Ir al contenido principal

Simple Minds - Spaceface (Maxi Single, 2003, Absolutely Records)




Mi primera reseña es para una banda que me ha acompañado desde bien pequeño. Ambos tenemos casi la misma edad, 43 los escoceses, 44 un servidor. A finales de los 80, estando aún en el colegio, llegaban a mis manos cintas variadas con temas de Simple Minds, canciones sueltas que cazaba en emisoras de radio, al rebufo de la onda expansiva del “Don’t you", su actuación en el Live Aid, el “Once upon a time”, su compromiso con Mandela, Víctor Jara, el conflicto en Irlanda… 

A comienzos de los 90, coincidiendo con mis comienzos como DJ todavía amateur, empecé a escuchar y comprar en vinilo adaptaciones de sus temas a la música electrónica y a destripar los sonidos de sus discos. Ellos y Depeche Mode me engancharon por igual. Las voces, las atmósferas, el uso de sintetizadores, la profundidad, ese toque épico, sencillamente me encantaba. Y además veía cada vez más acentuado el uso de elementos electrónicos en su música. Nada podía salir mal.

En 1995 arranco mi andadura como DJ y locutor de manera profesional. En la radio tengo espacios y programas para poner pop y rock, además de mis programas de electrónica. Simple Minds entra en esos dos registros. Como DJ busco y rebusco versiones, edits, remixes oficiales y no oficiales de la banda. Bueno, de Simple Minds, de Pink Floyd, Prince, etc.

Van pasando los años, voy ganando en experiencia, conocimientos y madurez musical. Ya totalmente dedicado a la música electrónica, busco en las bandas de pop y rock el factor diferencial en cabina. Las versiones forman parte indispensable de mi repertorio (Depeche Mode, Radiohead, Bowie y un largo etc.). Cierres de sesiones increíbles en clubes y festivales con ese toque de rock y con su base electrónica, por la noche, por la mañana, para poner en efervescencia la pista de baile. Un comodín.




En 2002 Simple Minds publican el álbum “Cry”, con un nuevo aire creativo de la banda, más electrónico, bases rítmicas, sintetizadores, melodías, mucha producción, su toque de himno y épica y todo ello sin perder su esencia. Uno de los temas escogidos en la promo del álbum fue “Spaceface”, que automáticamente pasó a ser uno de mis temas favoritos de la banda. Serio, profundo, emotivo, con un punto desgarrador, algo oscuro, místico. Y la línea de voz con la ejecución de Jim Kerr, sublime. Para mí, brutal.






En 2003 llega a mis manos un maxi single del “Spaceface” con remixes oficiales adaptados a la música electrónica de la mano de 2 productores de renombre en la industria, el italiano Francesco Farfa y el alemán Tomcraft. Sin entrar mucho en detalles, puesto que este blog no es de electrónica, sólo puedo deciros que fue un acierto por parte de Simple Minds encargar las versiones de música electrónica a estos 2 productores. Una versión, dura, con mucho sabor a Techno, orientada a los grandes festivales y la otra, elegante, espacial, hipnótica, ideal para los clubes pequeños. Esta versión, de la mano de Francesco Farfa, me ha acompañado durante muchas sesiones y es un tema al que le tengo un cariño enorme, de ahí dedicarle esta entrada.

Hay muchos puristas que no conciben escuchar el rock adaptado a la electrónica, al igual que amantes de la electrónica que no quieren que el rock llegue a sus pistas de baile. Los extremos nunca fueron buenos. Yo siempre he pensado que la fusión enriquece, hecha con respeto, no deja de ser música y a muchos nos encanta. Gracias por leerme, espero haya sido de vuestro interés.

Comentarios

  1. Felicidades por tu primer aporte. Sin embargo, debo decirte algo respecto un par de cosas que comentas. A saber.

    "Sin entrar mucho en detalles, puesto que este blog no es de electrónica"
    ¿Cómo que no?, este blog es de todo, de música electrónica, de punk, de bues... aquí, cuantos más datos se den, mejor.

    "Gracias por leerme, espero haya sido de vuestro interés"
    Bueno, por mi parte solo puedo decir que gracias a ti por escribir y... no, no ha sido de mi interés porque no aguanto a los Simple Minds jajajaja Pero de buen rollo, hombre, no esperes que lo que escribas sea del interés de todos. Este blog ha llegado a ser tan ecléctico que a todos nos gustan los vinilos, pero es imposible que los discos que presentamos agraden a todo el mundo. De hecho, a mi me pasa bastante que hay quien no reconoce la valía de muchos de los sonidos que amo jajajaja

    Feliz fin de semana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias y disculpa por la tardanza en responder. No sé qué diablos pasaba con Safari que no me dejaba responder. Un saludo!!!

      Eliminar
  2. En la línea de lo que comenta el King, yo diría que si algo caracteriza este blog, al menos desde que yo lo conozco, es su eclecticismo puro y duro. Aquí hay heavy, hay pop, hay jazz, hay punk, hay blues... tú no repares en dar todos los datos que sepas, porque esto está lleno de locos de la música que siempre queremos saber más. Cualquier cosa que sea de música siempre va a interesarme, aunque la banda en cuestión no me vuelva ni mucho menos loco, como en este caso.
    Saludos, y enhorabuena por esta primera entrada

    ResponderEliminar
  3. Para no querer enrollarte menudo rollo guapo llevas. Como ya te han dicho, aquí venimos a compartir música. Si te pones pedante ya te lo diremos, pero no dejes de explicar y comentar la música que propones, porque nos mola aprender. De la banda, poco puedo aportar, pues nunca he sido discípulo ni oyente siquiera, más que en las radios y las playlist ocasionales. Un saludo y bienvenido de nuevo.

    ResponderEliminar
  4. Si le tuviéramos que hacer caso a los puristas, apañaos íbamos. A Camarón le pusieron verde por hacer “La Leyenda del tiempo”, por ejemplo, en su momento, y ahora se considera una obra maestra. Y hay ejemplos de esto para todos los gustos musicales. Yo creo que la fusión de estilos (bien hecha) siempre es positiva. Bienvenido al blog y espero leerte mucho y a menudo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias y disculpa por la tardanza en responder. No sé qué diablos pasaba con Safari que no me dejaba responder. Un saludo!!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...

Hangman’s Chair – Saddiction (2025)

Hoy toca bajar revoluciones y dejarse llevar. El último disco de los franceses Hangman’s Chair es una obra que no intenta rescatarte de la tristeza, sino hacerte compañía en ella. Y lo hace sin dramatismos, sin buscar comprensión, sin querer llamar la atención. Simplemente, se queda a tu lado, y con eso es suficiente.                                   Desde el primer tema,“To Know the Night”, queda claro que este disco no se mueve en la urgencia. Aquí todo ocurre despacio, con la calma que requiere la ocasión. Las guitarras arrastran un peso denso, la voz se mantiene serena, contenida, casi resignada. Pero esa calma es solo la forma que toma el dolor cuando ya no grita. Cuando se vuelve parte del paisaje. El título, Saddiction , lo dice todo. La mezcla de sadness y addiction no es casual. Es una confesión, un espejo, una manera de nombrar eso que muchos sentimos pero no siempre sabemos...