Ir al contenido principal

Beth Hart - War in my mind (Provogue, 2019)


Reconozco mi falta de objetividad con esta mujer. Tiene una voz que levanta el animal que llevo dentro. Cuando canta "no es lo mismo sin ti/tú haces las cosas mejor/y no sé cuánto puedo esperar" en Sugar shack o "Intenta hacerlo un poco más duro/Chaval, lo tengo" en Try a little harder imagino cosas. Y esas cosas retuercen mi intelecto y la pantalla panorámica de mi imaginación arranca en Dolbisurraun y Cinemascope. El día que nos conozcamos... Pero hasta entonces solo tenemos la música que me dedica. 
War in my mind es el noveno disco en solitario de Beth Hart (súmenle otros tres con Joe Bonamassa). Esta señora ha cantado y colaborado con Slash y Jeff Beck también, por cierto. Le gustan las seis cuerdas, como atestigua Rub me for luck: "Tu guitarra es un corazón vibrante/si me tocas como a esa cosa/me harás brillar como un diamante". Porque, en realidad, nació para enloquecer a los hombres; eso confiesa en la inicial y fantástica Bad woman blues.


Beth tiene un doble juego en sus canciones. Por un lado, las letras y las interpretaciones más sexuales, como las anteriores, junto a otras más reflexivas, filosóficas incluso. En War in my mind comparte el vacío que siente en ocasiones, la negritud que todos tenemos en el alma, la soledad. En la final I need a hero confiesa la necesidad de ser rescatada, en ocasiones, cuando "hiero como mi padre" y "grito a mis demonios pero ellos gritan más". En la preciosa Sister Dear se acuerda de su hermana, fallecida de SIDA a los veinte años de edad: "querida hermana/¿estás ahí?/quiero hablar contigo/en el teléfono, en casa, en la colina" para decirte que "sigo intentándolo/pero te quiero". Y la esperanza se asoma en Let it grow, con su crescendo delicioso "en todo corazón hay una semilla con una promesa de esperanza/déjala crecer".


Compone todas las canciones Beth Hart (algunas con colaboradores), canta y toca el piano. Lo produce Rob Cavallo (Green Day, Go Go Dolls, Eric Clapton, Linkin Park). El arte del álbum corre a cargo de Roy Kock con fotografías de Greg Watermann.
La edición en doble vinilo de color azul turquesa (o cobalto, yo qué sé) es preciosa. Carpeta gatefold con créditos, agradecimientos, letras, todo muy bien acabado. Y suena estupendamente.

Pasad un fin de semana lleno de malos momentos de los que hacen feliz...








Comentarios

  1. Bonitas tet... cuerdas vocales. Bonita portada. Bonitos vinilos. Y Bad woman blues está genial. A ver las siguientes. Un abrazo y felices fiestas Manu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No es tu estilo, pero creo que te gustaría este disco. Las virtudes como mujer y como frontman de Beth Hart son contundentes y eso llama poderosamente la atención. El resto, solo es música ja, ja. Un abrazo y felices fiestas a ti también.

      Eliminar
  2. Nivelazo el de esta mujer. Le di una escucha al disco cuando salió, pero no me voló la cabeza en conjunto como sí lo hizo la canción Sister Dear, que me parece una preciosidad. Lo volveré a escuchar de nuevo aprovechando que lo traes por aquí. ¡Felices fiestas, y todas esas cosas que se dicen!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Junto a Sister dear, creo que Let it grow y I need a hero son confesiones magníficas, por la emotividad y por la calidad compositiva y los arreglos. No siempre la música nos llega por igual, es decir, hay un factor de sensibilidad que resulta muy subjetivo, a cada persona a cada momento, y si no te ha llegado hoy seguro que en otra ocasión te llegará, porque esa es, precisamente, la magia eterna de la buena música: espera a que tú seas capaz de apreciarla. Un abrazo y felices fiestas a ti también.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura