Amigos, no os engañaré. 1988 fue el año en el que –entre otros– Metallica sacaron su ...And Justice for all, Megadeth su So far, so good... so what!, Anthrax su State of euphoria, Slayer su South of heaven y Testament su The new order. Eso sin contar –por ejemplo– el In God we trust de Stryper, el Them de King Diamond, el Seventh son of a seventh son de Iron Maiden o el Operation: Mindcrime de Queensryche. Quiero decir que... ¿quién en sus cabales se fijaría en unos tipos de New Jersey que sacaban con una discográfica pequeña su primer álbum autoproducido? Pues exacto, sus familiares y sus amigos, además de algún despistado. Y es que este disco es de los típicos de los que en su momento se oye hablar en alguna emisora de radio pero que ni por asomo uno decide comprarse. Hasta que el tiempo y Santa Nostalgia con su tendencia al completismo le obliga a uno a recordar al grupo y a apreciar su valía. O casi, porque pese a la solidez del trabajo, este parece recoger demasiadas influencias de las bandas que llevaban años en el olimpo del thrash. Así pues, aunque Gothic Slam no eran malos –el batería se lleva la palma positivamente y el resto cumplen aceptablemente para los cánones del género–, esa falta de originalidad y estilo propio quizás propiciaron que la banda no evolucionase hacia el estrellato y grabasen por ello tan solo un álbum más antes de disolverse definitivamente.
¿Significa eso que este Killer instinct es basura? De ninguna manera –ya he dicho que el nivel de los tipos estos era bastante aceptable y además Alex Perialas estaba cuidando del sonido–, así que si os gusta este estilo os recomiendo que os hagáis con este vinilo porque no os defraudará. Fundados en 1984 como Stryker por Dave Chavarri y su primo, la banda sufre diversos cambios de formación y de nombre hasta que Torrid records los ficha y les ofrece editar un disco.
Total, que grabado en los Pyramid sound studios con producción de la propia banda –Daniel Gomez a las voces, Dave Chavarri a la batería, J.T. al bajo y Klaude Ryker y Bill Genese a las guitarras–, Gothic Slam pusieron en las cubetas este vinilo con carátula de Dan Muro y el siguiente track list:
A
Skankin’
Living to survive
Stryker
Bedlam
B
Tormentor
Killer instinct
Stand up and fight
Fought for death
El disco tiene como carta de presentación el tema Skankin’, grueso, potente, con un inicio prometedor hasta que el riff y el desarrollo comienzan a parecerse demasiado a los de Whiplash de Metallica. Con el siguiente Living to survive la cosa no se arregla. ¿Soy yo o tiene un inicio y un riff calcados al Metal militia? En Stryker parecen comenzar a lo Suicidal Tendencies de su época más crossover antes de que el riff se torne en una versión a altas revoluciones de –llamadme loco pero a mi me lo recuerda– The rime of the ancient mariner de Iron Maiden. Y con Bedlam ponen fin a una primera cara que entretiene y transmite energía. Sí, amigos, GS son puro thrash old style. Pero, como he comentado ya, recuerdan demasiado a otras bandas.
La cara B se inicia con Tormentor –nada que ver con el tema homónimo de Slayer–, esta vez con un riff que me recuerda al Powerslave de Iron Maiden, y le sigue Killer instinct, que para ser el tema que da título al álbum no me resulta demasiado remarcable. Todo lo contrario que Stand up and fight, el tema que más me gusta de todo el disco, juntamente con Fought for death, que en mi opinión son los dos que tienen un sonido más parecido a unos primerizos Anthrax.
Lo dicho, un exponente de thrash tardoochentero reivindicable aunque por debajo de otras bandas coetáneas con mejor suerte o un pelín más de personalidad. Aun así, dejad que finalice mi entrada con el texto que al final de su thanks list dedican a sus haters, toda una declaración de intenciones de parte de unos músicos a los que nadie regaló nada.
DEATH TO: the jealous motherfuckers who think we haven’t worked hard for all this, you don’t know us personally, so SUCK OUR BIG DICKS.
Muy fan del mensaje para los haters. No hay viernes que no descubra nuevos grupos gracias a ffvinilo. Voy a por ellos, a ver si me sorprenden. Saludos, y felices fiestas y esas cosas!!
Lo de descubrir grupos nos pasa a todos. Es lo bueno de este blog, que no se caracteriza por un estilo concreto. Ya dicen que en la variedad está el gusto y, aunque hay cosas que nunca me entrarán, cada semana amplío mis conocimientos. En cuanto a sorprender, no creo que te sorprendan demasiado si no es al constatar lo mucho que se parecen a otras bandas. Sin duda alguna, los GS no estaban en primera división. Felices fiestas.
No había escuchado hablar de ellos en mi vida. Gracias por descubrirnos grupo con una entrada tan bien escrita. Escuchando el tema Killer Instinct, trallatracatrazo.
Tralla... son. Otra cosa es que resulten originales o con una personalidad propia. Me alegro de descubrirte un nuevo grupo. Respecto a lo de "entrada tan bien escrita", viniendo de ti, es un gran regalo. Felices fiestas.
Estoy escuchándolo mientras leo (y escribo esto) y suenan muy bien, pero, como dices, además de la competencia mediática, les falta un puntito para dar el salto a primera división. Pero esto es lo bueno de bucear en los estilos que a uno le gustan, que encuentra otras cosas apartadas del foco principal que merecen la pena ser escuchadas y ayudan a apreciar/depreciar las obras mayúsculas. Lo pondré en la lista de compras. Un abrazo.
Sí, la verdad es que no eran la gran esperanza blanca del género en su día. Pero ya te he dicho que me resultaban simpáticos y cuando vi el vinilo me vino un ramalazo nostálgico que borró de mi mente algo tan obvio como "si en su día no me lo compré, sería por algo". Así que debo ser uno de los pocos miles que en el mundo tienen el vinilo. Que tengas unas jebi crismas.
Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad. Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...
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Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...
Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.
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Muy fan del mensaje para los haters. No hay viernes que no descubra nuevos grupos gracias a ffvinilo. Voy a por ellos, a ver si me sorprenden. Saludos, y felices fiestas y esas cosas!!
ResponderEliminarLo de descubrir grupos nos pasa a todos. Es lo bueno de este blog, que no se caracteriza por un estilo concreto. Ya dicen que en la variedad está el gusto y, aunque hay cosas que nunca me entrarán, cada semana amplío mis conocimientos.
EliminarEn cuanto a sorprender, no creo que te sorprendan demasiado si no es al constatar lo mucho que se parecen a otras bandas. Sin duda alguna, los GS no estaban en primera división. Felices fiestas.
No había escuchado hablar de ellos en mi vida. Gracias por descubrirnos grupo con una entrada tan bien escrita. Escuchando el tema Killer Instinct, trallatracatrazo.
ResponderEliminarTralla... son. Otra cosa es que resulten originales o con una personalidad propia. Me alegro de descubrirte un nuevo grupo. Respecto a lo de "entrada tan bien escrita", viniendo de ti, es un gran regalo. Felices fiestas.
EliminarEstoy escuchándolo mientras leo (y escribo esto) y suenan muy bien, pero, como dices, además de la competencia mediática, les falta un puntito para dar el salto a primera división. Pero esto es lo bueno de bucear en los estilos que a uno le gustan, que encuentra otras cosas apartadas del foco principal que merecen la pena ser escuchadas y ayudan a apreciar/depreciar las obras mayúsculas. Lo pondré en la lista de compras. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, la verdad es que no eran la gran esperanza blanca del género en su día. Pero ya te he dicho que me resultaban simpáticos y cuando vi el vinilo me vino un ramalazo nostálgico que borró de mi mente algo tan obvio como "si en su día no me lo compré, sería por algo". Así que debo ser uno de los pocos miles que en el mundo tienen el vinilo. Que tengas unas jebi crismas.
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