Quería comenzar este año 2021 en #FFvinilo con un disco especial. Y he elegido un regalo, el último que me han hecho. Y, además, de una banda que adoro y que considero totalmente infravalorada. ¿No estamos aquí para compartir la música que nos gusta? Y si no le gusta a los demás, pues mucho mejor. O no, eso tampoco importa. Así pues, os presento el segundo disco de la banda neoyorquina Riot. La historia de estos muchachos resulta muy curiosa y será contada en otra ocasión; por el momento baste decir, para contextualizar este Narita, que se fundaron a mitad de los setenta y editaron su debut en 1977, con muy poco éxito. La banda se mantuvo unida en una primera versión hasta 1983, tras cinco discos. Su (mínimo) éxito comercial lo alcanzaron en una segunda reencarnación en 1988 con Thundersteel.
Además de un excelente sonido, con el vinilo en color azul translúcido y la etiqueta en blanco y negro, que le da un toque magnífico, viene con un insert incluyendo las letras, los créditos y fotos de la época. El vinilo se guarda en una funda "antiestática". Y todo rematado con un póster de la portada. El artwork original corrió a cargo de Marcia Loeb, pareja del productor y manager de la banda, Steve Loeb, con una ilustración de Steven Weiss. Todo queda en casa, como podéis ver. La portada, por cierto, tiene su propia historia. Narita es el nombre de un aeropuerto nipón que, parece ser, construyeron sobre terreno sagrado; de ahí la bizarra portada con el aguilucho, el avión y las calaveras.
El contenido musical encaja perfectamente en el rollo que se comenzaba a hacer a finales de la década, que acabó convirtiéndose en el Reino Unido en la New Wave of British Heavy Metal y en la New Wave de heavy norteamericano, poco después: canciones basadas en riffs de guitarras rápidos y armonizados, con numerosos solos, una batería con pegada en bombos y platillos, líneas de bajo apoyando las melodías y buenos y sólidos estribillos. De hecho, Riot se convirtió en los primeros ochenta en una especie de grupo británico honorífico, con un sonido más parecido a las bandas británicas y con más éxito en Europa en que sus estados natales.
Las canciones fueron compuestas por el guitarrista y líder Mark Reale y el cantante Guy Speranza, con la ayuda puntual de Rick Ventura, segundo guitarrista. Junto a ellos participaron el bajista Jimmy Iommi y el baterista Peter Bitelli, quienes desaparecerían poco después de la historia de la banda. Lo produjo el nombrado Steve Loeb junto a Billy Arnell en los Big Apple Recording Studios de Nueva York. Aquí una foto de los muchachos.
Waiting for the taking abre con la voz de Speranza como protagonista sobre la batería y las guitarras cortantes, buen ritmo y una letra que anima a la esperanza, a no tirar la toalla: "when you feel you've grown apart/you've gotta scratch and bite". Reale y Ventura intercambias solos, otra constante de Narita. Adoro esos momentos en que suben y bajan las guitarras, una por cada canal. Dos minutos de solazo final para rematar. Del mismo patrón está cortada 49er, quizá más hard seventies, con buenos recuerdos a Montrose, banda de la que hacían por entonces versiones en directo, rondando la letra el tema de los sueños rotos y los soñadores que cuentan sus historias "some never made their dreams come to life/many men fell from a gun or a knife". Contundente comienza Kick down the wall que contiene hasta tres solos de guitarra (comienza, parte central y final) y un trabajo de Iommi fantástico, subiendo y bajando por el mástil en constante apoyo a las seis cuerdas. La letra ahonda en el placer de la música "we'll keep the music playin'/kick it on down" y en compartirlo con los muchachos "the boys down at Johnny D's/they're lookin' for love to tend/music and language tapes". Uno de los mejores estribillos. La versión acertada y acelerada del Born to be wild y el instumental Narita (¿no escuchas a los futuros Iron Maiden en él?) cierran la cara A.
La cara B sigue con la misma mierda metalera, amplificada por el fantástico riff de Here we come again, con un puente-estribillo típico del género, armonizando voz y línea de guitarra, para romper en un interludio pegadizo y otra barbaridad de guitarreo a cargo de Reale. Venga, esos cuernos al aire "here we, here we come again". Y sin parar movemos el culo con Do it up, rollo rocanrolero, muy fiestera, donde suenan a unos Aerosmith metalizados. A estas alturas debo reflexionar: parece increíble que con tan pocos medios y de una manera semiprofesional fueran capaces de grabar un disco tan bueno, con un sonido más que decente. La masterización, seguro, ha ayudado a darle lustre y aire a la edición original. Por cierto, quizá el mejor solo de guitarra esté en este tema. Y nunca un disco de rock&metal sin su canción de follar. Hot for love debió resultar hasta guarra para la época "the one thing that she never got a taste of was to get down in between" porque "she's hot for love" y no perderse los efectos sonoros. Y tras el frotamiento, el himno reverencial al concierto de cada noche: "up all night, sleep all day/comes the action/when we star to play". Ya sabéis que cada concierto es especial y si la música suena la vida es mejor, y esto se encargan de recordarnos Riot en White rock con otro estupendo riff. Y el cierre con Road racin' no hace más que ahondar en las fantásticas cualidades metaleras de Narita, con otro bestial y acelerado riff, con el bajo doblando a las guitarras y Speranza reventando en un estribillo de puro directo. Bandaza.
Está claro que Narita pasó sin éxito por el mundo. A pesar de todo, Riot fueron teloneros de bandas como AC/DC, Rush, Judas Priest o Motorhead y participaron en el Monster of Rock de 1980 junto a Rainbow, Scorpions y Saxon. No está mal para unos muchachos sin contrato discográfico.
Aprovecho para desearos a todos y todas las personas que hacéis posible este blog un feliz año 2021. Esto es un rincón que me permite compartir mi pasión por la música, pero, sobre todo, desconectar de la realidad por una horas. Gracias a todos y todas por participar. Espero leeros cada viernes por aquí, al menos, hasta el 2022. Abrazos.
Ya pensaba que hoy quedaría el blog desierto. Prometo publicar el viernes que viene. Respecto a Narita, estupenda banda y estupenda edición, muy bonita. Feliz 2021 y también espero seguir leyéndote por este y otros lares. Un abrazo, Manu.
ResponderEliminarPor aquí seguiré mientras la colección de vinilos lo permita y el cuerpo aguante. Ya sabes que soy de buscar "joyas" que no hayan aparecido por el blog, pero todo tiene su límite. De Riot solo puedo decir que me parecen una gran banda que ha sobrevivido a todo tipo de males a lo largo de 40 años con mayor o menor valor musical. Y este Narita es de mis favoritos. Un abrazo.
EliminarLos Reyes Magos han tomado nota de lo del catálogo de Rock Candy 😬. Una edición muy chula, con esa curiosa portada y el vinilo azul translúcido. Buen regalo, del que seguro estás disfrutando. Que no nos falte nunca la música ni la ilusión. Yo también prometo publicar el viernes que viene. Un abrazo, y si eres bueno, seguro que SS.MM también se portan bien contigo.
ResponderEliminarMe consta que SSMM serán buenas conmigo. De todos modos, si te sobran unos cuantos cientos de euros esas reediciones de Rock Candy no me vienen mal. Te lo juro. Por aquí seguiré dando guerra. No creo ni que te atrevas a escuchar a estos Riot, pero si lo haces piensa que es arqueometal del bueno. Un abrazo.
EliminarY si no les gusta a los demás, pues mucho mejor jajajja. Añado el disco a la cola de reproducción para luego, aunque intuyo que no haré lo mismo con la lista de deseos. En cualquier caso, quién sabe, ayer me compré el Powerslave...
ResponderEliminarEn fin, como bien dices, si la música suena la vida es mejor. A ver si estos tipos me sorprenden. Abrazo!!
Yo tengo esa dualidad: por un lado me gusta traer música que le guste a la gente (y que la puedan descubrir como "nueva") y por otro lado me encanta ser el tipo raro que disfruta de placeres solitarios. Qué le voy a hacer. Supongo que no entrarán en tu colección de favoritos, pero no será por méritos, si no por gustos personales. Un abrazo.
EliminarGran entrada, bonito vinilo. Y suenan divertidos. Nunca los hubiera catalogado como heavies sino como rock setentero. Lo peor, la versión de los Sttepenwolf. La instrumental tampoco me llama. La útima, es un pelotazo. A descargar...
ResponderEliminarYa sabes que las etiquetas las carga el diablo. A veces suenan a ese hard rock seventies que dices y en otras más heavies. Teniendo en cuenta que grabaron en una época en la que aún se estaba definiendo el género podrían caer en ambos lados del espectro. En el fondo, da igual. Efectivamente, la versión y el instrumental son los puntos más flojos del disco. Disfrútalo.
Eliminarme gusta mas el debut pero este también es un discazo, la banda tiene un demo de 1975 que se oye como el culo pero ya en esa época estaban liados
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