Hace ya ocho años el compañero Paco de La Torre trajo por aquí este disco. Pero hoy me apetecía compartirlo con vosotros simplemente porque ayer, buscando qué traer al blog, pinché Rocanrol bumerang y me di cuenta que, a pesar de los cuarenta años transcurridos, sigue de actualidad, para bien y para mal, tanto por sus temáticas como por su excelente sonido. Porque esto es un clasicazo y, en cierto modo, el disco que lo comenzó todo en el subidón comercial del rock de los ochenta. Miguel Ríos se rodeó de un grupo fantástico de músicos. En la máquina de creación tenía a Carlos Narea y a Tato Gómez. De la mano de Narea vino Roque Narvaja y dos composiciones importantes para el éxito del disco. De la mano de Tato vinieron sus compañeros del grupo Santiago, el guitarrista galés John Parsons, Serge Maillard y Mario Argandoña. Súmale dos excelentes guitarristas más: Javier Vargas y Salvador Domínguez. Juntos y un poco revueltos completaron las nueve canciones que forman Rocanrol bumerang en Madrid (estudios Eurosonic) y Colonia (Sound Studio N) duante febrero y marzo de 1980. El álbum triunfó y la fórmula se repitió en los siguientes tres discos, incluyendo el imprescindible directo Rock & Ríos (1982).
El contenido sonoro y las letras giran alrededor del rocanrol y de la nueva vida, de la generación que comenzaba una inocente democracia. La inicial Rocanrol bumerang reivindica la fuerza del rock como elemento vital, enfrentándolo a las modas sonoras del final de los setenta y el abandono que había sufrido: "el rock es un bumerang/por eso siempre volverá". Quizá imaginaba que, gracias a él, y a otros como él, se vivirían años de gloria en el rock nacional muy pronto "algunos lo enterraron en este país/ahogándolo entre modas/y como el ave fénix de la imaginación/se nos presenta ahora". Salvador hace un magnífico trabajo y tiene un arreglo de metales brutal. Siguiendo la estela guitarrera, suenan varios cortes. Lua, lua, lua la compuso Miguel en honor de su hija, insistiendo en la transmisión generacional "cuando crezcas algo/llena tu cabeza de rock/será como un juego/para conocernos mejor". Un rock'n'roll de vieja escuela con Vargas a tope y un piano grande tocado por Rafael Guillermo. "No harán falta palabras/si conectamos con el rock". Los neones que inundaban la noche protagonizan dos canciones bien distintas. En La ciudad de neón nos cuenta la historia de un joven que pasa por la cárcel tras un robo y piensa en las noches que se pierde "se emborrachaban de neón/y de fumar con las tías/y sobre todo se flipaban/con la caña de un rock and roll". Otra lección de guitarra de Salvador, por cierto. Y más neón en Nueva ola, con un rollo "moderno" para tratar la creciente normalidad favorecida por intereses "una mano luminosa de neón de color rosa/se ha acercado a la ciudad/y por las calles, las aceras, los tejados y las cuevas/neón de color rosa se hace cargo de las cosas" porque "aquí alguien controla en forma de nueva ola lo que va a suceder". El último ramalazo de caña lo escuchamos en El laberinto, reivindicando las pocas oportunidades que tienen los jóvenes de la ciudad "hay gente joven/que tiemblan ante el porvenir/se sienten atrapados/en medio de un ambiente hostil". ¿Han pasado cuarenta años? "Sin curro y sin dinero/trapicheando para subsistir/algunos cuelgan/como salidos de un mal trip". Vida precaria, drogas, desesperanza.
Mezcladas entre tanto guitarrazo suenan baladas y medios tiempos, quizá el estilo por el que Miguel Ríos se ha hecho tan famoso. La primera que suena, y la canción que justifica por sí sola la fama de este disco, la compuso Narvaja y se titula Santa Lucía, uno de los cortes más importantes del poprock nacional. Una canción de necesidad y amor, de oportunidades y deseos "me pregunto si algún día te veré/ya se todo de tu vida y sin embargo/no conozco ni un detalle de ti". Con un fantástico crescendo, una gran acústica, la percusión muy bien trabajada y un arreglo de cuerda sencillo pero clave en el sonido final, todo encaja "abre las puertas/cierra los ojos/vamos a vernos/poquito a poco". Con interpretaciones diversas, ¿quién no conoce a esta santa? Otro gran corte es La canción de los 80, un medio tiempo, compuesto también por Narvaja junto a Miguel, con protagonismo de la acústica y el piano eléctrico. Obviamente, reflexiona sobre la década que empieza "el mundo seguirá su curso antiguo/pero a velocidades de futuro" porque la incertidumbre del presente y el porvenir es grande "la gente angustiada mira al cielo/en busca de algo de amor/la vida cotidiana se reduce/a una carrera sin valor" y siempre hay esperanza "pero en medio de la noche estas tú/con tu fuerza, tu belleza, con tu luz/ayudándome a seguir". En el fondo, una canción de esperanza amarga. No hay mucho espacio para el amor al uso; ahí suena Compañera, balada sencilla de piano y buenos arreglos de cuerda y vientos, con la que agradecer la vida en pareja "tan solo quiero que estemos juntos/que seas mi viento para navegar". Y el disco se cierra con la sorprendente Sueño espacial, emparejada, quizá, con sus composiciones más experimentales, y una doble interpretación: por un lado, los extraterrestres te han elegido para un viaje interestelar y admirar el futuro de la Humanidad, pero, por otro lado, un canto al futuro del individuo, al futuro de un país que se desperezaba "relájate y sé feliz/porque no estás solo/en el Universo hay más/hijos de la energía" y al final "vivirás tus sueños/porque el hombre vencerá/ya sabes ¡no estás solo!".
El vinilo que traigo hoy fue publicado por Polydor en 1980. En realidad, aunque la impresión se realizó en Madrid, es una copia "alemana". Cuando iban a editar el disco, se hicieron dos versiones: la primera, para el mercado europeo, incluía Santa Lucía; la segunda, para el mercado nacional, la dejaba fuera. Por lo visto Miguel Ríos no quería volver a "triunfar" con una canción "al estilo del Himno a la alegría" y sí por su vertiente más "dura". Afortunadamente para él, se decidió hacer una sola versión, esta que traigo. La portada la diseñó Juanjo Díaz y la realización de la funda corrió a cargo de Orestes. El sonido es excelente; no todo el rock de los ochenta sonaba mal. Aquí hay dinero: grabado, mezclado y masterizado en Alemania.
Disfrutad del fin de semana. Parece que no hayan pasado cuarenta años...
En casa, la fan de Mike Rivers es mi señora. Por eso hace años que, sin profundizar, entré en contacto con su música. Bueno, por eso y porque este tipo es de los que ha formado parte de muchos años de la vida musical de los que vivimos en este país. Así que seguro que, sin volverme loco, la escucha del álbum me resultará entretenida. Ya en la lista de títulos reconozco varios temas míticos. Voy a ello. Saludos enmascarados.
ResponderEliminarQuizá sea su mejor disco de estudio. A mí, el que más me gusta. Tiene todos mis respetos como creador y cantante, aun a pesar de que la mayoría de su obra no me gusta especialmente. Espero que haya sido una escucha satisfactoria. Un abrazo.
EliminarEl Gran Mike Ríos... la verdad que sin darme apenas cuenta es uno de mis artistas preferidos. Un gran sonido y fantástica voz que lleva acompañándonos más de 40 años, casi ná...
ResponderEliminarFeliz finde! Me ha encantado!
Gracias Tina. Es un artistazo, eso no se duda, y ha sabido adaptarse a las modas de cada momento para mantenerse en primera línea. Eso es un mérito, aunque a mí hay muchos de sus discos que no me van. Pero como Miguiel Ríos no hay ni habrá nadie. Un abrazo.
EliminarHasta hace bien poco no empecé a profundizar en la obra de esta leyenda absoluta de la música. Me compré hace unos cuantos años el Rock and Ríos, pero apenas había pasado de ahí. Y lo que he descubierto me gusta muchísimo, este disco en concreto es uno de los que más. Menos mal, por cierto, que se decidieron a incluir Santa Lucía. Me encanta esa canción. Buen finde, un abrazo y mucho rock and roll!!
ResponderEliminarMucho rocanrol, que hace falta. Sí, un acierto. No he entendido muy bien porqué era la polémica; manías de artista. Las compañías a veces se guardaban singles potenciales para editarlos si el álbum no tenía mucho éxito o para reediciones, rollos de esos. De largo, la canción más emblemática del álbum. Un abrazo.
EliminarEn casa teníamos el 45rpm de La nueva ola. Era en color y la misma portada que el Lo. Sólo por esta canción y Santa Lucía, estuve a punto de pillarlo de segunda mano hace muy poco.
ResponderEliminarPues merece la pena tenerlo. Al fin y al cabo significa mucho en el rock nacional. Y es un buen disco. No te lo pienses la próxima vez.
EliminarBuena elección. A pesar de los años suena muy,pero que muy bien, sin duda el mejor trabajo del granadino, para mi por lo menos, que de vez en cuando pasa por el plato. Buena entrada amigo, con poco mejora que la de hace ocho años, cómo pasa el tiempo. Un abrazo.
ResponderEliminarCada uno tiene su estilo y su rato. A veces nos enrollamos más, y no es cuestión de mejor o peor. Distinta. La verdad, tenía decidido el disco y cuando vi la tuya me eché para atrás. Pero recordé una ocasión en la que me dijiste que no pasaba nada por repetir disco si así uno daba una opinión o una visión diferente, y me animé. Y que han pasado ocho añazos ya. Cuídate y ven de vez en cuando por aquí. Un abrazo de vuelta.
EliminarUna de las canciones que más me gustan de este hombre es “Santa Lucía”, madre mía, cuantas veces la habré tarareado... Y como suele pasar con estas canciones que se hacen tan conocidas, el resto de las canciones del disco pasan desapercibidas, pero yo voy a ponerle remedio. En mi casa siempre se ha hablado de este señor con mucho respeto, y en la memoria hay muchísimos temas estupendos. Un abrazo nostálgico.
ResponderEliminarEste señor se merece todo el respeto que nos quepa en los bosillos. Y eso que la mayor parte de sus muchas canciones ni me van ni me vienen. Pero siempre ha buscado como artista su sitio, ha intentado expresarse a su antojo, cogiendo de vez en cuando la ola de la moda. Pero ahí está su legado. Un abrazo de vuelta.
Eliminar¿Alguno conocerá el mes en el que fue publicado el disco? Gracias.
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