Por lo personal y por lo comercial, ganó la necesidad de romper con el estatus, salir de los esquemas de rayas negras y amarillas y la constante presencia de Dios y las enseñanzas y los comportamientos religiosos de manera implícita en las letras y en las declaraciones de la banda, buscando, por un lado, llegar a un público menos sensible a esta espiritualidad y, por otro, poder expresar emociones o sentimientos más genéricos y cercanos al grupo. Al fin y al cabo, como personas y como artistas, habían cambiado todos esos años. No abandonaron las rayas, pero sustituyeron el amarillo por el azul. Sí dejaron sus disfraces de spandex para vestir, aun de manera discreta, cuero y botas de punta vertiginosa. Eliminaron el logo clásico de la portada, dejándolo para el interior del disco. Disimularon, más aún, casi hasta hacerla desaparecer, la referencia directa a la Iglesia y la Biblia. Sin embargo, no se volvieron locos, unos cretinos, o se apuntaron a la moda de la vida salvaje del rocanrol. Las nuevas canciones trataban sobre su idea de las relaciones de pareja, la vida en la carretera y en el hogar, los conflictos del amor en personas más o menos maduras (la ruptura, el desengaño, el enamoramiento) y, en parte, su fe en mejorar el mundo, siempre con ese poso cristiano. Mezclan composiciones con una toque muy clásico, dentro del Universo Stryper, manteniendo esos juegos armónicos vocales y los arreglos heavies en algunos cortes (All for one, Two time woman) con un enfoque más hard rock, donde imponen aromas setenteros en ocasiones (Against the law, Rock the people). Lo que no fallan son los enormes estribillos y el excelente trabajo instrumental. Fabricaron un estupendo trabajo de hard&heavy.
La banda la formaban Michael Sweet a la voz y las guitarras, Oz Fox como segundo guitarrista, Tim Gaines al bajo y Robert Sweet a la batería. Contaron con el apoyo de John Purdell a los teclados y la voz de Jeff Scott Soto en los coros. Lo produjo Tom Weman (Mötley Crüe, Cheap Trick, Ted Nugent) en los estudios Music Grinder y Devonshire Studios.
Abren con toda una declaración de intenciones en Against the law: "You got to put your finger/you tihnk you know it all/(...)/I don't live for you/'cause I'm against your laws". ¿Hablan de los críticos musicales? ¿Tal vez de los engominados directivos de su compañía de discos? ¿De la Iglesia? De todos quizá. En cualquier caso: "we're just rockin' harder/to make our music roll". Con unas guitarras cortantes, quizá el tema con un enfoque más hard y un regusto a Van Halen en el riff principal. Sin embargo, Two time woman suena más "a lo de antes" por las melodías y la construcción del estribillo, aunque sí hay un cambio de tono en las guitarras, que mantiene cierta contundencia heavy para un tema rabioso sobre la infidelidad: "then I saw you with someone/(...)/I'm sayin' two time woman/don't come back this way". El tufo hard rock vuelve en Rock the people para una letra sobre la vocación musical ("instead of playing with my toys/I play my songs, thats all I knew") que acaba convirtiéndose en un sueño real: "I've rocked with every guy and girl/sometimes I think it's all a dream". Excelente guitarra y la línea de bajo es de lo mejor del disco. El amor y las relaciones de pareja toman, de nuevo, protagonismo en las dos siguientes canciones. Two bodies (one mind, one soul) mezcla momentos acústicos en las estrofas con un trabajo contundente de voz en el estribillo y uno sencillos arreglos que conducen a un solo técnico breve. Canción sobre el momento en que uno se hace consciente de la necesidad de ir más allá con la otra persona, buscando esa unión emocional: "we will this fight if we never say never/two bodies, one mind, one soul". Y la emoción de necesitar ese compromiso continúa en Not that kind of guy, que ahonda en la temática de las relaciones en pareja inhabituales en el rock&metal al advertir a la chica que le hace ojitos que él no es un tipo de una noche de fiesta: "I don't give my love for free/Baby don't you throw yourself at me" porque "when I say o way, you ask me why/can't you see i'm not that kinda guy". Tremendo tema con, de nuevo, influencias de Eddie Van Halen, rápido, contundente, con final apoteósico para cerrar la cara A.
La portada, y el aspecto general del álbum, no parece muy acertado: ninguna relación con la temática del disco y una ruptura demasiado brusca con el pasado. Se utilizaron fotografías de Ed Colver bajo la dirección artística y el diseño de Ruby Tuesday (quién sería) y Patrick Pending.
Esta versión que traigo fue editada en España por Hispavox. La forma de licenciar el producto quizá perjudicó una campaña internacional, pues la propietaria del producto, Enigma Records International (E.R.I.) lo fue cediendo a distintos distribuidores (Hollywood Records en Estados Unidos, por ejemplo). El vinilo viene en su funda blanca y se acompaña de una separata con letras y créditos.
Disfrutad del fin de semana con buena música, poca gente y mucho cuidado. Abrazos varios.
Bueno, pues nada puedo añadir a todo cuanto has dicho tú. En efecto, el segundo tema suena al sonido habitual y te da esperanzas después del inicial tan diferente a lo escuchado en sus discos anteriores. Claro que la ilusión dura poco cuando siguen cayendo canciones, la mayoría muy notables y hardrockeras pero poco Stryper style. En fin. Buen disco, entretenido sin ser una obra que destaque, pero que suena demasiado errático. Pese a todo, Michael es un excelente cantante y guitarrista. Me sigo quedando con la imprescindible Santísima Trinidad de la banda, Soldiers, To Hell e In God. Feliz finde, compañero.
ResponderEliminarDiscazo. No le doy menos valor que a los anteriores, aunque reconozco que el valor de To hell... es mayor como obra musical. Yo disfruto este disco mucho y por eso lo he traído. En cualquier caso, una banda que suele menospreciarse, bien por sus pintas o por su mensaje cristiano, que estaban a la par de cualquiera. Tuve la suerte de verles en directo (ya en este siglo) y me volaron la cabeza con un conciertazo. Mr. Sweet tiene una voz impresionante, por cierto. Un abrazo.
EliminarDe acuerdo al 100%. Me parece un disco muy bueno, incluso me atrevería a decir que mas completo que su anterior trabajo y si voy mas allá incluso mejor. No seria yo si no añadiese alguna anécdota, en este caso personal; aunque esto va de vinilos, este fue el primer CD que tuve sin tener aun reproductor de CDs (fue un regalo), pues bien, aguanté casi un año con el dentro de un cajón y sin desprecintar...sin duda el señor me dio fuerzas...alabado sea..jajajaja. Por cierto la redacción impecable, como siempre, enhorabuena. Un saludo!!!
ResponderEliminarYo soy de escribir a mi modo pero bien redactado, ja, ja. En serio, muchas gracias. Ese poder sobrenatural sin duda lo puso alguien para que NO escucharas el disco, pero fueron más poderosas las fuerzas del maligno. A mí me parece un álbum muy completo, como explico, sin desperdicio, que disfruto de principio a fin. Un saludazo.
EliminarFantástica entrada. Muy disfrutón el disco. Me quedo con el To hell porque es el que se escuchaba en casa. Pero como no soy fan y no tengo aprendido el sonido STryper style, este disco me ha gustado bastante. Y la voz del Sweet siempre me gustó mucho.
ResponderEliminarMichael Sweet es un estupendo y poco reconocido cantante. Estuvo una temporada al frente de Boston, que también son palabras mayores. Técnico y emocional. El disco es muy bueno, aunque siempre que se compara con ese hermano mayor se agacha un poco. Un saludazo.
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