Ir al contenido principal

LYNN ANDERSON - Rose Garden 1971

Debo reconocer que mis caminos y los de Robe Iniesta se volvieron en direcciones contrarias hace mucho tiempo. Quizás más del que sea capaz de recordar. No por nada en especial. Simplemente pasó. Pero no es menos cierto que de un tiempo a esta parte, me viene constantemente a la cabeza aquello de -...salir, beber, el rollo de siempre...- Parece que por fin vamos a poder salir, aunque sea de forma controlada, apocada, cronometrada. Pero va a ser complicado volver a los "rollos de siempre". Al menos de momento. Estos días de confinamiento están cambiando nuestros hábitos. Seguramente también nuestro carácter. Tratemos de buscar una parte buena del asunto. Que es jodido hacerlo cuando los datos devastadores de esta pandemia te golpean la cara. Pero siempre hay una pequeña bombilla que brilla al fondo de la oscura habitación. A mí el no poder colocar el codo en la barra del bar -¡Abrid ya los bares, hijos de puta! (grita mi inconsciente)- me ha dado tiempo y ganas para bucear aún más en todos los discos que tengo apilados en las estanterías. Rescatar obras que ni recordaba cuanto hace que no escuchaba. A veces. Otras incidir en el mismo disco una y otra vez. Que en mi aguja de tocadiscos mando yo. Y a ti te encontré en la calle. Como diría el fandango aquel.


Siempre le pregunto a mis hijos -que pasean por la casa a ritmo de trap e historias similares propias de su edad y generación- que harán con todos mis discos el día que la patata me diga: ea, a tomar por culo. El pequeño dice que se los quedará. La mayor ni me hace caso. Anda a otras cosas. Enfrascada en unos problemas que piensan que pueden acabar con el mundo, desde la perspectiva de su edad. Claro está. Desde la mía no puedo evitar una sonrisa socarrona. Yo heredé muy pocos discos de mis padres. Por no decir que casi ninguno. Casi todos los que habían eran de copla o de Perales y compañía. Mi madre canta muy bien aunque la edad haya conseguido mermar la capacidad de su garganta. Siempre la recuerdo cantando coplas en casa. Después si me acuerdo, le preguntaré por Whatsapp si lo sigue haciendo. Un día hace mucho, a raíz de un disco de Chano Domínguez con Martirio, llamado "Coplas de Madrugá" me di cuenta que me sabía todas y cada una de las coplas que pasaban ambos por el tamiz del jazz. Y comencé a apreciarlas de una manera casi natural. Pero aquellos discos nunca pasaron a formar parte de los míos. Sin embargo, este de Lynn Andersoon si se convirtió en habitante de mi morada. Di con él de puñetera casualidad. En los 40 Principales, Duncan Dhu cantaban aquello de: "...dime tu nombre, y te haré reína de un jardín de rosas...". Casualidades de la vida, un día enchufo en casa un disco que a mi parecer de entonces, desentonaba entre Jurados y Serrats, y comienza a sonar esa misma canción pero en inglés.

Lynn Anderson era la protagonista. "Rose garden" la canción. Que también daba nombre al disco. Editado en 1971 -un año antes de que servidor llegase a este mundo-, tenía toda la pinta de ser uno de esos recopilatorios que los sellos editaban en España para introducir a artistas extranjeros -C.B.S. en este caso- más que un producto oficial de la discografía de la cantante de Dakota. Y me aventuro con dicha apreciación porque el disco de Anderson con dicho nombre, no coincide ni en portada ni en track list con el mío. La cantante de country alcanzó el éxito con su jardín de rosas en el año 70, convirtiéndose en un hit importantísimo en la tradición de esos cantantes del country que atravesaban con talento los terrenos del pop y se imponían en radios FM, sobre todo más allá del océano con su navegación entre dos mares, calando profundo entre el público blanco. O al menos entre el urbano, que trataba de alejarse de la ortodoxia del country más "puro" que construía su fortaleza en las zonas más rurales -hablando de EEUU claro, aquí la historía cuando hablamos de música popular tiene muy poco que ver-. Pero si algo me llamó la atención de aquel disco, que contiene seis canciones por cada cara, es que en la segunda tronaba una edulcorada pero no falta de fuerza "Proud Mary" que yo también conocía por aquel entonces -he olvidado decir que debería tener unos 17 años, así que nos vamos a 1989- gracias a la CCR y a Tina Turner.

Reconozco que en aquellos ochenta y noventa, este disco del que me apropié, casi se convirtió en una anécdota en mi discografía. Pero los últimos tiempos y mi demolición desde hace un par de décadas de cualquier frontera que pudiese tener respecto a la música, más allá de lo que me guste o no, lo ha convertido en un disco que suena habitualmente en casa. Curiosamente es un disco que me gusta poner los festivos cuando me levanto. Mientras tomo café. Lynn Anderson se ha convertido en mi manera de dar los buenos días cuando no tengo que ir a trabajar -que este confinamiento a mi no me ha afectado, y llevo currando desde el día cero-. Me agarró a la taza caliente y mientras acaricio a mi gata negra -la blanca sale disparada hacia el patio en cuanto abro la puerta- canto aquello de: "I beg your pardon, I never promised you a rose garden. Along with the sunshine .There's gotta be a little rain some time. When you take you gotta give so live and let live. .Or let go oh-whoa-whoa-whoa. I beg your pardon. I never promised you a rose garden..." Si, queridos vecinos. Los domingos por las mañana no son mis gatas aullando como locas. Soy yo cantando a pecho descubierto. Hoy no es domingo, pero si festivo. Que mejor excusa para traer a Lynn Anderson a este club del vinilo.

Comentarios

  1. Prometo que en algún momento del día le daré una escucha... o lo intentaré jejeje. Un placer leerte por aquí, tu casa.
    Respecto a la herencia vinílica, mi hija, la fan de Billie Eilish, dice que solo se quedará con los de colores o los picture disc.
    En fin, qué más nos dará cuando no estemos ¿no?
    Feliz día.

    ResponderEliminar
  2. Tengo pendiente a Lynn Anderson desde tiempos inmemoriales, y qué mejor ocasión que esta para darle una escucha. Yo he tenido suerte y he heredado muchos discos de mis padres, aunque es cierto que alguno he tenido que comprarlo de nuevo porque estaba, en fin, digamos que peleón. Una gozadaca de entrada, placerazo leerte como siempre

    ResponderEliminar
  3. Interesante historia la de el vinilo que traes hoy. Es curioso como a veces os agarramos a hábitos sonoros: canciones o discos que asociamos a momentos del día, de la semana o de la vida. Pues que suene muchos domingos en casa. Yo le daré una vuelta, que estoy rompiendo moldes sonoros como tú. Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Medina Azahara - En directo (Avispa, 1990)

  Ya lo he escrito en este blog: a veces no escucho música, escucho recuerdos. Las canciones se pegan a los momentos en los que vivimos y al volver a ellas es inevitable revisar las imágenes y las emociones que las acompañaron. En otras ocasiones, uno se siente hasta protagonista, como si el músico las hubiera compuesto para nosotros, pensando en "eso" que nos sucede. Y en otras, literalmente, sin tocar ningún instrumento, somos esa canción. Esto último sucede con este Medina Azahara en directo : yo estuve en ese concierto, por lo que, de algún modo, cuando escucho el disco, ahí al fondo, está mi voz. Fan de "los Medina" ni fui ni me considero, pero un concierto de ruido al lado de casa había que disfrutarlo. El álbum se grabó un 30 de junio de 1990 en el anfiteatro Egáleo de Leganés, Madrid, escenario al aire libre mítico aquellos años; allí vi también a Panzer, Burning, Sangre Azul y alguno más. Por cierto, a la banda la presentó aquella noche José Carlos Molina (...

Los Relámpagos – Nit de llampecs (Novola-1965)

Y tras el hiato estival y la visita de Hetfield & co . de hace quince días, hoy toca reseña de la serie “ Los singles de mami ” en la que, como ya sabéis los habituales, aúno mi amor a la música en formato vinílico con el recuerdo a mi madre –fallecida hace poco más de un año– y a su gusto por la música pop de su juventud. Los protagonistas de hoy son Los Relámpagos , un grupo de rock instrumental que –como muchas bandas e intérpretes en aquella época– surgieron a raíz de un concurso musical en el que coincidieron José Luis Armenteros (guitarra), Pablo Herrero (órgano), Ricardo López Fuster (batería) y los hermanos Ignacio y Juan José Sánchez-Campins (guitarra y bajo, respectivamente). Los cinco darían forma a Dick y los relámpagos , que no tardaron en perder de su nombre a Dick , fuese quien fuese el tipo.    En 1962 comienzan a tocar en un club a cambio de vales de consumición y propinas y dedican los domin...

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero ...