que habitan una música compleja y llena de detalles y matices, efectos, armonías vocales y un absoluto dominio instrumental. Una cara intensa, oscura y enigmática.

“Ogre Battle”. 4:10. Escrita por Freddie Mercury en 1971, no fue grabada hasta este disco. La canción que abre la cara dedicada a la fantasía, arranca con el final del tema reproducido al revés, junto con un potente riff de guitarra y los grandiosos coros habituales en Queen. Los efectos de sonido, coros, batería y guitarra simulan la batalla de ogros que da título a la canción. Su atronadora energía hace que en cada escucha resulte más impresionante. Los efectos de sonido, confundidos con sintetizadores, fueron realizados por Brian May con su guitarra Red Special, conocida también como The Fireplace o The Old Lady. Fue construida entre 1963 y 1964 por el propio Brian con la ayuda de su padre, Harold May, ingeniero electrónico, y Brian lo hizo en parte por el elevado coste que tenía para él una guitarra Fender o Gibson, pero también como desafío para lograr lo que él consideraba el instrumento perfecto. En el libro Freddie Mercury: Su vida contada por él mismo, Freddie recordaba que para esta canción usaron un gong enorme: “Era incluso más grande que el que utilizaban Pink Floyd en directo, ¡y se necesitó toda la fuerza de Roger tan solo para levantar el mazo!”.

“The Fairy Feller’s Master-Stroke”. 2:40. Una canción de rock progresivo con cierto aire de cuento, escrita por un Freddie inspirado por el cuadro del mismo título, pintado por Richard Dadd, que puede visitarse en la Tate Gallery de Londres. Dadd fue un pintor inglés que vivió en el siglo XIX, cuya obra, de inspiración fantástica y onírica, está plagada de hadas, gnomos, elfos y duendes, con un sentido del detalle casi obsesivo. Gran parte de su obra la pintó mientras estaba ingresado en un hospital psiquiátrico, en el que había sido recluido por asesinar a su padre, al que consideraba un “príncipe de las tinieblas”. Freddie reconocía que había sufrido cierta obsesión con esta obra y con la figura de Dadd. Así, escribió una letra en la que hacía referencia directa a las situaciones que se detallan en el cuadro y en el poema que escribió el propio Dadd para acompañar la pintura, y donde aparecen personajes como Queen Mab (según el folclore británica un hada que mediante hechizos gobierna los sueños), Waggoner Will, Tatterdemalion o Titania Oberon y (la reina y el rey de las hadas). En este tema Freddie toca el piano y el clavecín, reforzando el aire de cuento de una canción que termina con una armonía vocal entre Mercury, May y Taylor. Las voces fluyen hacia el piano tocado por Freddie que se funde con el comienzo de la siguiente pista.

“Nevermore”. 1:20. Esta breve balada, romántica y dulce, habla sobre los sentimientos que surgen después de un desamor. Preciosa y altamente emocional, se vale de elementos de la naturaleza, como el mar, la lluvia, la brisa, el valle, los rayos de sol, para construir acertadas imágenes.

“The March of the Black Queen”. 6:33. Otra larga canción, de seis minutos y medio en este caso, que está considerada una precursora de “Bohemian Rhapsody”. Esta compleja pieza llevó varios años a Freddie hasta que pudo completarla. Según explicaba, había empezado a escribirla incluso antes de que Queen se formara. Para los entendidos en técnica musical, la canción contiene dos escalas al mismo tiempo para completar un maravilloso derroche compositivo y de interpretación musical y vocal, en la que Freddie se ve ayudado por Roger Taylor. Compuesta por diferentes partes y cambios de tempo, es otra muestra del gusto de Freddie en aquella época por los cuentos de hadas con un toque oscuro y significado oculto, una “excursión a esas zonas extrañas” que tanto le gustaban a Freddie, en palabras de Brian May. Grabar esta canción fue todo un desafío para las técnicas de grabación que había en la época y el grupo contaba que de tantas sobregrabaciones la cinta se volvió “transparente” porque el óxido casi desapareció. Por su complejidad nunca fue tocada por completo en vivo. Sin duda, una de las obras maestras de Queen, menos conocida de lo que merece y que sentaría las bases de su opus magnum, el tema “Bohemian Rhapsody”.

“Funny How Love Is”. 2:50. Se cuenta que Freddie compuso la canción en el estudio, mientras grababan el disco. Producida bajo las técnicas del muro de sonido que recuerda a las grabaciones de Phil Spector, contiene un bonito juego de armonías vocales.

“Seven Seas of Rhye”. 2:50. Freddie Mercury empezó a escribirla antes de entrar en Queen. Según contaba el propio Brian May, completaron juntos la canción, aunque en el álbum aparece acreditada sólo a Mercury. Referida a un reino de fantasía, Rhye, finaliza con las dos primeras frases del coro de la vieja canción de music hall “I Do Like To Be Beside the Seaside”, compuesta a inicios del siglo XX. La parte del piano me recuerda a la interpretación de Elton John en “Pinball Wizard”, para la película basada en la ópera rock de The Who, Tommy. Fue el tercer sencillo de la banda y el primero en entrar en listas. El tema cuenta además con la interpretación de Roy Thomas Baker al estilófono, un teclado analógico en miniatura que funciona con un lápiz óptico, inventado en 1967 por Brian Jarvis. Según el foro Amino, dedicado a Queen, el reino de Rhye fue una invención de Freddie y su hermana Kashmira, cuando eran niños, un reino que tiene una gran variedad de animales fantásticos, desde caballos voladores hasta monos azules. El reino de Rhye también es mencionado en la canción "Lily of the Valley" y se hace alusión a este lugar de fantasía en los temas “Great King Rat”, “Mad The Swine”, “My Fairy King”, “Ogre Battle” y “The March of the Black Queen”. Sobre este tema, en el libro Freddie Mercury: Su vida contada por él mismo se recogen estas palabras de Freddie sobre “Seven Seas of Rhye”: “Es sólo pura ficción. Sé que es como salirse por la tangente, o dar una respuesta fácil, pero es sólo eso. Era tan solo producto de mi imaginación. En esa época estaba aprendiendo mucho sobre cómo componer canciones, cosas como la estructura de la canción. Aprendía técnicas diferentes todo el tiempo”. Según se cuenta, la idea del grupo era abrir el disco con “Seven Seas of Rhye”, pero finalmente se decidió dejarla para cerrar el álbum. La interpretaron en su aparición en el programa Top Of The Pops en febrero de 1974, una oportunidad que les llegó “de rebote” tras la cancelación a última hora del mismísimo David Bowie. Según se cuenta, la BBC destruyó muchas de estas grabaciones, pero un fan ha rescatado diferentes clips en blanco y negro y color para recomponer aquella mítica actuación. Un ya carismático Freddie, vestido de satén negro con un cinturón de cadenas, se come la pantalla. La canción se sacó como single en febrero de 1974 aprovechando el tirón de la actuación televisiva. No consiguieron llegar al número uno, se quedaron en el número 10 en la lista de singles, por lo que no pudieron alcanzar el éxito internacional que la banda esperaba.

Épico, sin complejos, un disco tremendamente emocionante, con una grandiosidad que alcanza cotas magníficas según avanza la escucha y que se ha ganado por derecho propio estar en la cima de los discos de rock imprescindibles de la década de 1970. Como curiosidad, compré mi copia en la Feria Internacional del Disco celebrada en Madrid en plena pandemia de COVID. El vinilo tiene impresa la foto de portada por una cara y el logo de Queen en la otra. Una copia a la altura de un disco majestuoso como es Queen II.



Comentarios

  1. Ante todo, gracias por volver al blog. Y segundo agradecimiento por traer este disco. Lo tenía en mi lista de pendientes, pero me alegro que lo hayas hecho tú. Se nota la pasión y el gustazo de leerte lo completo con la escucha de la música. Yo también soy de los que defiende este "II". Quizá no llega a la altura de otras de sus obras (vaya catálogo tienen), cierto, pero se disfruta de principio a fin. Comienzan a enseñar la complejidad y la sencillez que supieron mezclar en casi todas sus obras. En fin, un precioso vinilo también, qué duda cabe. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, ha sido un placer volver. Todavía me cuesta escribir, aunque ya poco a poco van saliendo cosas. Soy una casi completa ignorante de Queen y estoy deseando avanzar. Este disco me ha dejado loca. Abrazo.

      Eliminar
  2. Un álbum impresionante y una entrada muy bien escrita -como no podía ser de otra forma- y llena de datos y referencias, como me gusta a mi. Es una de esas veces en las que puedo dar mi opinión sin tener que escuchar el disco antes. Y es que gracias a la internet ya lo he disfrutado con anterioridad. Pero ¿quieres creer que es el único álbum que falta en mi colección de Queen junto con el Live Killers? Quizás algún día lo solucione. Lo dicho, un placer de disco y de entrada. Pródigate más por aquí. Un abrazo y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, un placer regresar. El disco me ha volado la cabeza y sí, a mí me gusta leer, buscar y rebuscar sobre los artistas, el contexto en el que salió el disco, portadas y todo eso. Así me salen luego los textos de largos :)

      Eliminar
  3. Pedazo entrada Conx. De Queen creo que hay que aprovechar todo, pero soy más de su época ochentera, comenzando por The Game, del que aquí dejé una entrada con una anécdota que en resumen es que: aunque en la máquina de discos del bar donde la peña pasábamos media vida (Bar Pelusa de Cuenca) estaban cargada de singles de buen rock de los setenta, eran “Another one bite the dust” y su cara B “Dragon attack”, los temas que poníamos una y otra vez, hasta el punto de que todos los días el camarero (El chato), por otro lado amigo, juraba en arameo con romper el disco, desenchufar o, peor aún, retirar la máquina del local, amenazas que por suerte nunca cumplió inmediatamente, sino unos años después. Lo dicho buena entrada, le pego una escucha pronto. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, estupenda anécdota del Bar Pelusa. Yo todavía no puedo opinar mucho de la carrera de Queen, pero este disco es para quedarse a vivir en él. De momento, yo me he quedado.

      Eliminar
  4. ¡Qué bien tenerte de vuelta! 😍
    Gran entrada con muchísimas anécdotas y súper documentada! Queen es una banda que siempre me ha gustado, tienen temazos enormes. Muy bonita tu edición del lp! Un besoooo

    ResponderEliminar
  5. Uno de los últimos discos que he comprado. Qué bueno tenerte de vuelta por aquí, y más con un disco enorme como este. Me parece maravilloso cómo documentas todo con los detalles de Freddie y Brian, ayudando a entender de dónde salen las canciones y por qué. En fin, un placer leerte. Un abrazoo

    ResponderEliminar
  6. Efectivamente, uno de los discos menos conocidos y valorados de estos chavales. Fantástica entrada para tu vuelta. Espero que haya más.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Jethro Tull - Crest of a knave (Chrysalis, 1987)

Si conoces la historia que a continuación voy a contar, no hagas espoiler, por favor. Seguro que aún quedan personas deseosas de saber quién ganó un inesperado Grammy en 1989. Supongo que cualquier lector de estas líneas sabe que los premios Grammy intentan destacar lo mejor de distintos géneros musicales desde la perspectiva de la "Recording Academy" de Estados Unidos.  Dada la popularidad y la millonada que se estaba generando con el hard rock y el heavy metal por aquellos años ochenta, los buscabilletes decidieron crear una categoría donde honrar a sus máximos exponentes. Así, en la primera edición competían AC/DC y su Blow up your video, Iggy Pop y su Cold metal, Jane's Addiction con Nothing's shocking, Metallica con ...And justice for all y, claro, este Crest of a knave de Jethro Tull . Una mezcla, digamos, interesante.  La noche en que Alice Cooper abrió en directo el sobre, con Lita Ford a su lado, se detuvo por unos segundos el planeta metal. Alice no podí...

Dio - Dream Evil (Vertigo, 1987)

Pues como en el pasado ya os he hablado aquí de Dio con Vivian Campbell y aquí de Dio con Rowan Robertson , toca que hoy os hable de Dio con Craig Goldy . Además, también completo la serie desde el punto de vista del guitarrista al haberos hablado aquí de su paso por Giuffria y aquí de su obra en solitario. En resumen, que hoy toca comentar el buenísimo –vaya por delante– Dream Evil , disco que sacó Ronnie James después de despedir a Campbell . A su lado, los habituales Claude Schnell , Vinny Appice y Jimmy Bain a los teclados, batería y bajo respectivamente –como sabéis, no estarían en el siguiente álbum– y Craig Goldy a las guitarras, antiguo miembro de Rough Cutt donde coincidió con Claude .    La de Ronnie James y Craig fue una relación peculiar, sin duda. Se conocieron cuando el pequeño vocalista de Portsmouth producía las demos...

Black' N' Blue - In Heat (Geffen, 1988)

  Hoy vamos a cerrar el círculo sobre los discos en vinilo que publicaron los norteamericanos Black N Blue con su último lanzamiento, " In Heat ", que vio su fogosa cubierta reposar en las baldas de las tiendas de discos un 29 de Marzo del lejano 1988.  Las canciones fueron grabadas y mezcladas durante el 87 en varios estudios como los "Rumbo" angelinos o los "Electric Lady" neoyorquinos, repitiendo nuevamente en las tareas de producción Gene Simmons, que había realizado un solvente trabajo un año y medio antes con el tercer disco del quinteto (" Nasty Nasty ").  Ahora, Black N Blue querían por fin con su cuarta obra romper un mercado discográfico que que se les resistía a pesar de tener una base sólida y fiel de fans desde la publicación de su debut en 1984.  En aquel momento habían ocurrido tres cosas recientes y muy importantes para el sonido Hard Rockero en los Estados Unidos: Las publicaciones del 1987 de Whitesnake , el Hysteria de los...

Black Sabbath - Paranoid (Vertigo Records, 1970)

  Siempre huyo de homenajes interesados y ocasionales. También de loar por aquí discos de esos que consideramos cinco estrellas (vaya: discarrales). Pero, por una vez, he decidido saltarme ambas normas. El “fin de una Era”, como se ha intentado magnificar el (posiblemente) último concierto de los Black Sabbath “originales”, bien merecía que añadiéramos al blog alguno de esos álbumes que, acertadamente, Henry Rollins significó con su frase: “en esta vida, solo puedes confiar en ti mismo y en los seis primeros discos de Black Sabbath”. Y aquí estamos, metiendo leña para quemar al mono. Segundo largo del cuarteto de Birmingham, se grabó en junio de 1970 y fue editado en septiembre de ese mismo año, sin tiempo a pensar. Loado hasta la saciedad, se le considera piedra angular del desarrollo del heavy metal y casi cualquier otro estilo cercano. Aún hoy es su obra más vendida.  Fue el más representado en el famoso homenaje. Los propios Sabbath interpretaron tres canciones aquí presen...

Nocturnus - The Key (Earache 1990)

Imagínate por un instante que estamos en 1990 y el planeta tierra acaba de ser invadido por unos extraterrestes muy cabreados. Sin ninguna duda la banda sonora de la invasión alienígena estaría protagonizada por el álbum 'The Key' de los norteamericanos Nocturnus.  Fundados en 1987 por el batería y cantante Mike Browning (ex Morbid Angel) en las célebres y calurosas tierras de Florida, epicentro del Death Metal mundial por aquella época, Nocturnus fueron unos visionarios, unos adelantados a su tiempo. Me explico.  'The Key' fue su álbum debut, editado en 1990 por la reconocida discográfica británica Earache Records (fundada en 1985), una compañía referente del metal extremo mundial, y que se convirtió casi inmediatamente en una pieza de culto. Si bien no es su mejor disco en mi humilde opinión (lugar que ocupa su segundo larga duración titulado 'Thresholds' (1992), 'The Key' supuso su entrada por la puerta grande en una escena que empezaba a estar en boc...

Mikis Theodorakis – Zorba el griego (20th Century Fox Records, 1965)

Esta semana, mi madre hubiese cumplido 83 años, de encontrarse entre nosotros. Sin embargo, en breve hará ya tres de su repentina ausencia. Los habituales del lugar sabréis que la he recordado ampliamente en este blog con la serie “ Los singles de mami ”, dedicada a su –en mi opinión y obviando la componente sentimental– pequeña pero muy interesante colección de vinilos de siete pulgadas. Pues bien, ha llegado el momento de cerrar este capítulo de mi vida con el que será el último vinilo de la serie. Y aunque parezca que el protagonista de hoy no tiene demasiada importancia musical –los discos más llamativos ya los reseñé al principio de la serie–, el tema principal que contiene tuvo un impacto mundial que aún perdura, al menos para las generaciones menos jóvenes. Así pues, aunque quizás no le interese a nadie, a mi me sirve perfectamente para el objetivo de la entrada, por lo que allá voy.    Como v...